-¿Por qué todas las chocolaterías finas tienen nombres raros?.- preguntó Luke haciendo una mueca.- ¿Cómo se pronuncia eso?
Me reí y nos acercamos a la entrada. Se veía como el lugar estaba iluminado con luces amarillas que hacía ver el lugar cálido, en las vitrinas se podían ver tortas de chocolates sobre platos de cristal, habían cupackes sobre unas especies de gotas de vidrio y por supuesto había bombones esparcidos por todos lados.
Mi boca se hizo agua. Literalmente.
-Vamos entremos. - dijo Luke tirando de mí haciendo que mi vista dejara de ver esa torta tan sabrosa que se veía tras el cristal.
Al entrar, el olor a chocolate entró por mis fosas nasales y quise hacer un atraco para llevarme todo lo comestible de la tienda. El lugar estaba vacío así que no sería difícil.
Focus Emma.
-Uh mira, una campana.- dijo Luke mientras se acercaba al artefacto que emitía un sonido al apretar el pequeño botón de la punta. Basto con hacerlo sonar una vez para que una señora de mayor edad apareciera tras una puerta, tenía una sonrisa amable en su rostro, tenía el pelo corto y casi en su totalidad blanco y portaba unos lentes sobre sus ojos.
-Hola chicos, ¿Que les puedo ofrecer?.- dijo la señora acercándose al mesón.
Escuché como Luke le pedía lo que buscaba y la señora le dio una lista de sabores de los que escoger, mientras yo estaba viendo cada detalle de la tienda. Las paredes estaban pintadas de tal forma que parecía chocolate, había estantes dentro de las paredes con cajas de bombones y de cupackes de distintos tamaños y diseños.
-Emma necesito tu ayuda.
Me acerqué a mi amigo y vi la lista completa.
-¿Que sabores le gustan a tu mamá?.
Empezó a hacer memoria y a dictar los sabores que le gustaban mientras la señora anotaba en un papel.
-Espérenme un momento, mientras pueden degustar de nuestros sabores por si hay alguno que les llama la atención.- dijo mientras ponía una bandeja de plata cubierta de bombones de chocolates.
Ay Dios. Creo que escucho a los ángeles.
Luke tomó delicadamente uno con sus dedos y lo puso frente a mí, lo fui a tomar con mis dedos pero Luke lo alejó cuando mi mano se acercó. Rodé los ojos e hice lo que había sospechado que quería que hiciera.
Abrí mi boca y despacio Luke dejó el bombón dentro de ella. Al mascar sentí una especie de líquido salir del chocolate dando a mi boca un sabor a frutilla, cerré los ojos saboreando el bombón y Luke río.
Miré la bandeja y tomé uno con forma de domo e hice lo mismo que Luke había hecho. Sonrió ancho y abrió su boca donde dejé el bombón.
Su cara pasó por una especie de confusión al no sentir el sabor hasta que su expresión me indicó que estaba maravillado con el sabor.
Seguimos probando chocolates hasta que la señora apareció con tres cajas de diferentes tamaños. Los puso frente a nosotros y las abrió.
Había una pequeña, una mediana y una grande y cada una contenía diferentes bombones.
-Aquí están los bombones con los sabores que me pediste, la caja pequeña solo tiene un chocolate de cada sabor, en total ocho. La mediana tiene dos repeticiones de cada uno y la grande tres repeticiones. ¿Cuál deseas llevar?
Luke dudó un momento viendo las cajas y se decidió por la mediana pues la más grande tenía un precio bastante alto. Luke pagó y vimos como la señora envolvía delicadamente la caja en un papel dorado para finalmente ponerle un moño color café chocolate.
Salimos de la tienda agradeciendo su atención y nos encaminamos a tomar el autobús.
Por mi mente había estado dando vueltas una pregunta que no sabía si hacerla o no, era una especie de masoquismo preguntar, pero me interesaba y quería escuchar lo que decía el protagonista de esto.
-¿Cómo vas con Eleanor?.- pregunté.
Soltó una risa sin gracia y metió sus manos en los bolsillos de sus jeans.
-De todas las personas no pensé que fueras tú quien me lo preguntaría.
-¿Por qué?.
-Por nada.- dijo sacudiendo su cabeza en negación. A pesar de que había preguntado la razón, si podía imaginarmela. La situación de los tres eran como un enorme elefante rosado del que nadie hablaba.
Me encogí de hombros y esperé su respuesta con la vista en el suelo. Íbamos caminando lento a pesar de la amenaza de lluvia sobre nuestras cabezas.
-¿Se nota mucho?.
-¿Qué cosa?.- le dije no entendiendo a lo que se refería.- O sea, te lo pregunto porque te he visto raro estos días. A los dos.
Me miró poniendo sus labios en una línea y suspiró.
-No lo sé Emma, la quiero y mucho, es de aquellas personas que sabes que lo valen, es buena a pesar de sus momentos de locura y me hace sentir bien...
Mi corazón se estrujó al escuchar eso.
-Pero... no estoy segura si es para mí... No la siento en la misma sintonía que yo.
Asentí con la cabeza.
-No la siento como te siento a ti.
Mi cerebro procesó sus palabras y lo único que podía pensar era en a que se refería.
-¿Cómo a mí?.- pregunté confundida y con ilusión.
Ambos paramos nuestro paso y nos pusimos frente al otro.
Luke subió sus manos y acunó mi cara. Yo miraba sus ojos quienes tenían su mirada en mis labios, mi estómago se retorcía en nervios y las mariposas volaban en grupo dentro de mi panza, todo se intensificó cuando acercó mi cara a la suya, pude sentir su aliento olor a chocolate y mis piernas temblaron.
Estábamos tan cerca... que algo tenía que pasar.
Vi como unas gotas caían por su cara y luego sentí como si me estuviera bañando con ropa, reí al verlo empapado, pero él seguía con sus manos sobre mi cara.
-Tenemos que irnos.- dije un poco ida en sus ojos grises.
Asintió con la cabeza y nos quedamos en la misma posición mientras Luke bajaba sus manos despacio.
Giró su cuerpo hacia el frente y peñiscó el puente de su nariz.