En dos años Goku estuvo muchas veces a punto de morir, Bulma siempre que podía iba a verlo a las cámaras de recuperación, hasta que el príncipe vio a su compañero de pelea hablando con la científica, entonces se acercó riendo irónico.
— Veo que ya tienes una pareja en el castillo, haré que te asignen unas habitaciones para ti y tu novia — rió malicioso.
— Ella es mi amiga. Yo estoy casado.
— Ja ja ja entiendo. Vi que puedes sentir los ki, enséñame.
— Nunca.
Vegeta lo miró serio, luego sonrió maligno, y se fue.
Goku olvidó está conversación hasta que días después, temprano, lo hicieron ir al patio del castillo de piedra, allí estaba una morena con ropa oriental, y un pequeño en sus brazos, con un gorro rojo y una cola.
— Milk... Gohan... no.... no puede ser... ¿Cómo? — miró al otro sayayin sin dar crédito a lo que pasaba.
— Fuiste tú idiota, me diste la forma de obligarte a obedecerme incondicionalmente, luego que me dijiste que eras casado no fue difícil encontrarlos, confiaste mucho en estas sabandijas humanas, para salvarse son capaces de entregar a su madre.
— No les hagas daño
— No sería capaz de hacerle nada malo a la familia de mi mejor servidor, que me ayuda en todo lo que le pido — sonrió triunfante.
Goku entendió perfectamente lo que quiso decir Vegeta.
— Ganaste — respondió viendo al suelo.
— Siempre.
Un año más tarde, Goku se negó a destruir un grupo que había tratado de destruir parte del Palacio real, Vegeta lo golpeó hasta que el otro sayayin cayó sin poder moverse, entonces hizo traer a su familia, le quitó el niño a su madre de sus brazos, se ensañó con Gohan que solo tenía 5 años, al final lo arrojó al aire, y con una bola de energía lo envió afuera de las murallas del castillo.
— Será pasto para los animales salvajes.
— ¡¡Te mataré!! — gritó el padre, cuyos dientes rechinaban de ira.
— Si no quieres que tu amada humana sea la siguiente, harás lo que yo diga.
— Maldito... — su pelo se puso rubio por un mini segundo, pero luego de ver que el dictador tomó a Milk por el cuello, su mirada perdió vida, ya nada le importaba, a no ser mantener a su esposa a salvó.
— Ganaste por ahora, pero tarde o temprano me las pagarás — Goku fue a consolar a Milk.
"Qué raro, me pareció que su cabello se estaba volviendo rubio ¿Será el legendario super sayayuin?".
Bulma vio todo, cuando el tirano pasó a su lado no pudo contenerse, ella había cuidado a Milk y a Gohan ese tiempo, incluso vivían en alojamientos contiguos, vio todo rojo, la furia la controló, lo siguió por un pasillo vació, cuando pudo alcanzarlo le tomó el hombro.
— Eres un animal — fue tan rápida que el dictador no alcanzo a esquivar la cachetada — ¡¡TE ODIO!! — cuando la humana vio los ojos del sayayin se percató de lo que podría pasarle a sus padres y amigos — yo... yo... yo...
El Dictador se tocó la mejilla, sonrió fugazmente, se dio media vuelta y siguió su camino, cuando Bulma lo vio desaparecer en el edifico cayó de rodillas.
"Pensé que me mataría".
La científica fue donde Milk, para consolarla por la muerte de su hijo.
Vegeta, en su habitación pensaba como vengarse de la humana.
— Mujer vulgar, si te mató no será suficiente para que pagues por la ofensa que me has hecho... me odias... ya sé que hacer... — sonrió malicioso.
Fuera de los muros, en un prado estaba el cuerpo de Gohan, vivo, pero muy magullado, casi no podía respirar. Un ser de más de dos metros, vestido con un traje violeta, con capa blanca, y cubierta su cabeza con un turbante, se acercó al pequeño, lo tomó con cuidado y se lo llevó.
En el palacio Vegeta empezó a ir al laboratorio donde trabajaban Bulma y su padre, siempre estaba al tanto de los experimentos y daba ideas para armamento, pero por medio de otras persona. Primero la científica pensó que iba para castigarla por lo que ella le dijo, y que en cualquier momento la golpearía, pero las constantes visitas, siempre terminaban con halagos hacia su trabajo.
— Hija, ten cuidado — el Dr. Brief quiso prevenir a su hija, veía algo en los ojos del Dictador que lo preocupó.
— ¿Por qué lo dices padre?
— Es un maldito, por favor aléjate de él — la miró fijamente, asustado por lo que descubrió — ¿Te gusta?
— Estás loco, es un maldito asesino — no le había dicho que fue por su deseo que había aparecido el sayayin.
— Espero que no lo olvides, por tu bien mijita.
Vegeta empezó a llevar a Goku a su límite, así pudo hacer que se convirtiera en un super sayayin, pero por más que esté le explicaba cómo hacerlo, el príncipe de su raza no lo lograba.
— Te juro que es como te dije, solo junto todo el odio que tengo en mi corazón por lo que le pasó a mi hijo y a todos esos inocentes que he tenido que golpear por tus órdenes y me convierto.
— Debe haber algo más, sino por qué no puedo hacerlo yo cuando recuerdo que ese maldito mató a mi padre, a mi planeta, a mi raza — termino gritando el Dictador de la Tierra.
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Mientras en el espacio, Freezer envió naves a investigar varios sistemas solares para ver cuál sería el siguiente que tomaría, para luego de matar a sus habitantes, vender el lugar. El último de ellos tenía un sol amarillo, el tercer planeta se veía azul desde el espacio, debido a los mares.
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En el laboratorio del Palacio de la Tierra.
— Vegeta... disculpe señor Vegeta, no lo sentí entrar al laboratorio, mi padre se fue a descansar, trabajo toda la noche en...
— No quería verlo a él — la miró seductoramente.
— ¿Disculpe señor?
— Dime Vegeta — se acercó a la humana con la misma actitud de un gato acorralando a un ratón.
— Vegeta... — el reclamo quedó cortado por el beso desesperado que le dio el sayayin, no pudo decir nada más cuando se separaron sus cabezas.