¿y si lo intentamos?

Capítulo 20: Dulce hogar

Día 7.

Hoy era nuestro penúltimo día en Nueva York y Thiago tenía el día libre, habíamos estado recorriendo los últimos lugares que nos faltaban y tomando las últimas fotos de este maravilloso viaje, nos habíamos venido al hotel a ponernos ropa más cómoda ya que nuestra meta era recorrer el Central Park lo más que pudiésemos.

Ahora caminábamos cerca de la laguna que en invierno se convierte en la típica pista de hielo de las películas, ambos estábamos maravillados con el lugar. Cuando vimos que el sol ya no estaba pegando tan fuerte, decidimos ir a comprar unas cosas al supermercado más próximo para hacer una especie de picnic.

Estábamos sentados en el pasto con un mantel comprado recientemente junto con un montón de personas más haciendo lo mismo, niños corriendo, perros jugando y mucho movimiento que hacía del ambiente algo ameno y vital. Habíamos comprado de todo, pan, queso, jamón, galletas, queques, té helado y jugos.

Disfrutábamos del momento mientras hablábamos de cualquier trabajo, intentó explicarme lo que había venido a hacer aquí como si se lo explicara a una niña de diez años y aun así costó hacerme entender.

-¿Cuando me vas a decir quién te tiene así?.- preguntó mientras yo me metía una galleta entera a la boca y la mascaba con dificultad al escuchar la pregunta.

-¿Qué?.- dije riendo nerviosa.

Sí Emma, disimula.

-No me tomes por tonto Emma.- dijo Thiago riendo mientras se preparaba un pan. - Tuve tu edad y esa mirada que tienes tiene algo diferente.

A pesar del incómodo momento, sonreí.

Sonreí porque Thiago no era mi padre, y aún así me había criado de la manera más parecida a la que lo haría un papá, y me conocía como la palma de su mano.

Thiago era mi papá, no de sangre, pero lo era. Y estaba feliz por eso.

-¿Qué quieres que te diga?.- pregunté rendida, no sacaba nada escondiéndolo y tal vez me haría bueno contarlo. Tal vez me daría un consejo.

-Para empezar... ¿cómo se llama?.

-Luke.- me miró insatisfecho. Rodé los ojos. - Somers.

-Espera, ¿Luke?, ¿tu amigo?

Puñalada.

-Sip.

No tardó tanto para entender el contexto del problema.

-Entiendo.- dijo con una media sonrisa.- ¿Cómo estás tú?.

-Creo que eso ya lo sabes.

-Díselo. - dijo como si la cosa fuera tan fácil.- Es fácil, lo miras a los ojos y ¡sas! se lo dices.

Lancé una carcajada por el poco tacto que él tendría en la situación.

-Lo haré.

Me miró sorprendido mientras mascaba lento.

-Algún día. - sonreí inocentemente.- Tiene novia, tío.

Alargó su brazo hasta mi cabeza y recibí un golpe en mi frente.

-¿Qué me dices de ti eh?.- dije mirándolo de manera sospechosa.- Hace un montón no llevas a alguien a casa.- su mirada se volvió asesina y me encogí de hombros.

-¿No estábamos con las preguntas indiscretas?.- me puse seria de repente y me acerqué a el de manera sigilosa y susurré.- ¿Eres gay?

-Ay, Emma.- dijo tirándome un bola de servilleta.- No lo sé, no ha habido ninguna mujer que me llene tanto como para presentártela, el día en que haga eso la cosa será en serio.

Asentí comprendiendo sus palabras y me di cuenta que ya no quedaba nada de comida.

-¿Nos vamos?.- preguntó sacudiéndose las manos.

-Vamos.

Mañana nos teníamos que ir tempranísimo al aeropuerto para no llegar tan tarde a nuestra ciudad y así pudiera retomar las clases el mismísimo lunes.

**

Empecé a ordenar mi maleta y tratar de que todo cupiera ordenadamente, guardé los regalos con cuidado para que ninguno se rompiera y dejé afuera lo que necesitaría al otro día.

Me dirigí a la puerta cuando escuché unos golpes en ella.

-Necesito tu ayuda.- dijo Thiago haciendo una mueca.- Estoy teniendo problemas con que las cosas entren a la maleta.- dijo dándome una sonrisa incómoda.

Solté una carcajada y nos encaminamos a su habitación. Literalmente tenía una gran montaña de ropa dentro de la maleta.

-Que brutito eres.

Me puse a ordenar su maleta mientras el doblaba la ropa como yo le indicaba y así fuimos logrando que toda la ropa pudiera entrar en la maleta y así, esta cerrara sin problemas. Salí de su habitación con una sonrisa en la cara y feliz por todo lo que juntos habíamos logrado. Se me fue inevitable comparar esa desordenada maleta con nuestras vidas que poco a poco se fue ordenando con el aporte de los dos.

Entré a mi habitación y textee con mis amigas y les avisé que llegaba mañana. Luego hablé un poco con Luke por teléfono contándole lo que había hecho estos días. Pensé que una semana sin verlo me ayudaría a superar un poco las sensaciones que me provocaba, pero estaba completamente equivocada.

Escuchar su voz desde la otra línea me hacía suspirar y a cada momento desear que todo fuera como yo imaginaba.

**

Estábamos camino al aeropuerto y el sol estaba casi saliendo. Eran las 6 y algo de la mañana y yo venía medio durmiendo sobre el hombro de Thiago.

-Espero que no tengamos que esperar tanto.- dije con voz ronca.

-Solo un par de horas.

Me removí haciendo un quejido de disgusto y Thiago río.

Cuando llegamos a nuestro destino, tomamos nuestra maleta y nos despedimos con un "hasta pronto" que desee que el universo se tomara literal.

Hicimos los papeleos, sacamos nuestros pasajes, nos revisaron nuestras maletas y luego de una hora pudimos dirigirnos a las puertas de embarque a esperar que estas abrieran y que pudiéramos ingresar al avión.

Mis parpados ya no daban más y lo único que quería era poner mi cuerpo en horizontal, creo que estaba medio dormida cuando escuché la voz de Thiago desde lejos.

-Ya es hora Emma.- dijo moviéndome despacio.

Hice un sonido de celebración estando media atontada y seguí a Thiago, mostramos nuestros pasajes y nos subieron a un bus que nos llevaría a nuestro avión, cuando llegamos subimos las pequeñas escaleras y encontramos nuestro asiento, estos eran de a tres asientos, ambos quedamos en la orilla y el asiento de al medio quedo como mueble para nuestras cosas.




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