¿y si fuera ella?

Tres

Xavier
 

Canción: Dulce locura – La oreja de van Gogh 
 


La semana empezó muy tranquila para mi gusto; la ida hacia los molinos resultó ser agradable, al regresar me encuentro con mi hermana esperándome en la oficina

- ¿Qué haces aquí Xiomara? – esta posicionada de mi silla –

- Esperándote ... necesito un favor tuyo; voy a cotizar todo para la fiesta y tienes que ir a buscar a Xander al colegio – la quito de la silla para sentarme yo –

- Xiomara ... estoy muy ocupado

- Tu secretaria me dijo que hasta habías adelantado trabajo y tu agenda esta desocupada justo el resto del día – bufo –

- Esta bien ... ¿para dónde vas? – se sienta al frente mío –

- Ya te dije voy a cotizar las cosas para la fiesta de Xander, voy a ir a dos cuadras de aquí a un lugar llamado Ela's cupcakes y de ahí a una tienda de decoración por la avenida Boyacá

- Porque no lo haces al revés, primero ve a lo de la decoración y después vas a los de las tortas – se levanta para irse –

- Te capto el punto Xavier... ya sabes vas a buscar a Xander, lo llevas a almorzar y lo demás ya lo sabes ... nos vemos en la casa

- Ok, Xiomara

Mi hermana me cree niñero, aunque me encanta estar con Xander, es un niño bien portado e inteligente, bueno veámosle el lado positivo a la situación, hoy descansaré un poco.

Xiomara
 


Dejar a Xavier con Xander no es un castigo, más bien es motivo para que descanse, estos últimos meses ha estado en sus niveles más altos de estrés y es poco o nada lo que ha descansado. No estaba al tanto de la situación de la familia, bueno el apuro en el que puso mi abuelo a Xavier, él siempre fue mañoso, en los negocios fue igual, pero al ver el potencial de mi hermano, se enfiló hacia él, desde la esposa hasta en el área de negocios.

Ahora esta buscando a su ex esposa, ella es una buena chica, algo revolucionaria, con ideas claras y espíritu aventurero; al conocerla el abuelo la encontró perfecta para su nieto y pues ya saben lo que pasó, lo obligó a casarse inventando una enfermedad mortal y así lo logró. Pero mi hermano se enamoró de ella, más bien siempre lo estuvo, pero se dio cuenta tarde de eso hecho.

Quiero ayudarlo, pero no se como hacerlo, mi relación con Micaela era prácticamente nula ya que yo en esa época andaba en mi cuento, así que no se mucho de ella, solamente que hacía unos brigadeiros espectaculares.

Llegando a la avenida Boyacá, me desvió y me voy para el sector de san Victorino, en ese lugar encontraré todo lo que necesito para la fiesta de Xander. Con todo comprado me doy cuenta de que la idea de mi hermano era buena mejor era venir hasta acá primero.

Compre de todo, pero salió más económico que contratar una decoradora como lo quería medio mundo, así mi hijo entenderá el valor de las cosas, que todo cuesta y es mas bonito cuando uno hace las cosas con sus manitos. Salgo del sector ya entrada la tarde, me dirijo hacia Ela's cupcakes que queda como a tres cuadras de la empresa, me topo con un trancón de los buenos, Bogotá es la ciudad de las oportunidades y de los trancones.

Cuando al fin salgo del temible trancón, ya es bastante tarde, aun así, decido llegar; van a hacer las 6 de la tarde, cuando me topo con una casa linda adaptada como un local de tortas y de toda clase de chucherías. Al entrar el ambiente me encanta, se percibe un olor a chocolate y especias de todo tipo, por el dato que tengo, todo es hecho a mano y personalizado; precisamente lo que quiero.

Observó todas las vitrinas y hay de todo, me enfoco en unos brigadeiros; recuerdo que son los favoritos de mi hermano y pido llevar una caja pequeña como muestra de agradecimiento por cuidar a Xander. La chica que me está atendiendo me comenta que son receta de la casa, que no voy a encontrar otros igual en ningún lado.

Pido hablar con la persona a cargo para hacer mi pedido para el grado de mi hijo, me enfoco en un gran ventanal que da hacia las afueras del local, rogando que no vaya a llover, cuando escucho un gran estruendo a mis espaldas, al darme vuelta no doy crédito a lo que veo.

Micaela Mendoza está al frente de mí.

Si ella estaba con cara de impacto al verme, yo estaba feliz, pero intuía por su palidez que algo paso con mi hermano y las cosas no quedaron bien y por eso la está buscando, en fin, son sus problemas y en eso no me meteré, pero de qué me iba a ganar su confianza, lo iba hacer; además se lo debía a Xavier, cuando todos me dieron la espalda él estuvo para mí como un roble, me protegió cuando más lo necesite, así que era mi momento.

- Hola ... ¿Micaela verdad? – nos dividía una torta hecha trizas en el piso –

- Ehh... ¿hola?... ¿Qué cuentas? – nerviosa nivel ... Dios-

- Me recomendaron este local de tortas y aquí estoy ¿eres la dueña? – su palidez seguía, miró hacia la chica que me atendía y ella nos dejó solas en estancia –

- Eh ... sí ... ¿Quién te recomendó el local?

- Unas de las secretarías de la empresa, que a menudo compra tortas para sus hijos – le sonrió para que el ambiente se relaje, observó los brigadeiros que compre y tomó caja antes que me la quite, me siento y la coloco en mis piernas –

- Ah ya ... Xiomara no te puedo atender tu pedido ... ya vamos a cerrar – ah no nena, no me la vas a hacer, tomarás el pedido –

- No ... no puedes hacerme esto Micaela, mi hijo toma grado este fin de semana, y yo escogí este lugar, da la casualidad de que es tuyo con más razón quiero la torta de aquí ... por favor - se sienta al frente mío y suspira –

- ¿Tienes hijos Xiomara? ¿te casaste? – la que suspira ahora soy yo -

- Si tiene 5 años ... no me he casado, soy madre soltera – su expresión de a poco está cambiando –




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