Era sábado y podía dormir hasta tarde al igual que Aleyn. Era sábado y no tenia que hacer absolutamente nada. Entonces... ¿por qué mi hija está revolviendo mi closet buscando algo lindo para que me ponga?
En todos los sábados en que no tengo que hacer siempre ando como vagabunda por la casa. Y no entiendo porque este tiene que ser diferente.
Comienzo a repasar si tenía algún plan para hoy y nada. Absolutamente nada. Trabajo, no. Escuela, no. Salidas, no. Visitas, no.
- Mamá ve a ducharte mientras busco algo para que uses- dice ella
- Hija te amo, pero es sábado, ¿qué haces despierta? ¿no deberías estar durmiendo como todo los niños de tu edad? Son solo las nueve de la mañana
- Si mamá, pero hoy es diferente- la miro con duda y ella saca su sonrisa traviesa- Ya lo entenderás, por ahora solo arréglate.
Voy a la ducha y me tomo mi tiempo pero Aleyn golpea la puerta del baño para que me de prisa. Al salir, encuentro en la cama ropa que ni siquiera me acordaba que tenía. Una polera manga corta de color negro con un bonito escote v y unos jeans claros algo ajustados. Me cepillo el pelo y dejo que se seque solo.
Cielos, mi hija sera diseñadora en un futuro o algo por el estilo porque tiene buen gusto. Me miro al espejo y me gusta lo que veo. Pero todavía no comprendo porque tan arreglada.
Voy a la cocina y miro la hora, son las 11:00 a.m.
- Aleyn, ¿quieres desayunar o esperarás al almuerzo?- me grita desde la pieza que ya desayuno, que esperará y que quiere comer pasta- Rayos, soy una mala madre- pienso al ver que yo debí darle el desayuno, pero que sabía yo que se despertaría temprano
Enciendo la radio y me dedico a ordenar un poco, acomodo y limpio los sofás y mientras barro bailo un poco. La canción va por la mitad cuando el timbre suena y mi hija aparece.
- Mami ve a abrir- dice y la miro, algo oculta. Con la escoba en la mano voy a abrir la puerta, nada podría haberme preparado para encontrar a Phill detrás de ella.
- Hola Mey, ¿Cómo estás?- dice sonriendo
- ¿Pero que haces tú aquí?- digo sin salir de mi asombro
- Aleyn me invito a almorzar y dijo que tu sabías- dice confundido
Ambos miramos detrás de mí buscando a mi hija y la veo solo con la cabeza asomada desde la sala.
- Aleyn...- digo con tono de advertencia y ella oculta la cabeza, miro nuevamente a Phill- Lo siento, no tenia idea.
- Me he dado cuenta, supongo que debo irme- Me mira fijamente
Lo pienso unos segundos y sería descortés de mi parte dejar irse así sin más. Probablemente me arrepienta luego pero ya sé lo que haré- ¿Quieres pasar?
- ¡SÍ! Digo, claro- se rasca la nuca- Pero no quiero ser una molestia, puedo irme si no...- su voz se detiene cuando le dejo espacio para que entre y le sonrío.
- Ven, vamos a la cocina- me sigue- Haré pasta, ¿te apetece?- Él asiente
Suena una canción que hace mucho que no oía, El Doctorado de Tony Dize, va por la mitad cuando Phill dice "Que buena canción", claro que lo dice viéndome a mi.
Le indico que tome asiento y cuando lo hace llega Aleyn a saludar. Le guiña un ojo y él se muestra sorprendido y agradecido.
Comienzo a cocinar y ambos entablamos una conversación de lo más interesante. Me siento cómoda hablando con él. Phill se ofrece a ayudarme y le digo que ponga la pasta a cocer mientras preparo la salsa.
Me cuenta que vive solo en un departamento cerca del centro de la cuidad, es hijo único y sus padres viven en otra cuidad. Yo le cuento sobre mi trabajo y donde he vivido, pero no mucho de mi vida personal. Él parece entender que es un tema delicado porque no pregunta nada de ella.
- ¿Por qué actúas tan normal?- pregunta
- ¿A qué te refieres?
- Mey creo que antes no entendiste mis intenciones, así que voy a decirlo claramente. Me gustas, Quiero conocerte y también a Aleyn.
Mi boca no podría estar más abierta. Sus palabras me dejan tan sorprendida que hasta se me caído el cuchillo de las manos
- Pero yo pensé que...
- ¿Qué era algo pasajero? ¿Qué solo estaba jugando contigo? No Mey no es así, para nada. Cada parte de ti me cautiva, con la conversación de hoy solo puedo pensar más en ti.
- Soy mayor que tú, ¿Qué es lo que me vez? Entiendo si solo quieres divertirte pero yo no quiero a nadie en mi cama, puedes buscarte alguien más. Además la gente hablaría por montones.
- Mey, ¿Yo te gusto?- se acerca a mi y me acorrala contra la encimera
- Phill eso no importa, yo...
- Respóndeme, por favor. Ya te dije que que la edad no me importa y que tampoco me importa si hablan. ¿Que qué te veo? Eres hermosa. Tus pelo, tu ojos... oh Mey, , tus ojos me vuelven loco. Jamás, escúchame bien, jamás serías ese tipo de diversión para mi. No te niego que si pasa estaré más que contento y dispuesto, pero no quiero solo tu cuerpo... quiero tu corazón.
Sus palabras logran que aparezcan un sin fin de emociones en mi. Le creo ciegamente y no comprendo del todo como es posible. Cada palabra que ha dicho, antes y ahora, siempre las he creído. Me trasmiten una seguridad que nunca sentí. Pero me da tanto miedo... ya entregue mi corazón una vez y lo destruyeron de tal modo que aun sigo cogiendo los pedazos.
Claro que me gusta Phill. Es un chico increíble, apuesto, simpático, amable. Todo en él me atrae y me hace querer intentarlo pero sigo teniendo miedo. Del que dirán, de que pasara si se aburre de mi.
- Tengo una hija, ella lo es todo para mi- digo
- Lo se, y la adoro más de lo que te imaginas. A ella también quiero conocerla y ganarme su cariño. Pero eso no es lo que te he preguntado.
Que diga algo así me hace sonreír, él esta consciente de todo lo que conlleva quererme. Pensé que estaba confundido y ahora me deja en claro que no lo está. Pensé que era un niño pero sus maduras palabras y el cuerpo fuerte que esta frente a mi me lo niegan. Pensé que era un juego pero esos penetrantes ojos solo me trasmiten cariño y algo más que no sé lo que es pero que me da una cálida sensación. Que tonta fui... al parecer la primer que cayo fui yo sin saberlo.