-45, 46, 47, 48, Dios mío Luke, 50, 51, ¡ay no!.- dije pateando el suelo con mi pie cuando la pelota se escapó de sus pies luego de hacerla pasar cincuenta y un veces de pie a pie.- Oye lo hiciste excelente, esos trucos que haces pasando la pelota entre las piernas es alucinante.
-Gracias, pero no sé... ¿y si no es suficiente para poder entrar? ya sabes que aspiro al campeonato mayor.
-Luke por Dios, relájate, confía en lo que sabes, en los mini partidos antes del campeonato mayor podrás demostrar mucho y más- le dije dándole un apretón en los hombros. Estaba a punto de integrarse a unos de los equipos de fútbol de la secundaria. Los cupos se habían abierto dos semanas después del ingreso a clases. Los días habían pasado rápido y la verdad es que habían sido dos semanas bastantes aburridas, como siempre lo son las primeras semanas de clase.
Ian se dirigía a nosotros puesto que también se había inscrito en el equipo de fútbol, lamentable te no era el mismo que el de Luke por lo que lo más probable era que se tuvieran que enfrentar en alguna ocasión.
-Hey.- dijo disminuyendo su trote y dándole un abrazo un poco bruto a Luke.
-Hola Emma.- me dijo dándome un beso en la mejilla, siendo mucho más delicado que con el saludo a Luke.
Hombres.
-¿Estás preparado?.- dijo Ian dirigiéndose a Luke.- Porque la verdad es que estoy que me hago en los pantalones.
Luke y yo soltamos una carcajada.
-Créeme Ian, está igual que tú. - le dije dando unos toques en la cabeza de Luke como si fuera un bebe.
-Claro que no.- pronunció Luke, buscando mi cintura para hacerme cosquillas, los toques se volvieron más seguidos, y de pronto sus dos manos estaban apretando mi panza.
Malditas cosquillas.
Mi risa y desesperación no hacia más que divertir a los dos especímenes que estaban en mi compañía.
-Ya... bast- no podía siquiera hablar bien. - Luke!! Detente. - le dije una vez que pude zafarme al mismo tiempo que ponía mis brazos en frente a modo de defensa.
-Ya para por favor. - dije en un jadeo. Estaba segura que mi cara estaba colorada con todo el esfuerzo que implicaba reírse mientras unas manotas hacían cosquillas en mi abdomen.
-Ya niñita, ya. - dijo Luke con un jadeo pequeño, también se había cansado.
-Gran imbécil.
-Gran niñata.
-Gran...- el timbre de fin de receso sonó. Yo debía ir a clases y Luke e Ian iban a comenzar con la demostración de sus dotes futbolísticos al entrenador.
-Uh me debo ir. - dije tomando mi bolso. - Les deseo lo mejor, no se pongan nerviosos, demuestren de lo que son capaces. - dije chocando palmas con Ian.
Al momento de acercarme a Luke para despedirme, sus manos se posaron en mis mejillas y sentí como depositaba un beso en la parte superior de mi cabeza. Me separé y me regaló una cálida sonrisa, a lo que inmediatamente respondí con la misma.
-Nos vemos luego. - dije ignorando el ardor en mis mejillas y como mi estómago se retorcía con esa acción.
Vi como Luke se iba trotando de espaldas hacia la cancha sin quitarme la mirada de encima hasta que Ian le dijo no sé qué cosa y tuvo que ponerse a trotar hacia el frente.
Me dirigí a la sala de clase aún en las nubes con esa demostración de cariño que hizo, me quería auto golpear por sentir tantas cosas con tan poco, me golpeé un par de veces la cabeza en el camino.
Llegué a la sala de clases y me dirigí hacia el asiento junto a Samantha, Alice estaba sentada atrás con Aaron, un amigo de nosotras.
-Hey ¿qué te pasó? estas colorada. - me dijo Sam viendo mi cara. Mis manos se fueron inmediatamente a mis mejillas calientes.
-Uff, es que hacía mucha calor afuera y... me vine caminando muy rápido.- dije ignorando la vocecilla que gritaba dentro mío que ese rubor no era exactamente por eso.
-Ya alumnos abran su libro en la página 45.- dijo el señor Meyer escribiendo una actividad en la pizarra.
-Te vi con Luke. - me susurró Samantha por lo bajo para que nadie escuchara. Ella supo lo que estaba empezando a sentir por Luke desde el primer momento, ella era la persona a la que le contaba todo y ella razonablemente evaluaba la situación. Lamentablemente para ella no era una confusión, era un sentimiento que estaba creciendo como la flor en primavera. Sin embargo, ambas coincidíamos en que ese "sentimiento" debería estancarse y desaparecer.
Cuanto antes.
-Solo lo estaba ayudando. - le dije dándole una media sonrisa.- Estaba muy nervioso.
- ¿Y por qué no le pidió ayuda a su novia?.- me dijo alzando una ceja.
Me encogí de hombros.
-Raro. - me dijo dándome una sonrisa cómplice.
-Ay cállate, no seas boba.- le dije riendo por lo bajo y dándole un golpe en el brazo.
-Hey, no niegues que él te quiere. - me dice poniéndose seria.- Siempre acude a ti, y vaya que hablan bastante, no puedes negar que hay un gran cariño.
-Sí, puede ser, pero no lo sé Sam, talvez es cariño de amigos, si fuera otra cosa estoy segura que ya me lo habría dicho. - dije bajando la mirada.- Es Luke, ya sabes que él no se queda callado con esas cosas.
-Puede que tengas razón. - dijo terminando de escribir algo en su cuaderno.- Pero talvez no.
Alzó las cejas y sonrió de lado.
-Señorita Jones, Señorita Simons ¿supongo que la actividad está hecha? - dice el maestro mirándonos por sobre sus lentes.
No dijimos nada y volvimos al trabajo, no sin antes patear a Alice bajo la silla por la risita que había soltado.
***
Ya habíamos salido de la escuela e iba dirigiéndome a casa. Durante estas dos semanas luego de la conversación con Thiago respecto a mamá no había vuelto a tocar el tema, y tampoco había intentado empezar por algo, no se lo había comentado ni a Sam, ni a Alice ni a Luke. No me sentía preparada para decirlo, aunque ellos saben de los momentos de nostalgia que a veces me atrapaban recordando la falta de una madre que con los años se han hecho menores, pero no menos profundos.