Salí temprano del trabajo y me dirigí rápidamente a mi casa para refrescarme y alistarme para esta noche, ha pasado un mes desde que Chase y yo empezamos por así decirlo a salir. Hace unas horas me mando un texto para que estuviera lista a las ocho.
Saliendo de la ducha, envuelvo mi cabello en una toalla y me acerco a la cama para observar mi atuendo de esta noche, un vestido ceñido al cuerpo de color verde esmeralda con tul negro en el escote, tiene un hombro y llega por encima de las rodillas.
Me puse ropa interior de encaje negra y empecé a secar mi abundante cabello castaño con la secadora, tras unos minutos lo cepille y lo alise. Me puse el vestido y me calce los tacones observando que faltan quince minutos para que llegue Chase, aplique base y rímel de ojos, un poco de rubor en mis mejillas y para rematar labial rojo y un poco de perfume.
Observe mi reflejo en el espejo y sonreí complacida al tiempo que sonaba la bocina del auto estacionarse en la entrada, sonreí y me observe una vez más al espejo antes de dar media vuelta y empezar a bajar las escaleras.
Conforme me acercaba al carro note el cambio en la expresión de Chase, abrió ligeramente los labios y trago duro, recorrió mi cuerpo de arriba abajo sin pudor alguna varias veces y sonrió con malicia.
—Estar así de hermosa debe ser pecado Lía, quiero llevarte de nuevo escaleras arriba y no dejarte salir en horas —susurro lo último en mi oreja y deposito un suave beso que logro erizar todos los vellos de mi cuerpo.
—Eres una invitación abierta mi dulce Amelia. Estas deslumbrante —termino acomodando un mechón de cabello lacio tras mi oreja y me sonroje.
—Gracias Chase tu tampoco estas nada mal —dije observándolo fijamente a los ojos. Chase mordió su labio inferior y descendió con su vista una vez más por mi cuerpo, pose su mirada en mis labios y sonreí.
Me acerque hasta su oreja sintiendo como su colonia empezaba a marearme.
—Más tarde te enseñare que traigo debajo de este vestido, por ahora vámonos —susurre con tono sensual y sentí como Chase soltaba un jadeo bajo.
Es curioso pensar que hace más de cuatro meses estuviera a punto de casarme con otro hombre.
Gracias a Chase descubrí otra parte de mí que nunca creí que tendría, hasta hace unos meses pensar en hacer comentarios lujuriosos hubiera provocado que me sonrojara hasta las orejas y que me reprendiera a mí misma por ese mal comportamiento.
Chase me mostro que estaba bien hacerme desear, que la vida era mucho más que buscar ser correcta y desear una estabilidad. He descubierto que el destino tuvo una forma extraña de hacerme entender que el hombre perfecto para mí era justamente aquel que veía imperfecto.
A pesar de todo el dolor y el daño que Jasón pudo causarme con sus engaños, me regalo algo que no sabía que necesitaba hasta que lo encontré, el amor de Chase Connor.
Chase reacciono y me tendió la mano para ayudarme a bajar los escalones, abrió la puerta del carro para mí y sonreí en agradecimiento. Lo observe dar la vuelta y subirse a su lado. Chase puso en marcha el carro y salió de la entrada de la casa, note que se dirigía al norte y fruncí el ceño.
—Espero que no te moleste Lía, tengo que atender un asunto antes de que podamos cenar como prometí, pararemos un momento en el club —dijo tomando mi mano y entrelazando nuestros dedos.
—No me molesta, de hecho tenía ganas de conocerlo —sonreímos y observe las calles de los ángeles pensando en los cambios que tuvo mi vida.
Hace más de cuatro meses se suponía que me casaría con Jasón, y ahora estoy saliendo con su hermano menor, que por cierto se dedicaba a amargarme la vida desde que lo conocí.
Por otro lado está el tema con Joshua, no puedo estar tranquila hasta que sepa que lo atraparon y que no escapara de la cárcel. Me he debatido internamente varias veces sobre contarle o no a Chase sobre mi padrastro pero considero que no es necesario, después de todo él no puede acercarse a mí.
Tan distraída estaba en mis pensamientos que no note que ya hemos llegado al club, Chase abrió la puerta por mí y me ofreció su mano para caminar, gustosa la tome y observe de reojo como varias personas se nos quedaban mirando.