¿y si fuera ella?

Treinta y cinco

Canción: Paradise / Coldplay
 

Xavier
 


De regreso a Bogotá, atrás habíamos dejado la cabaña y el fin de semana de ensueño y otras cosas más, en cierto modo regresamos distintos, más apegados uno al otro, con un futuro claro, con un norte.

Siempre que pienso en nosotros me remonto 10 años atrás, al lugar donde nos vimos por primera vez, la primera vez que la bese y reconozco que no supe interpretar esas señales, sus miradas, su forma de ser de conmigo, hoy anhelo devolver el tiempo y aprovecharlo, pero la vida jugó con nosotros y nos tocó vivir alejados con nuestros demonios a cuestas.

Ahora aprovecho cada momento para besarla, tocarla, reírnos, hasta molesta me gusta esa mujer; la veo moverse por la cocina con Martina pegada como un chicle, eso quiere decir que mi hija quiere algo y así es, al salir de la cocina viene con un brigedeiro en la boca.

Siento unas manos tibias en mis hombros y volteo a verla me entrega unos brigadeiros

- Andas muy pensativo ... - le sonrió –

- ¿Se nota mucho? – asiente –

- Bastante ... te elevas de pronto ¿en qué piensas? ¿puedo saber? – coloco los brigadeiros en una mesita cercana y la jalo hacia a mi –

- En que nuestro pasado y a veces anhelo volver el tiempo, pero también pienso que nuestro futuro es prometedor

- No pienses en eso, aquí estamos teniendo un presente bueno, todo está tomado su curso – esta recostada en mi pecho –

Nos quedamos en esa posición por largo rato, hasta que sentimos alguien espiándonos y unas manitos heladas posándose en mi rostro

- Muchos abrazos y besos – se ríe –

- ¿No quieres que abrace y bese a mamita? – se queda pensando, viendo a la Micaela –

- Si quiero, lo que pasa es no hay rastro del bebé – me quedo viendo a Micaela y estallamos en risa –

- No hay bebé todavía Martina, todo es un proceso – dejó de abrazarla y dejo que hable -

- ¿Te cuánto tiempo estamos hablando papis? – se sienta en medio de los dos -

- Por ahí un año o más, todo depende de que mami este bien – se sonríe –

- Ah entiendo, entonces debes comer verduras – hace caras cuando menciona la verdura –

- Así es ...

Si Micaela quedara en embarazada la brecha de tiempo entre Martina y el bebé sería de 10 años, además me quedó sonando la expresión "todo depende de que mami este bien".

Subo a la habitación al rato  y me acuesto al lado de Micaela que tiene un libro entre manos

- Allá abajo le dijiste a Martina "todo depende de que mami este bien" ¿te sientes bien? – deja lo que está leyendo en la mesita de noche –

- Yo me siento bien, pero ten en cuenta que tuve a Martina hace 10 años, quiero revisarme para saber que todo esté en orden

- ¿Puedo ir contigo? – se sonríe –

- Tengo que ir con mi esposo o prometido

- Ok cumplo con las dos especificaciones – nos carcajeamos-

Siempre teníamos tema de conversación, a la hora de fuera y eso me encantaba de nuestra relación.

Habíamos hecho ajustes a todo, Carmen se fue a vivir con el novio, ya no cuidaba a Martina, ahora era socia de la pastelería, mi padre estaba de lleno en los molinos, venía a casa los fines de semana y de paso visitaba a mi madre, Xiomara está más enfocada en el trabajo y la pastelería se proyectaba como un negocio rentable, prácticamente lleva el mando administrativo.

Teníamos una cita pendiente, ir al médico y revisarnos ambos, así hicimos y expresamos nuestro deseo de ser padres otra vez, ambos estábamos en términos generales bien, pero la edad de Micaela jugaba un papel importante y el hecho de que había un tiempo considerable entre el primer embarazo y este que estábamos planeado, conlleva un trabajo arduo, pero las posibilidades son altas.

Al salir Micaela esta algo desanimada, el doctor no nos dio certeza, pero lo intentaremos, la tomó de la mano y caminamos por el centro de Bogotá, por primera vez no tenemos tema de conversación simplemente caminamos sin rumbo fijo; habíamos caminado bastante cuando nos topamos con una chica con una gran sonrisa, pero su palidez es evidente, camina por la plaza, hasta ahora nos damos cuenta que estamos en una de las tantas plazas de Bogotá, la chica trae un ramo de Nardos, los conozco porque esas flores le encantaban a el abuelo, la chica se aproxima hacia nosotros

- Que bella pareja ... - nos entrega un Nardo – Luz a su vida

- Gracias – decimos al unísono -

Nos quedamos observando que cada vez que veía una pareja, les entregaba una flor, Micaela me jala de la camisa

- ¿Te acuerdas a quien le gustaba esta flor? – me sonrió –

- Si ... a el abuelo, la casa siempre olía a Nardo perfumado

- Así es .... – la volteo a ver y su semblante había cambiado, tenía una tenue sonrisa en su rostro y recuerdo que el abuelo siempre me decía que esa flor tiene un efecto relajante –

Seguimos caminando hasta que los pies de Micaela no daban para más, paramos en un restaurante de comida rápida, pedimos dos hamburguesas y dos gaseosas

- Jamás pensé que iba a tener problemas para embarazarme, me siento frustrada Xavier – la tomó de la mano, en silencio la escucho – quiero devolver el tiempo, en este momento quiero tantas cosas

- Yo quiero que estés tranquila, el bebé llegará, hay que hacerle caso a Martina, entre más besos ... mejor – se carcajea –

- La chica que nos regaló el Nardo, notaste su palidez, pero su sonrisa brillaba ... no olvidaré su rostro jamás, me transmitió fuerza y tranquilidad

- Me paso igual, ojalá la vida le dé la luz que nos regaló

Terminamos de comer y pedimos un taxi de vuelta a la clínica ya que allá dejamos el auto, de regreso a casa, lo hicimos más tranquilos, conversamos todo el camino, aparte le llevábamos una hamburguesa a Martina. Cuando nos vio llegar corrió a nuestro encuentro, sus abrazos con olor a perro son un bálsamo para nosotros.




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