¿y si lo intentamos?

Capítulo 11: Registros

Era lunes por la mañana y cuando me levanté desee tener una máquina para parar el tiempo en ese momento, los párpados se me caían solos y lo único que quería era seguir durmiendo.

Me golpearon la puerta y escuché la voz de Thiago.

-Em, despierta.- dijo suavemente pero con un tono de voz que pudiera escuchar si estaba en el quinto sueño.- Se te va hacer tarde.

-Si.- dije con pesadez.- Ya voy.

Escuché como sus pasos se alejaban y fui a mi baño. Me sorprendí a mi misma cuando lo vi tan desordenado, la secadora y la planchadora de pelo estaban tiradas en el mesón, mi poco maquillaje estaba regado por todas partes, habían elásticos para amarrar el cabello y pinches por todos lados y había ropa interior tirada en el suelo.

Tendría que limpiar esto cuando llegara de la escuela, además, mi habitación estaba igual de desordenada y no quería ni ver mi escritorio.

Me bañé rápido, me puse mi ropa y salí al pasillo. Bajé por las escaleras y me dirigí a tomar desayuno con Thiago.

.

-A papá le cayó muy bien Ian.- dijo Alice cuando estabamos las tres solas en el receso.- Dijo que se veía un buen muchacho.

-Genial.- dijo Sam escuchandola atentamente mientras yo estaba tratando de meter la cantidad de materia posible en mi cabeza para el examen que teníamos más tarde.

-¿No estudiaste?.- preguntó Alice metiéndose una galleta en su boca.

-Lo hice, pero solo de memoria.- dije rascandome la nuca.- No entendía nada.

-Estoy igual.- dijo Sam.

Levanté mi vista del cuaderno y busqué a Luke con la mirada, no lo había visto en todo el día y pensé que tal vez había faltado.

Mis dudas se aplacaron cuando lo vi con Eleanor. Estaban parados frente a frente y Luke se veía colapsado mientras Eleanor iba subiendo los dedos de las manos mientras hablaba como si estuviera enumerando. Luke la veía con una mano en su cadera y otra revolviendo su cabello.

Estaba frustrado.

Fruncí el ceño y deje de andar de chismosa. Le pregunté unas cosas a Alice acerca de la materia y ella me explicó. Tocaron el timbre de vuelta a clases y todos se dirigieron a sus salones de clase.

Mientras la maestra explicaba como los enlaces covalentes se separaban en una reacción química me quede pensando en como iría al hospital a preguntar por mamá.

¿Simplemente tenía que llegar y preguntar por el nombre de la mujer que me dio la vida? ¿Debía inventar una excusa? ¿O simplemente debería decir la verdad?.

Me quedé pegada viendo un punto en el piso y una voz me sacó de mis pensamientos.

-Señorita Jones, Emma.- dijo la maestra mientras Sam me pegaba un codazo sútil. Agité la cabeza saliendo de la conversación conmigo misma y vi a la maestra con atención.

-¿Me puedes explicar lo que estaba diciendo?.

Claro que no podía, no había prestado nada de atención porque 1.- La materia poco me importaba y 2.- Estaba pensando en como encontrar a mi madre, señora.

Claro que no podía decirle eso si no me quería ganar un buen reto así que simplemente bajé la mirada y agaché la cabeza.

-Pon atención Emma, tus calificaciones no estan siendo las mejores.- dijo la maestra para luego seguir explicado.

Piñisqué el puente de mi nariz, tenía unas inmensas ganas de tomar mis cosas y largarme pero no podía hacerlo. Sentí como Sam palmoteó mi espalda y miré con una atención a la maestra a pesar de lo que decía me entraba por un oído y me salía por otro.

Química no era para nada lo mío.

Sentí una mirada por detrás y giré mi cabeza disimuladamente. Vi a Luke que me miraba con su barbilla apoyada en su palma y el ceño un poco fruncido como si estuviera preguntandome con sus gestos que me sucedía, puse mi boca en una línea y me encogí de hombros dándome la vuelta para tomar notas de lo que la profesora estaba hablando.

.

Último período de clases y ya había salido del examen que tenía. No me había ido excelente pero tampoco me fue horrible.

Les había avisado a mis amigas que me habían surgido unos planes después de clases y que no podría esperarlas a la salida.

Me dirigí al casillero para sacar unas cosas y me encaminé hacia la salida del establecimiento, vi de reojo a Luke y por mi mente pasó la idea de contarle hacia donde iba pero inmediatamente se esfumó cuando vi a Eleanor tirarse a sus brazos.

Bi-po-la-res.

Doblé abruptamente y salí de la escuela no sin antes encontrarme con una escena de besos de Javier y otra chica.

As-co.

Decidí tomar un taxi en vez del autobús porque no sabía como llegar al hospital exactamente, nunca había ido allí ya que siempre iba al hospital donde trabajaba la mamá de Luke porque quedaba más cerca.

Cuando lo hice parar le di la dirección y pasaron alrededor de unos veinte minutos hasta que vi la gran infraestructura gris. Pagué el dinero al chofer y bajé del auto.

Por alguna razón me sentía extraña, sentía que estaba haciendo algo a escondidas ya que nadie sabía donde estaba, nisiquiera Thiago.

Hablando del rey de Roma. Mi celular sonó.

-Hola tío.- dije respondiendo el celular.

-Hola, ¿Donde estás? Llegué a casa y no estabas.

Hice una mueca, como nunca Thiago había llegado antes que yo. Inventé una excusa rápida.

-Am... est-estoy en... am... en el centro comercial.- me golpee la cabeza por haber tartamudeado y haber dicho la respuesta tan vagamente así que agregué algo rápidamente.- Vine a comprar un regalo de una compañera que está de cumpleaños.

-Ah okey.- dijo dejandolo pasar.- Te espero para cenar entonces, ¿No quieres que te vaya a buscar?.

-No, no te preocupes, la parada del autobus queda cerca.

-Okey Em, nos vemos.

-Adiós.

Solté un suspiro cuando colgué la llamada y me dije a mi misma que debía aprender a mentir.

No tenía idea por donde empezar, nisiquiera a que parte del hospital ir. Estuve a punto de volver por sobre mis pasos e ir a casa pero algo mayor me detuvo.




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