Y qué importa?

16+ Mey/Phill

Mey

Subo los bolsos con ropa al auto, Aleyn ya está en el asiento trasero y ya he dejado con llave la cabaña.

Han pasado varios días y es momento de volver a casa. No sé qué pasará de ahora en adelante, estoy física y mentalmente agotada, no ha habido día en que Aleyn o yo despertemos sin alguna pesadilla, mi niña está triste y yo no he logrado dormir más de unas cuantas horas.

Me subo al carro y manejo a casa con el sol ocultando ya casi oculto, miro por el retrovisor y Aleyn está recostada en el asiento abrazando un peluche que le regaló Phill. Doy un largo suspiro y me concentro en manejar.

He pensado mucho, en todo. He querido idear un plan para enfrentar todo lo que está pasando pero la verdad no veo cómo salir de esto, sin embargo, tengo muy claro que es lo que quiero.

Quiero hundir a quien busca hacerle daño a mi familia y a mí. Y quiero, si es posible, hablar con Phill sin ningún tipo de filtro. Le he dado muchas vueltas, de verdad muchas y lo que no cambia es que él es increíble y aunque se haya decepcionado de mí, yo lo sigo am... queriendo.

Manejo por varias horas, el sol ya ha desaparecido y las estrellas parecen gritar en el cielo. Las luces de la ciudad comienzan a mostrar el camino y el ruido de los autos hace que mi hija se levante y mire por la ventana.

En nada estamos frente a los departamentos, las luces del lugar nos dan la bienvenida a casa, aunque casa siempre será donde esté mi bebé. Estaciono el auto y bajamos las cosas para subir por el ascensor, cuando estamos frente a nuestra puerta busco las llaves en mi bolso y un escalofrío recorre mi cuerpo.

Cuando entramos a la sala, de lo que primero me percato es del olor a perfume tan conocido para mí, ¿Cómo no reconocerlo? He pasado tanto tiempo con su dueño que se ha impregnado en mi ropa e incluso en mi piel. Pero el olor es intenso, reciente, así que he de suponer que Phill estuvo aquí.

- ¿Quieres comer algo, bebé?

- No mami, gracias. Tengo sueño, ¿puedo ir a dormir?

- Claro corazón, descansa mucho que mañana tienes escuela- beso su cabeza y ella mi mejilla

Camina unos pasos y se detiene, regresa frente a mí y toma mi mano- Mami... ¿Tengo que ir? yo... yo no quiero ver a Phill.

- ¿Por qué dices eso, tesoro?

- Porque te hizo llorar mamá, él te puso triste.

- Mi amor, no tienes que preocuparte por mí, yo estaré bien, tú y yo vamos a estar juntas pase lo que pase, ¿sí?

- Si mami, te quiero.

- Yo te quiero más- le doy un abrazo y la dejo irse.

Aleyn va a su cuarto aun con el peluche aferrado a su cuerpo, yo no tardo en ir al mío en donde el perfume parece aún más fuerte, ordeno todo y me siento en la cama. Mis pensamientos van y vuelven a la carpeta y a Phill, escucho la cerradura de la puerta principal, no hace falta que me pregunte quien está entrando, solo hay una persona, aparte de Aleyn y yo, que tiene una llave.

Me levanto y camino lentamente hacia el lugar del ruido, al momento de entrar en la sala veo a Phill de espaldas a mí dejando unas bolsas sobre la mesa de centro, no hago ningún sonido y los nervios están a flor de piel, no sé qué hacer porque no sé cómo va a reaccionar... sí está molesto o si por el contrario nos extrañó.

Él se gira y sus ojos se abren sorprendidos al verme, no muevo ni un músculo, mi respiración es lenta reflejando lo duro del momento y la de Phill, bueno, parece haberse detenido. Nos quedamos así por mucho tiempo, solo así... mirándonos.

Me rodeo con mis brazos y desvío un poco la mirada, su boca se abre, pero no salen palabras de ella, cuando creo que va a decir algo corre hacia a mí, envolviéndome fuertemente con sus brazos y escondiendo su rostro en mi cuello.

- Lo siento, lo siento, lo siento.... perdóname... por favor perdóname Mey...- su voz es baja y afligida, tan rota que mi corazón duele. Él sigue apretándome a su cuerpo y sigue murmurando cosas, entonces... entonces yo también me rompo.

- Yo... yo lo siento Phill... Yo debo pedirte disculpas, sé que debí decirte todo antes... sé que debí contarte pero tenía tanto miedo, tanto miedo a perderte, a que te dieras cuanta de que estar conmigo no valía la pena... he cometido tantos errores en mi vida que no puedo enmendar, pero Aleyn nunca fue uno de ellos... Aleyn fue mi única luz - en estos momentos gruesas lágrimas ya estaban deslizándose libremente por mis mejillas- Te juro Phill, que desde que supe que estaba embarazada no hubo más droga ni más alcohol ni ninguna otra cosa, te juro que estos años me he arrepentido de cada cosa que hice y solo he intentado ser una buena madre... yo...

Me desplomo en sus brazos, llorando y aferrándome a su camisa temiendo que se aleje. Nos deslizamos lentamente al suelo, ambos lloramos y no emitimos más palabra hasta que el llanto se nos vuelve solo balbuceos. Luego nos miramos en medio de los restos de lágrimas, él con su pulgar acaricia mis mejillas y yo deslizo mis manos por su cabello lentamente.

- No tienes que disculparte Mey, yo de verdad no te culpo de nada...

- Pero tú...

- Déjame explicarte morenita, yo... yo si estaba muy molesto, pero no contigo... Has pasado por tanto, por tantas cosas malas, que me parece increíble que estés aquí conmigo. Y... puede sonar estúpido, pero deseaba golpear a ese tipo, deseaba revivirlo y hacerlo pagar por todo lo malo que te hizo. Estaba tan molesto, debí haberte apoyado y no gritarte comportándome como un completo imbécil, pero todo me superó y me abrumé tanto... no fue mi intención desquitarme contigo preciosa, nunca he querido lastimarte.

- Yo tampoco quería lastimarte Phill, desde que te conocí solo han sido risas y sueños hermosos, temía tanto perderte que no quería contarte todo lo malo de mi vida y vieras que en verdad no vale la pena estar conmigo. Tengo una hija, tengo un pasado horrible y más encima soy mayor que tú ¡No sé qué me viste! Eres tan bueno Phill que no me siento dig...



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En el texto hay: romance, amor, chick lit

Editado: 23.09.2021

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