Y llegaste Tú

C54

Beth acariciaba el cabello de Emma con delicadeza, murmurando palabras que se rompían antes de salir del todo, pero paró cuando oyó la puerta abrirse.

Emiliano entró.

Beth se puso de pie de inmediato, como si su mera presencia la contaminara.

—Vete —dijo con voz baja pero firme.

—Por favor —pidió él—. Solo quiero decir algo. Una sola vez.

Ella lo miró, dudando.

—Cinco minutos —cedió finalmente.

Emiliano se acercó a la cama, y tocó la mano de Emma. Temblaba.

—Hola, pequeña —susurró—. No sé si puedes oírme, pero... papi, el hombre que no estuvo, el cobarde que huyó.

Beth bajó la mirada.

—No tengo excusas, Emma. Solo tengo esta culpa que me consume todos los días. Y si no despiertas... nunca podré decírtelo de frente. Que lo siento. Que ojalá hubiera tenido el valor de quedarme contigo y protegerte de todo. Incluso de ella.

Su voz se quebró.

—Te juro... que si despiertas, no volverás a estar sola.

Beth apretó los labios con fuerza.

Emiliano se volvió hacia Beth.

—Ella no sabe que eres su madre, piensa que Erika lo es, Beth lo siento tanto, y no creo que hayan palabras para describir cuanto lo siento.

Beth negó con la cabeza.

—Porque no hay nada mas que puedas decir, Emma es mía, lo demás ya no importa.

Emiliano asintió con lentitud.

—Entonces será tu decisión si alguna vez se entera.

—Lo será —respondió ella sin dudar.



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En el texto hay: decepciones, cliche, amor_y_maltrato

Editado: 19.06.2025

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