La relación con Chase es como un sueño, jamás pensé que alguien podría despertar tantas emociones como Chase en mí, ya han pasado cinco meses desde la primera vez que estuvimos juntos por culpa del alcohol.
Chase me aviso que tenía una sorpresa preparada para mí para cuándo llegará y que me recogería en la noche. Me advirtió que usará ropa cómoda así que me puse un pantalón elástico negro que se ajusta perfectamente a mis curvas, y que no incomoda al bebe.
Me observe de perfil en el espejo y note como mi vientre se veía bastante abultado, no sé cómo lo confundí con que me estaba engordando debido a las emociones y a el estrés. Acaricie un par de veces la redondez y me permití pensar en la reacción de Chase al saberlo. Probablemente no lo quiera y me toque criarlo sola, pensé con tristeza, apartando esos pensamientos de mi mente me termine de vestir.
Me puse una camisa manga tres cuartos blanca con un estampado de una banda en el pecho y me calce unas converse blancas.
Me maquille casual y deje mis rizos castaños naturales caer libremente por mis hombros, tome un bolso de un solo hombro y me gusto la imagen que se refleja en el espejo, aplique un poco de colonia justo cuando sonaba el timbre, ya está aquí, pensé.
Me apresure a bajar las escaleras teniendo cuidado de no resbalar y me plante frente a la puerta, respire un par de veces y abrí encontrando a mi novio vestido con pantalones de jean azul, una polo negra y unas deportivas del mismo color, sonrió abiertamente cuando me vio y brinque a su encuentro enroscando mis piernas en su cadera.
Uní mi boca a la suya y acaricie lentamente sus labios, pase la punta de mi lengua por su labio inferior y lo tome entre mis dientes en medio de una sonrisa. Chase tomo mi cabeza y profundizo el beso recostando mi espalda contra la pared. Iniciamos una guerra entre nuestras lenguas y finalmente nos separamos por falta de aire.
—Estas preciosa Lía, y sabes tan dulce… —susurro y me sonroje— no sabes cuánto te extrañe estas semanas.
—Tu también estas muy guapo Chase —conteste mordiendo mi labio— también te he extrañado muchísimo.
Chase me puso devuelta en el suelo y acomodo mi cabello.
— ¿Estas lista para irnos Lía? —pregunto y asentí tomando mi bolso y saliendo de casa. Chase abrió la puerta para mí y sonreí entrando y acomodándome el cinturón.
— ¿Me dirás a dónde vamos? —Pregunte en el auto— No, lo sabrás cuando lleguemos ahí.
Me concentre en mirar la carretera un rato y me percaté de que estábamos acercándonos al mirador.
— ¿Vamos al mirador? —pregunte impresionada, Chase sonrió y puso una mano en mi muslo.
Nos bajamos del auto y Chase tomo mi mano para guiarnos por el sendero, a medida que avanzábamos fui consiente de un cambio en el ambiente, llegamos al centro del mirador desde donde se puede ver claramente todo Los Ángeles y sonreí.
—Oh Chase —ahogue un jadeo al observar que arreglo una cena romántica. Una mesa para dos vestida con un mantel bordado en rojo y blanco, hay dos platos en la mesa tapados y más haya puedo apreciar que contrato a alguien para que nos sirviera. El lugar está decorado con luces blancas y pétalos en el suelo formando un camino, hay una manta en un extremo con vista a la ciudad.
Sonreí abiertamente y le mire.
—Es muy hermoso Chase, gracias —me acerque y le bese sin importarme que nos viera el mesero. Cuando nos separamos Chase me guio hasta la mesa y corrió el asiento para mí, se sentó en su lado y le hizo una seña al joven para que comenzara a servir.
Cuando el joven se retiró me permití hablar tranquilamente.
—No puedo creer que me hayas traído aquí, y que prepararas todo esto. Me trae recuerdos este lugar —le conté.
—Hable con tu amiga Nicole antes de aterrizar, ella insistió en que este era el sitio correcto para traerte, ¿Qué recuerdos tienes aquí? —pregunto mientras comíamos.