Daimaku se levantó y empezó a golpear al jovencito, que esquivaba todos los golpes. Luego el guerrero verde concentró poder y se lanzó hacia su enemigo, que no pudo cubrirse bien, al final lo tiró para atrás, y rompió una viga de un edificio con su pequeño cuerpo. Al ver que el niño resistió sus golpes corrió hacia Ten Shin Han y lo levantó diciendo que si el muchacho se movía mataría al joven.
Entonces el demonio tomó dos rocas y las tiró hacia el brazo y la rodilla de su adversario, rompiéndoselos, voló alto y se lanzó a toda velocidad hacia Goku para acabar con él. Por suerte el Sayayin criado en la Tierra reunió toda su fuerza en su puño e impulsándose con un Kamehameha atravesó a Daimaku en el estómago, antes de morir, el ser de piel verde lanzó un huevo, luego lo que quedaba de su cuerpo explotó. Al ver Vegeta que Goku mató a su aliado y quedó muy mal herido, ordenó detenerlo, por suerte Ten Shin Han logró con ayuda de varios simpatizantes volver a salvo a Kame House, con su salvador.
— Son unos idiotas, lo tenían casi inconsciente ¡¡CÓMO SE LES ESCAPO!! A la próxima que lo tengan así y no lo traigan los mataré — el dictador estaba furioso, pero por ahora no quería perder más tropas por su mano.
Mientras en la casa del maestro Rochi, todos estaban contentos que los dos hubieran vuelto vivos.
— Que bien Goku, que no te encuentre nunca, sé que tú salvarás a la tierra — se alegró Bulma al saber que su amigo escapó.
La muchacha trataba de construir otro radar del dragón, pero por una u otra razón debía detenerse. O se le perdía el prototipo, o era destruido al estallar algún invento pedido por el Dictador, se frustraba, pero no quería detenerse, debía conseguir hacer otro radar, y así poder pedir que el dictador volviera de donde lo trajo su deseo.
El tiempo siguió pasando, cuando Goku cumplió 18 se casó con una de los líderes de la rebelión, la capitana Milk.
En el palacio, Bulma seguía tratando de contactar con la resistencia, por suerte Lunch, versión morena, logró llegar a dejar mercaderías al palacio, así se contactó con la científica, y por fin la de pelo azul tuvo información de su amigo y de Yamcha.
— Dice que ha tratado de reconstruir el radar del dragón, pero por una razón u otra no lo ha logrado. Ahora Vegeta prepara colonias para los otros planetas, los van a terraformar, quiere extender su reino.
— Eso es lo malo, muchos están contentos con él, ha avanzado la tecnología del planeta de una forma increíble, y ahora planea solucionará el problema de la superpoblación.
— Pero a qué precio — Goku miró a su pequeño recién nacido — debo detenerlo y darle un buen futuro a mi pequeño Gohan. He entrenado mucho, pero él todavía es más poderoso.
— Todavía tienes esa idea dando vueltas en tu mente — le comentó Krillin.
— Me vuelvo más fuerte cada vez que quedó casi moribundo, si me dejó detener, ese tipo me ayudará a ser más fuerte, él tiene cola como yo tenía, dijo que es sayayin, debo ser de la misma raza.
— Si es como tú — meditó Yamcha — y le cortas la cola le quitarás la posibilidad de convertirse en ese mono gigante.
— Entonces yo me convertí en ese ser monstruoso que mató a... — su barbilla tiritaba angustiado.
— Lo siento, no quisimos decírtelo para que no te pusieras así — se excusó Yamcha.
— Yo maté a mi abuelito...
Por suerte, gracias a Uranai Baba, conversó con el anciano Son Gohan y pudo sentirse mejor.
— Hijo, no lo hagas — lo aconsejó el anciano.
— Es la única forma, quiero salvar a la Tierra, y que el mundo sea mejor para mi niño.
— Deberías hablarlo con tu esposa, ella merece saber qué plan tienes.
Él esa noche conversó con Milk, quien se horrorizó con la idea de su esposo.
— Debes proteger a tu hijo, no puedes irte así como así, ni siquiera sabes si podrás volver vivo. No lo hagas.
— Por eso mismo debo hacerlo, debo proteger a Gohan, y solo haciéndome más fuerte lo lograré.
Su esposa logro tenerlo a su lado por un tiempo más, cuando su primogénito cumplió 2 años, coincidió que Vegeta hizo una transmisión a todo el planeta, si quien buscaba no aparecía, destruiría una ciudad cada día hasta que apareciera, Goku logró mantener eso oculto de Milk, que estuvo muy atareada con la fiesta de cumpleaños, cuando el festejó termino, espero que ella se durmiera y se fue al Palacio del Dictador.
— ¿Qué pasa? — preguntó Vegeta cuando uno de sus soldados tocó a las puertas de sus aposentos.
— Mi señor, llegó el tipo que usted buscaba, el que tiene el pelo como palmera.
— Debe ser Kakaroto, en las imágenes que vi de él hace poco es idéntico a Bardock.
Quien diría que encontré al hermanito de Raditz.
Salió al patio donde estaba el joven, custodiado por sus guardias.
— No me dejaste divertirme un poco siquiera antes de entregarte.
Goku lo miró serio y no dijo nada.
— Creo que a pesar de todo iré a...
— Prometiste que no lo harías.
— ¿Quién me impide hacer mi voluntad?
— Diablos... nooo — se tiró a luchar con el Príncipe.
Esa tarde pelearon hasta que anocheció, momento en que el dictador lo dejó inconsciente.
— Llévenlo a una celda, adviertanle que si quiere escapar, destruiré una ciudad por cada día que no esté aquí, iré a mostrarle que no estoy mintiendo.
Fue a una ciudad que quedaba cerca y la destruyó. Cuando al otro día Goku despertó el Príncipe estaba frente a él.
— No podrás irte de aquí, y si pienso que quieres matarme, o buscas como darle información a los rebeldes, mira esto ¿Lo reconoces? — tenía en sus manos fotografías de edificios de formas muy especiales, las había visto cuando iba para ese lugar, pero ahora estaban todos en ruinas.
— No puedo creerlo — exclamó Goku.
— Cómo te dije llegaste muy rápido, no pude divertirme, además así sabrás qué pasará si me desobedeces.