Y llegaste Tú

Capítulo 32


Después de probarnos la ropa que habíamos comprado, salimos y Beth nos dirigió a otras tiendas como 3 en total y si yo decía que con lo que compramos en la primera era demasiado ahora si no era exageración. 
Unas horas después de que se cansaran de comprar nos dirigimos a un restaurant ya que las compras nos dejaron agotadas y hambrientas, nos dieron una mesa  y nos dispusimos a ordenar, aunque le dije a Beth que ordenara por mí y pues ellas eligieron lasaña, me dio un poco de vergüenza que Beth dejara de comer para ayudarme a mi es incómodo y más si estas en un lugar público y las personas se te quedan viendo, agradezco que el tiempo pasara rápido, finalizamos nuestro almuerzo y nos pusimos a retirarnos. 
Beth estaba comenzando a sacarme de la mesa cuando en eso venia un camarero con unas ordenes demasiados platos para el pobre chico que a pesar de experiencia se veía que se le dificultaba, hasta no sé de dónde demonios salió un hombre que estaba demasiado concentrado en su celular que no se fijó que iba a pasar en frente del chico y a que no adivinan lo que ocurrió, choco con el mesero y este perdió el control de la bandeja echándome lo que contenía la misma pero eso no era todo si no que lo que traía era sopa y estaba súper caliente, lo único que hice fue pegar un grito e intentar moverme la ropa pero claro fue inútil ya que aún no puedo mover demasiado  mis manos, 
Comencé a sentir ardor y dolor indescriptible en mi cara, y todo parecía ir en una maldita cámara lenta. 
- ¡¡Emma!! –escuche a Beth gritando mi nombre- cariño, que hacen ahí parados ¡¡viendo!! Llamen a una ambulancia. 
Pedía a gritos, y yo solo lo que podía hacer era llorar y gemir por el dolor, no aguantaba la ropa, seguido solo sentí que alguien estaba rasgando mi blusa y me percaté de que era el culpable de todo y mi dolor aumento además de que empezó a surgir el enojo, aparte de que por culpa de él estoy así todavía se atreve a romper mi blusa. 
- Que está haciendo apártese de ella – dice Beth empujándolo impidiendo que termine de romper mi lusa. 

- Señora es para que la tela caliente y mojada no la siga quemando, siento lo que ha pasado mil disculpas – dice sin mostrar ni una emoción en su rostro que hasta dudo que sea verdad lo que dice, se acerca rápidamente sin dejar que Beth le responda y termina de rasgar el poco de tela que quedaba. 

Y eso disminuyo una milésima el dolor que sentía pero no mermaba sentía que estaba en un infierno, veía a mi alrededor y todos habían dejado de comer para observar el espectáculo armado el pobre mesero se veía demasiado pálido y temblaba, y como no yo hasta saldría corriendo pero no era el caso, de repente solo sentí un destello negro y mis ojos pesar y me sumí en una profunda oscuridad. 
 



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En el texto hay: decepciones, cliche, amor_y_maltrato

Editado: 18.02.2024

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