Hoy era el último día de clases previo a unas pequeñas vacaciones de invierno de dos semanas. En esta época muchos viajaban a visitar a la familia u otros se iban a lugares donde el frío no estuviera tan salvaje, de hecho, algunos compañeros que claramente tenían más ingresos, llegaban bronceados y llenos de vida de estas vacaciones y pues así todos suponían que lo más probable es que viajaron al otro lado del continente donde era verano.
Estas últimas semanas habían sido muy intensas producto de la cantidad de exámenes que se nos acumulaban más y más, de hecho, tenía tantas cosas que hacer que mi malestar emocional pasó a otro plano dándole lugar al estrés de la escuela.
No sabía cuál era peor.
Hace unas dos semanas había sido el partido donde a Luke le habían dicho que estaba inscrito para el campeonato mayor, Alice me había contado algunos detalles de la fiesta que habían tenido y más nada interesante.
Con Luke las cosas seguían igual, no nos hablabamos y ni siquiera nos mirabamos. Así todo era más fácil, aunque la sensación incomoda de tristeza no se esfumara del todo.
No habíamos cruzado palabras desde ese día cuando me pidió vernos en la biblioteca y no voy a decir que no lo extraño, no voy a decir que ya no imaginó con él, no voy a decir que cada que lo veo mi mente se desconecta de mí, no voy a decir que si él me pidiera una oportunidad le diría que no... porque estaría mintiendo.
Aun así, cada día lo veo con Eleanor como si nada, se abrazan, se besan y a la salida los veo irse juntos felizmente de la mano a no sé dónde.
A no sé qué.
"Ya serás libre por un par de semanas" leí que decía el mensaje de Leo.
Sonreí ganándome una mirada pícara de Alice.
-Ay ridícula.- dije rodando los ojos.- No me mires así.
-Es mi mirada natural. Que tú la sientas diferente es otra cosa.- dijo manteniendo esa mirada "natural".
Negué con la cabeza aguantando mi risa pues desde que Leo me habló me he ganado bromas tanto de Alice como de Samantha. Hasta Ian me tiene entre ceja y ceja.
Respondí el mensaje con un emoticón de carita feliz y bloqueé mi celular.
-Que comunicativa eres.- dijo Sam apareciendo sorpresivamente detrás mío.
-No husmees en conversaciones ajenas Samantha Simons.
Me dio una sonrisa inocente y se sentó a mi lado apoyando su cabeza en mi hombro.
-Seremos libres por fin.- dijo Sam suspirando.
-Por dos semanas. - agregué.
-Cállate aguafiestas. - dijo mirándome con un enojo falso.
Me reí y seguí prestando atención a lo que empezó a contar Alice.
Por lo menos en este día no hacíamos nada puesto que los maestros ponían las últimas notas y hacían todo lo que no habían hecho en el año.
Escuchaba a Alice con atención acerca de su pequeña pelea con Ian y junto con Sam le dábamos un par de consejos. Mi cabeza se movió en dirección a Luke y su mirada inmediatamente se corrió cuando la mía chocó con la de él. Bajé la mirada con un suspiro profundo y mi atención volvió a Alice.
Luke Somers... Si tan solo pudiera leer tu mente.
.
-¿Qué tal si vamos a almorzar?.- dijo Alice cuando salíamos de la última clase del día. Por ser último día del primer ciclo teníamos la tarde libre.
-Me parece bien.
-¿Sushi?.- preguntó Sam juntando sus manos en entusiasmo.
Alice y yo hicimos una mueca de no querer eso e inmediatamente el entusiasmo de Sam pasó a un puchero.
-¿McDonald's? ¿Pizza?.- ofreció Alice a lo que Sam y yo negamos con la cabeza.
-¿Qué tal si cocinamos algo nosotras?.- pregunté segura.
Mis amigas me miraron como si estuviera loca y luego el entusiasmo fue creciendo en sus caras.
-Va a ser un desastre.- avisó Sam.
-Totalmente.
-Hagámoslo.- sentenció Alice.
Las tres nos reímos y pensamos en lo que podríamos cocinar camino al supermercado para comprar lo que necesitaríamos.
**
-Solo no incendien la casa.- dijo Thiago subiendo las escaleras con papeles en sus manos.- Me avisan cuando la cena esté lista.- añadió riendo como si tuviera cero fe en nosotras.
No lo culpo.
-Vamos a ver como se hace esto.- dijo Alice viendo desde su celular el tutorial de lo que nos llamó la atención hacer.
-Yo prepararé el jugo.- dijo Samantha sacando las cosas de las bolsas.
Asentí con la cabeza decidiendo que ayudaría en ambas cosas.
Esto sería sencillo.
Thiago.
Vi el reloj de mi muñeca y habían pasado unas dos horas desde que dejé a las chicas abajo.
Había estado leyendo papeles de la oficina y llamando a unos clientes. Emma no me había avisado nada y supuse que lo estaban llevando bien pues no he recibido algún pedido de ayuda.
Refregué mis ojos y me apoye en el respaldar de la silla estirándome y haciendo sonar los huesos de mi espalda.
Me paré de la silla para bajar al primer piso, pero una llamada en mi celular me detuvo.
Sandra.
Cerré los ojos y dudé si responder o no.
-¿Qué pasa?.- dije cuando acepté la llamada.
-Hola Thiago.- escuché que decía la mujer de la otra línea. Su voz era suave y melódica.
-Hola, ¿qué sucede Sandra?.- dije en un tono bajo por si Emma entraba a la habitación.
-¿Ya le dijiste a Emma?.
Cerré los ojos y maldije por lo bajo, tratando de mantener la cordura.
-¿Qué te dije acerca de ese tema? No sé aún como decirle, ni siquiera sé si le diré.
-Tienes que hacerlo.- dijo Sandra con voz autoritaria.- Sabes que ella ha estado mal por eso, tú mismo me lo has dicho, creo que ya es tiempo.
-Lo encuentro injusto, es eso.- dije hablándole con la verdad.- Adelaide la abandonó, no quiero que pase por eso de nuevo, no está bien, está pasando por más cosas...
-En algún momento tendrá que hacerlo Thiago, tiene que cerrar ese ciclo que estoy segura que la persigue.