¡Hola otra vez! Solo quiero aprovechar para decir que la historia fue pensada para ser corta y lo seguirá siendo. Sin embargo, después de analizarlo bien... creo que todavía quedaba algo pendiente, y es por eso que he decido añadir otras partes más para quién quiera saber más sobre qué fue de la relación de Linda y Thiago.
¡Disfrutadla! :3
Y cada día que pasó a su lado bajo el mismo techo, fue una nueva ocasión en la que Thiago podía aprender algo diferente de la mano de Linda. Al mismo tiempo, también se dieron varias oportunidades para que él demostrara lo dispuesto que estaba a cumplir su promesa de conquistarla. Y se planteó conseguirlo a partir de hacer todo lo contrario a lo que comenzó a hacer con ella tan solo conocerla.
A base de palabras y gestos cariñosos...
—Solo tú puedes hacer que algo tan simple como barrer, se vuelva una escena digna de ser inmortalizada en una pintura.
Las primeras veces, Linda se sentía en las nubes cuando Thiago la perseguía como un niño a todas partes; cuando intentaba sorprenderla tras su espalda murmurándole al oído, o cuando le robaba castos besos en alguna ocasión... a los que ella, dependiendo de cómo amanecía, decidía resistirse o ceder momentáneamente.
—Y cada vez que realizas algún esfuerzo, adoro tanto ver esa vena sobresalir en tus sienes... —confesó suspirando—. Porque es algo único en ti, ¿comprendes?
Pero ahora lo miraba como si le hubiesen crecido tres cabezas de golpe.
—Thiago, ¿No crees que te estás pasando un poco?
Él frunció el ceño.
Y es que el hecho de que fuera tan amoroso incluso en la más absurda de las situaciones, estaba empezando a resultarle un poquito molesto.
—Yo solo digo lo que pienso.
Linda tomó una bocanada de aire y siguió barriendo sin que Thiago dejase de observarla, como era costumbre. Después de un rato, al terminar, mandó a Thiago a poner la escoba y el recogedor a su sitio mientras decidía cuál sería su siguiente paso.
—Creo que voy a darme un baño.
Y Thiago asintió. Pero Linda siguió mirándolo como si esperase algo de su parte.
—Ah, sí, esto... —Se rascó la cabeza—. Y yo me encargaré de recoger y ordenar la ropa del tendedero.
Linda se dio por satisfecha.
—Así me gusta.
Y no se movió de su sitio hasta que Thiago se marchó primero para encargarse de los quehaceres que había prometido, aunque lo hiciera sin dejar de resoplar.
Una vez entró a su habitación, se aseguró de mantener la puerta bien cerrada antes de seguir hasta el baño.
El motivo se demostró tan solo cinco minutos más tarde, porque tan pronto se oyó el sonido de la ducha abriéndose, unos pasos silenciosos fueron acercándose sigilosamente desde el patio.
Cuando estuvo delante de la puerta, Thiago recurrió a su primera estrategia; intentó concentrar todo su peso en su hombro para luego presionarlo contra la puerta con fuerza. Pero no surgió efecto. Así que decidió ponerse de espaldas, inclinó sus pies hacia adelante y empujó toda la parte superior de su cuerpo hasta que sus puños dijeron basta. Sorpresivamente, tampoco sirvió de nada.
Eso solo significaba una cosa: Era muy probable que Linda hubiese añadido otro mueble más detrás de la puerta para evitar que se volviese a colar... como había conseguido en las últimas dos ocasiones.
Su intención no era otra que desear admirar el reflejo de su cuerpo detrás de la cortina que cubría de extremo a extremo toda la bañera. Obviamente, Linda pegó el grito en el cielo la primera vez que lo descubrió. Ya a la segunda le tiró el jabón.
Thiago todavía no entendía porqué se ponía así. A fin de cuentas, parte de su propósito era conseguir tenerla todas las noches desnuda en su cama.
...Una vez se convirtiese en su mujer con todos los requisitos y responsabilidades que eso conllevaba; como trabajar en partes equitativas con ella para mantenerlos a ambos, cargar con los pros y contras de su forma de vida, y una larga lista más en la que le daba dolor de cabeza pensar.
Viendo que no tenía tiempo para ingeniar otro plan, Thiago cerró los ojos y se concentró en escuchar el sonido del agua cayendo sobre su piel, para que al menos su imaginación le brindase una digna compensación de su deseo.
De un momento al otro, el grifo se cerró, y Thiago corrió despavorido hacia el tendedero de la ropa y tratar de darse prisa en hacer lo que pudiese.
***
Cuando Linda estuvo lista, salió a evaluar lo que había sucedido en su ausencia.
No le sorprendió nada ver que la faena estaba incompleta. Thiago aun no llegaba a acabar las tareas en una franja de tiempo que, en un principio, no tenía porque tener ningún problema.
Y tampoco era muy difícil adivinar en que asuntos podría haber estado entreteniéndose.