¿y Si Fueras Tú? #1 Amelia [completa]

Capítulo 17

Una semana ha pasado desde que desperté y Chase me propuso matrimonio, sin falta a estado día y noche a mi lado. No he podido conocer a mi bebe porque los médicos necesitaban monitorearme para descartar posibles recaídas, después de todo mi corazón se detuvo en el parto y temían que me pudiera volver a suceder. Hoy por fin el doctor dará su visto bueno para que pueda dejar la habitación e ir a conocer a mi pequeña, Chase cada día me ha mostrado fotos y videos de ella y es tan perfecta y hermosa como imagine, su cabello lacio negro y sus hermosos ojos azules es el único parecido que tiene con su padre, todos me dicen que es mi vivo reflejo.

 

Jenny y Nicholas han venido a verme acompañados de sus mellizos Clara y Thomas, dos hermosos bebes de nueve meses. Incluso los padres de Chase pasaron a conocer a su nieta y por lo que me comento Jenny su madre quedo encantada con la bebe, por su parte Jasón estuvo rondando varios días hasta que se enteró que desperté y luego se marchó no sin antes disculparse nuevamente por lo que me hizo, logre encontrar en mi corazón el perdón que necesitaba y dejamos las cosas en paz, después de todo si no fuera por él no estaría en este momento comprometida con Chase y no habríamos tenido una hermosa niña juntos.

 

—Cariño ya sabes que no debes levantarte, el doctor vendrá a verte en unos minutos y necesitas estas calmada para los exámenes —la voz de Chase me hizo mirar hacia la puerta y lo vi ingresando con una sonrisa en sus labios, me gire hacia él desde la ventana y me abrace a su pecho cuando llego a mi lado.

 

—Lo sé, es que estoy muy ansiosa por conocerla pero…—aparte la mirada y la fije en el cielo— me gustaría que Nicole estuviera aquí para conocerla.

 

—Lía te prometo que la encontraremos y la traeremos de vuelta para que la conozca, no vamos a descansar hasta encontrarla —dijo con sus ojos azules fijos en los míos y asentí al ver su determinación.

 

—Está bien, yo solo —me vi interrumpida por el carraspeo del doctor Richaston desde la puerta, nos separamos un poco para verlo ingresar— Con permiso, señorita Smith voy a revisarla y si esta todo en orden le daremos de alta en la tarde.

 

Sonreí ante sus palabras y me aproxime a la cama, me senté como de costumbre y estire mi brazo para que el doctor me revisara, estoy muy ansiosa por conocer a mi pequeña por primera vez.

 

—Permítame decirle que todo está en orden, le daré de alta en unas horas. Por ahora es libre para ir a conocer a su pequeña, he escuchado que está muy ansiosa por ver a su madre también —el doctor sonrió y me levante de un salto dándole un abrazo que lo dejo sorprendido— muchas gracias doctor.

 

—No es nada, me da gusto saber que esta recuperada —sonreí una vez más y nos despedimos del doctor, empecé a respirar rápidamente y sentí a Chase entrelazar sus dedos con los míos.

 

—Tranquila, ella está ansiosa por conocerte también —sonreí y asentí antes de abandonar la que fue mi habitación por dos semanas, caminamos hasta el ascensor y esperamos hasta llegar a su piso, caminamos por el pasillo y Chase nos detuvo frente a un cuarto con una gran ventana al costado, nos acercamos y me señalo una cuna con un aparato encima.

 

—Esa es nuestra bebe —sonreí emocionada y solté su mano ingresando al cuarto, me acerque a la cuna y centre mi atención en la pequeña bebe que descansa en ella.

 

—Es perfecta Chase —susurre y la bebe abrió los ojos fijándolos en mi por primera vez, nos observamos por lo que pareció una eternidad y finalmente sonrió moviendo sus manitas antes de llevarlas a su boca.

 

— ¿Le gustaría cargarla? —Me volví al escuchar una voz a nuestra espalda y me fije en una enfermera— ¿puedo? —pregunte entonces con una emoción creciendo en mi pecho, la enfermera sonrió y asintió mientras caminaba hasta nuestro lado, hundió unos botones y levanto la máquina de la cunita, observe entonces a la bebe de cerca y sentí como las lágrimas se aglomeraban en mis ojos. La enfermera se agacho y la tomo con cuidado entre sus manos y me la tendió, al principio necesite que me ayudara a acomodarla y cuando la tuve contra mi pecho sonreí, la bebe me sonrió de vuelta y estiro las manitas a mi rostro, le sonreí dejando que las lágrimas se deslizaran por mis mejillas y me incline para depositar un beso en su frentecita.




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