Observo como las familias se divierten en como la vida de cada persona es diferente, en mi caso yo no tengo recuerdos gratos de mi familia, solo unos cuantos con mi papá.
He quedado con Beth para hablar un rato, ya que hoy es mi día libre y no pienso quedarme encerrada en casa como lo hago siempre.
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Estoy comiendo un helado y en ese momento me entra un mensaje de Beth diciéndome que no podrá llegar y que la disculpe, yo le respondo que no hay problema y sigo disfrutando de mi dia.
Siento a alguien sentarse a mi lado y cuando volteo a ver lo que veo me deja sin respiración unos ojos tan bellos que hacen que me pierda en su profundidad, labios pronunciados y apetecibles con una piel bronceada vestido con ropa deportiva, solo veo mover esos labios que me encantaría probar hasta que soy consciente de que me esta hablando.
Finaliza con una linda sonrisa la cual revive a las mariposas de mi estomago las cuales creía muertas
-Si claro, no hay problema
-Gracias y dime cómo te llamas
-Me llamo Emma un placer
-Lindo nombre
En eso siento en como algo duro choca en mi cara y un inmenso dolor se apodera de mi nariz y a los segundos siento como empieza a gotear.
-Ey!!! Estas bien? – pregunta acercándose
Unos niños llegan asustados agarrando el objeto que me dio en la cara el cual es un balón y ellos se discupan asustados y hasta quieren llorar.
-Tranquilos niños no hay problema, les aseguro que me pondré bien, solo tengan mas cuidado recuerden que hay muchas personas y niños como ustedes y puede ser peligroso-digo bucsando un pañuelo en mi bolsa para cubrirme la nariz.
Los niños se fueron asustados y Max me dice que vayamos a un hospital para que me revise yo le digo que no es necesario pero insiste termino aceptando ya que el dolor es insoportable.
Busco un taxi para ir a uno, el se lamenta no andar su auto pero no es como si yo me hubiera ido con el, apenas lo conozco de minutos y ya me voy a montar en un auto con el, eso si que no, ha habido muchos casos tristes de chichas asesinadas y no quiero ser una de ellas, no se ve mala persona pero no confío en nadie.
Llegamos al hospital me revisaron, el doctor dijo que estaba bien y me receto pomada y medicamentos para el dolor.
Saliendo del consultorio le dije a Max que todo estaba bien y que se fuera a su casa agradeciendo mucho que me haya acompañado.
Me quería acompañar hasta mi casa pero no lo permití, me dio una tarjeta con su numero para que le hablara y asi poder salir algún dia, la acepte y cada quien se fue por su lado.