Y de repente… soy madre

Capítulo 8

💌💌 La graduación es un hito importante, cierras un ciclo y empiezas otro. Todo el mundo estaba emocionado por el gran día, pero nosotros no, sabíamos que nos iba a destrozar y aún no estábamos preparados para ello. Desgraciadamente, llegó más rápido de lo que esperábamos, la carta de las universidades ya estaba ocupando espacio en nuestras habitaciones. Cada uno de nosotros se iba a un rincón diferente del país, mantener una amistad parecía imposible para todos nosotros. Logan Stewart fue el primero en irse, se alejó por completo de nosotros (al menos de Amber y de mí), luego tu papá se fue. Y entonces solo quedamos Amber y yo, no quería dejarla y ella tampoco. Conseguimos que nos aceptaran en la misma universidad, tu tía se dedicó a la moda y yo empecé enfermería, pero acabé cambiándome a psicología. Compramos un pequeño apartamento en el centro de la ciudad, y desde entonces nos convertimos en los dos contra el mundo.

Debes estarte preguntando en qué momento nos enamoramos tu padre y yo, pues… era mi primer semestre en la facultad de psicología, Dylan había vuelto a la ciudad para visitar a sus padres y acabó en nuestro apartamento. Estaba cansado después de sus largos días en la universidad y en la galería en la que trabajaba, su tía le había llamado para cenar, era un viernes por la noche y como buen amigo que era me invitó y yo acepté. Ese día me excedí en la bebida, o tal vez fue solo el cansancio, no lo sé, solo sé que me desperté al día siguiente con él a mi lado en la cama.

Quizá sea demasiado grosero decirte que tu padre y yo nos acostamos, pero no hay otra forma de decírtelo. Después del incidente pasamos dos semanas fingiendo que no había pasado nada hasta que tu tía nos presionó, cuando hablamos nos dimos cuenta de lo que habíamos hecho y que ya no se podía deshacer.

Días después tu padre regresó a la universidad, y de nuevo nos quedamos solas tu tía y yo. Empecé a echar de menos su presencia, algo había cambiado en nuestra amistad y los tres lo sabíamos. 💌💌

 

La cena con Logan no fue una de las mejores cosas que he hecho, pero sirvió para lo que él quería. Aparecimos en varios sitios y según Kevin, todos los programas de televisión quieren una entrevista exclusiva con la nueva “pareja”. Odio tener cámaras encima, tener mi vida expuesta entre decenas de personas que ni conozco me molesta, eso no es lo mío.

—Deberías aprovechar esto, Am es tu oportunidad de hacerte famosa.

—Nunca quise ser famosa Kevin —contesto agobiada.

—¿Cómo que nunca? Pensé que querías ser una famosa diseñadora de moda Amber Prescott, ¿qué pasó? —inquiere con curiosidad.

—Alice pasó, Kevin.

—Pero es tu sueño Am, Loren no querría que lo dejaras. —Eso lo sé a la perfección.

—Lo que pasa es que Loren no está aquí, Kevin, está muerta, y yo tendré mi momento de fama con esta colección. —Suena duro, pero es la realidad.

—¿Y luego se acabó? ¿Vas a tirar tu sueño por la borda? —sigue con sus reproches.

—Kevin, ahora mismo tengo otras prioridades —advierto cansada de que me cuestione.

—Acabarás siendo infeliz y culparás a Alice por ello. —Lo miro directo a los ojos al oírlo, quiero que al escuchar mi respuesta entienda lo que quiero hacer.

—Estoy haciendo esto por mí, Kevin —afirmo.

—Vale, ¿sabe Logan algo de esto?

—¿Qué tiene que ver Logan con esto? —No entiendo a qué se refiere.

—Últimamente están más cerca.

—Eso no significa que vaya a contarle todo sobre mi vida, ¿ahora puedes callarte? Quiero terminar la película —digo cabreada.

Kevin se calla, sé que aún quiere y me preguntará sobre el abandono de mi carrera como diseñadora de moda, pero eso es para otro día, ahora mismo vamos a terminar de ver la película y discutir sobre ella.

Cuando mi amigo se retira comienzo a acomodar un poco el lugar porque espero a una persona ansiosa por lo que me trae.

Abro la puerta en el momento exacto en que Harry sale del ascensor, el chico ha venido a dejarme algunas de mis piezas que ya han llegado a la empresa. En cuanto mis ojos se posan en la bolsa que tiene en sus manos, una sonrisa se dibuja en mi rostro.

—Buenas tardes, señorita Prescott —saluda amable.

—Entra, Harry, y por favor llámame Amber —le recuerdo.

—Cierto —sonríe—. Los señores Stewart no saben que he cogido ninguna de estas piezas, así que por favor tenga muchísimo cuidado —me pide nervioso.

—Cálmate Harry, solo quiero ver cómo están, no voy a estropear nada, es mi colección, ¿recuerdas eso?

El secretario parece relajarse, se sienta a mi lado en el sofá, mientras me enseña las piezas. Le doy indicaciones sobre las cosas que se pueden añadir, e incluso quitar, Harry lo anota todo rápidamente y me dice que se lo entregará a Christopher por la mañana. Por suerte Alice duerme plácidamente en su cuarto, lo que es un alivio para mí, no quiero tener que dar explicaciones a Harry en este momento.

Al pasar un par de horas acabamos pidiendo una pizza, aún tenemos mucho que hacer y trabajar con hambre no es nada agradable. Me sorprendo varias veces con las ideas que tiene el chico, al parecer sus cuatro años y medio en Stewart le están convirtiendo en un crítico de moda. El sonido del timbre de la puerta nos hace sonreír a los dos, corro hacia la puerta con el dinero en la mano, la abro sin mirar quién es. Mi rostro adopta una mueca desagradable al verlo.



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En el texto hay: romance, drama, madre soltera

Editado: 03.02.2023

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