Capitulo 49

Pasaron un par de días y ahora mismo estaba con Beth y me decidía si contarle o no lo que había ocurrido con Max, no era una decisión fácil Beth no solo era como una madre para mí, sino que también tenía una forma de ver las cosas con una claridad que a veces resultaba incómoda.

Jugaba con la taza en mis manos mientras Beth me observaba con su mirada paciente y sabia.

— ¿Vas a contarme qué te tiene con esa expresión o tengo que adivinar? —preguntó con una leve sonrisa.

Suspire y deje la taza sobre la mesa.

—Es Max.

Beth arqueó una ceja, pero no dijo nada. Solo esperó.

Tomé aire y le conté todo.

Desde nuestros encuentros casuales hasta aquella noche bajo la luz del farol.

Cada palabra salió con una mezcla de confusión y esperanza. Cuando termine, Beth se quedó en silencio por unos segundos, asimilando la historia.

— ¿Y qué es lo que realmente quieres, Emma? —preguntó al fin.

Parpadee, sorprendida.

—No lo sé —admití—. Quiero entenderlo, quiero saber si realmente está intentando alejarme porque no me quiere cerca o porque le asusta lo que siente.

Beth sonrió con ternura.

—Suena a que tú ya sabes la respuesta.

Baje la mirada, sintiendo el calor subirme al rostro.

—No quiero hacerme ilusiones.

Beth tomó mi mano y me dio un suave apretón.

—Entonces no lo hagas, pero tampoco te alejes solo porque tienes miedo a veces, lo que más nos asusta es lo que más vale la pena.

Exhale lentamente, sabía que Beth tenía razón, pero saberlo no hacía que fuera más fácil.

— ¿Y si me lastima? —pregunte en voz baja.

Beth me acarició la mano con ternura.

—Entonces aprenderás pero si no te arriesgas, siempre te quedarás con la duda.

Sonreí levemente Beth siempre tenía una forma de poner todo en perspectiva.

—Gracias, Beth.

—Para eso estoy —respondió ella con un guiño—. Ahora, ¿quieres más café o prefieres que hablemos de algo menos complicado?

Reí sintiendo que el peso sobre mis hombros se aligeraba un poco.

Tal vez, solo tal vez, estaba lista para ver qué pasaría después.