Capítulo 16: Escape

Tan solo quedaba una semana para irme al viaje que tanto había anhelado este mes. Quería despejar mi mente y olvidarme de todo lo que sucedía aquí.

Estaba sentada en la banca a un lado de Alice e Ian. Ya saben, lo usual, haciendo mal trío. Fijé mi miranda en Samantha que estaba hablando con Javier apoyada en un pequeño muro que le llagaba un poco más arriba de la cadera. Se veía muy feliz y veía como Javier se le acercaba cada vez más a ella a lo que ella lo esquivaba con nerviosismo.

Suspiré porque no me gustaba nada lo que veía, pero no me sentía apta para aconsejarle que era lo mejor para ella si yo ni siquiera sabía qué hacer con mis problemas emocionales, y los consejos que ella me daba no los seguía al pie de la letra.

Me la quedé mirando un rato más y corrí la mirada.

Busqué a Luke.

Sí, porque soy una masoquista a la que le gusta sufrir.

Mi mirada escarbó en las caras de los estudiantes y de pronto, choque con su mirada, estaba sentado en una banca con sus amigos a un lado riendo y moviéndose como animales. Él estaba con sus codos sobre sus rodillas jugando con una rama, como si escribiera algo en el piso.

Lo quedé mirando esperando a que él bajara la mirada, pero no lo hizo. Sentí como el vello de mi nuca se erizó y las mariposas en el estómago empezaban a revolotear, me imaginé a su lado, tal vez tomados de las manos o apoyada en su hombro en un silencio de esos que no con todos puedes tener.

Bajé la mirada y me paré de mi asiento para dirigirme adentro del establecimiento.

-¿Dónde vas?.- me preguntó Alice desde su posición.

-Al baño.

Le di una sonrisa de tranquilidad y seguí caminando.

Vi la hora en mi reloj y quedaban diez minutos para que tocaran el timbre. El primer piso estaba repleto de estudiantes, la bulla era abrumadora y caminé directo hacia las escaleras.

Cuando iba pasando frente a un grupo de chicos y chicas pude darme cuenta que eran los amigos de Eleanor. Los conocía porque eran los típicos estudiantes que aprecian en cada acto y estaban a cargo de cualquier cosa.

Vi como una chica alta puso su mirada en mí y entrecerró los ojos. Fruncí el ceño y le mantuve la mirada para darle a entender que no me intimidaba, hasta que me vi obligada a dejarla porque o si no hubiera parecido el exorcista por hacerme la ruda.

Subí las escaleras de dos en dos hasta el cuarto piso. Jadee apenas llegué a mi destino y recuperé el aire.

No había ningún estudiante en pasillo debido a que aquí se encontraba la biblioteca y no permitían bulla ya que funcionaba todo el día. Vi que las paredes tenían unos dibujos pegados y me puse a observarlos y algunos parecían haber sido hechos por las manos de los ángeles por lo hermosos que eran, los trazos eran exquisitos y me llamó la atención uno de una mujer de perfil que había sido dibujado con un solo color, un turquesa intenso hacia que mi mirada se fijara solo en él.

De repente aparecían dibujos que se notaba que habían sido hechos por niños más pequeños por la brutalidad con la que estaban pintados. Sonreí con ternura al ver uno que tenía el nombre de su creador abajo y un número indicando que iba en primer año.

Suspiré como por décima vez en el día y me senté en el suelo con los ojos cerrados y me impregné en el silencio del ambiente.

Solo faltaban un par de horas para que fuera la hora de almuerzo.

.

-Hola.- escuché que dijeron por atrás.

Vi a Luke y le sonreí cordial.

-Hoy no te vi en los recesos.

-Si me viste.- le dije mientras daba un paso en la fila para la comida.

-Pero luego desapareciste.

Me encogí de hombros sin saber que decir. Por primera vez me sentía incómoda con su presencia porque podía notar los nervios que nuestros cuerpos liberaban.

De mi lo entendía, ¿Pero de Luke?.

Se rascó la nuca dejando su bandeja sobre una mano.

Miré para el frente sin ninguna idea de cómo seguir la conversación, me encontraba bloqueada y quise golpearme por eso. Escuché como Luke carraspeó y por fin mi turno frente a la comida llegó.

La verdad es que no tenía ganas de comer nada, estos días había andado con el estómago hecho un nudo y no me apetecía mucho la comida del casino. Elegí los platos correspondientes y le pedí a la señora que me echara una cantidad muy pequeña.

-¿Dónde se fue tu apetito?.- dijo Luke en broma.

Reí por su comentario porque yo también me lo preguntaba.

-No lo sé. - dije con la risa aún en la boca. Levanté mi mirada y sus ojos grises me absorbieron, movió sus ojos observando todo mi rostro y pude sentir mis mejillas arder. Se me quedó mirando unos segundos más y sacudió su cabeza apretando sus ojos con su mano libre y con una sonrisa culposa en la cara.

Sonreí de vuelta, pero ésta fue decayendo al darme cuenta que sus ojos comenzaron a buscar en la multitud la cara que él tanto conoce, puso una expresión de culpa y supe que de nuevo Eleanor se había llevado este momento de nosotros.

Lo miré seria y una sonrisa falsa se escapó de mis labios. Pude ver un destello extraño en sus ojos, me miraban de una forma que nunca antes lo habían hecho y por un momento me hizo sentir que podía dejar caer mi bandeja y colgarme a su cuello.

Pero claro, no lo hice.

Me dirigí a mi mesa con mis latidos más rápidos de los normal y me senté junto a Sam que tenía una hamburguesa frente a sus ojos con ganas de ser devorada.

Le di un leve vistazo a Luke viendo cómo se besaba con Eleanor cuando llegaba a su mesa. Sacudí mi cabeza y me incorporé a la conversación de mis amigos tratando de mantener el hilo de lo que cada uno hablaba. Pude sentir como la mirada de Ian caía sobre mí de vez en cuando con cara dudosa.

Cuando logré pillarle la mirada pronuncié en silencio un "¿Qué?" frunciendo levemente mi ceño. Su boca se abrió en sorpresa y sacudió la cabeza respondiendo un "nada" de la misma forma en lo que yo lo había hecho. Ambos volvimos a dirigir nuestra atención a mis amigas y seguimos escuchando el parloteo que mantenían.