Habíamos caminado unos cinco minutos más por unas calles bastantes desoladas, tenía una idea de que por aquí había un terreno sin nada que se usaba para cuando venían circos a la ciudad o cuando hacían shows de fin de año o de algún cantante.
Mi mirada fue captada por unas luces que de repente aparecían en el cielo y mis tímpanos empezaron a escuchar una música bastante movida a lo lejos.
-¿Estamos llegando no?.
Asintió con su cabeza de forma entusiasmada y tomó mi mano para empezar a correr. No tuve tiempo para procesar que mis pies estaban moviéndose mucho más rápido y mi aliento se estaba haciendo más pesado. No dije nada y continué con la acción.
Cuando doblamos la esquina, mis ojos se abrieron de par en par cuando vi muchas luces en el lugar haciéndolo ver como un carnaval, había una especie de portal recubierto con luces amarillas que a los lados tenía unos muros bajos para que la gente entrará solo a través de la entrada principal y un poco más allá se podía ver el estacionamiento y el acceso para autos.
-¿Cómo es que nunca había venido aquí?.- dije maravillándome con lo que mis ojos veían.- No tenía idea que hacían esto.
-Ahora lo sabes. - dijo Luke haciéndome cosquillas en el cuello.- Vamos entremos.
Lo seguí hacia la entrada y paramos frente a una cabina donde había mujer que nos recibió con una sonrisa amable.
-Dos entradas por favor. - dijo Luke sacando un poco de dinero mientras yo observaba aún atónita cuanto movimiento había a estas horas en este lugar. Podía ver puestos de juegos y de comida y al fondo pude divisar un pequeño escenario donde había unas personas bailando entusiasmadamente.
-Vaya que estas sorprendida. - dijo Luke divertido mientras me guiaba para adentro del lugar.
-Es genial.- dije embobada.
-Paseemos un poco para que conozcas el lugar.- dijo Luke mientras miraba su reloj.- Falta aún para que toque la banda.
-¿Que banda?.- pregunté frunciendo un poco el ceño.
-Son bandas locales que tocan aquí. - dijo mirando el lugar.- Son tres bandas diferentes las que tocan hoy, mañana y el domingo.
-Entiendo, y ahora que estamos aquí, ¿podrías decirme exactamente dónde estamos?.- dije dándole una sonrisa que mostraba mis dientes.
Se río y se dispuso a explicarme.
-Todos los últimos fin de semanas del mes hacen esta especie de feria, de personas que viven acá o que vienen de afuera.- dijo mientras caminábamos por la tierra observando los puestos.- Básicamente es un negocio de entretención.
Ambos nos reímos y seguimos viendo los puestos.
-Mira ven.- dijo jalándome del brazo hacia un puesto donde se veía una gran multitud.
Cuando logramos pasar adelante para poder observar pudimos ver a dos hombres que estaban haciendo el clásico juego de agarrar la manzana en el agua solo con la boca. Me reí al ver como cada personaje tenía su propia barra de personas dándoles motivación, a uno solo le faltaba una manzana y al otro dos.
Por fin al que solo le faltaba una manzana logró agarrarla con su boca y salió glorioso del barril donde tenía la cabeza hundida. Unas gotas de agua nos cayeron encima cuando se sacudió y nos reímos al ver como el caballero se abrazaba con sus amigos como si se hubiera ganado la lotería.
Luke y yo nos alejamos de esa multitud para seguir paseando por la improvisada feria.
Cuando vimos un puesto donde había una especie de piscina que estaba repleta de objetos, nos acercamos a él y literalmente no se veía el agua en la superficie.
-Te reto.- le dije a Luke mientras le pagaba lo que correspondía al señor dueño del juego.
-Bueno chicos, les explico cómo funciona esto.- dijo el señor parándose de su asiento. No pasaba de los cincuenta años. - Todos los objetos que hay acá tienen imanes y la caña como se dan cuenta, es de metal, así que ya se imaginaran como funciona.
Los tres nos reímos por lo simple que era la explicación.
-Tienen dos minutos para pescar todo lo que puedan, aquí en la pizarra sale cuánto vale cada cosa, y según los puntos pueden elegir cualquiera de estos regalos.
Luke y yo nos miramos como si fuéramos a empezar un combate y cada uno se puso a un lado de la piscina que fácilmente medía unos seis metros.
Antes de empezar vi la pizarra para ver cuál era el que valía más. Justamente era la pelotita más pequeña.
El señor nos dio una caña a cada uno, que pesaba más de lo que imaginé, y dio la orden de que los dos minutos habían empezado.
No tuve tiempo para hacer una estrategia por lo que el metal que colgaba de la caña fue lanzado a la vida esperando que tomará algo bueno. La acción la repetí un centenar de veces que lo que el tiempo me permitió mientras que de vez en cuando miraba como iba Luke quién lo hacía más rápido que yo.
Cuando el señor aviso que quedaban tan solo treinta segundos traté de apuntar bien el metal a la pelotita que tenía más cerca y la que valía más, entrecerré los ojos apuntando bien y tiré el disco de metal esperando que cayera donde yo quería.
Hurra. El disco de metal cayó justo sobre la pelota más pequeña y de mi boca salió un grito de celebración.
-Quedan diez segundos.
Lo subí con miedo de que se soltará y lo deje con cuidado en el barril a mi lado.
-Tiempo. - dijo el señor poniendo una mano sobre la piscina.
Cuando vi a Luke le hice una mueca de burla y el me sacó la lengua. Se acercó a mí para contar nuestro puntaje y me empujó con su cadera. Le devolví el empujón con mi brazo y al perder el equilibrio se agarró de mí.
-Vamos a ver. - dijo el señor del puesto acercándose al barril de Luke.
-...22, 24, 25, 27, 30.- terminó de contar Álvaro, que era como se llamaba el caballero.
-Vamos a ver con usted señorita. - dijo acercándose al mío.- ¿Novios o amigos?.- preguntó agachándose para contar mis objetos rescatados de la piscina.