Y qué importa?

2+ Mey

Aleyn esta nerviosa. No paró de hablar en todo el camino a la escuela. Ahora estoy esperando que me atienda la directora, ya que el día que vine dijo que quería hablar conmigo.

Ella entra unos minutos después y toma asiento frete a mi, detrás de su escritorio.

- Gracias por venir señorita Clark

- Descuide. Pero ¿que quería hablar conmigo? ¿Tiene algo que ver con mi hija?

Me tenso ante la posibilidad de que sea por ella. No quiero que nada afecte a mi bebé.

- Oh no señorita...

- Dígame Mey, por favor. Es más corto.

- Bueno, Mey. La verdad solo quería darles la bienvenida, tanto a la escuela como a la ciudad, se que se mudaron hace poco.

Me relajo y le doy una sonrisa. Es una mujer extraña pero se ve que no es mala persona.

- Muchas gracias directora, por recibirnos aquí. Espero que mi hija no le cause ningún problema a los profesores o a usted.

- No se preocupe Mey. Nuestros profesores son jóvenes y  tienen paciencia, y yo adoro a los niños.

En eso suena el teléfono del escritorio.
Ella contesta y yo miro por la ventana examinando el lugar.

- Bueno, lo siento Mey pero se ha acabado mi tiempo y debemos despedirnos. Tengo mucho que hacer.

- No se preocupe, yo también tengo trabajo. Gracias nuevamente y que tenga buen día.

Le da una hoja a Aleyn con su horario y le indica donde queda su salón para luego despedirse de nosotras.

Abro la puerta y rápidamente me encuentro con unos ojos azules que parecen robar el alma.

- ¡Ay dios, que susto!

Enserio me ha asustado encontrarlo de repente tras la puerta. Tanto que me hizo retroceder unos pasos.

- ¿Señorita se encuentra bien?- dice el joven dueño de esos impactantes ojos

- Si si, solo me sorprendió verlo.

Nos quedamos viendo un rato, siento que toman mi mano y miro a mi hija.

- Mami tengo que ir a clases.

- Claro, ahorita vamos. Si me disculpa, debo irme.

- Claro, que tenga buen día- dice él, sin dejar de mirarme se hace a un lado permitiéndome me pasar

Aleyn y yo salimos de la mano y nos vamos del lugar. Ella se va a su sala y luego de besarla en la frente yo también me voy.

Al regresar a mi auto, busco las llaves que como siempre pierdo en mi bolso.

- Rayos, ¿donde están?- murmuro hasta que las encuentro en el fondo

Abro la puerta y me meto dentro del coche. Cuando voy a arrancar miro un ventanal de la escuela, y veo al hombre de antes parado, mirando hacia afuera.

Mirándome a mí, creo.



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En el texto hay: romance, amor, chick lit

Editado: 23.09.2021

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