Era miércoles por la mañana y yo me dirigía a la entrada de la escuela. Llevaba mi vista baja mirando el suelo con mi mano aferrada a la correa de mi mochila. Llegué al casillero y metí la cabeza dentro para bostezar con ganas. Un golpe en un casillero demasiado cercano me hizo sobresaltar y mirar hacia dónde provenía el sonido.
Alice se encontraba con su bolso en su hombro, los brazos cruzados y el ceño fruncido.
-¿Ian?.- pregunté adivinando la causa de su enojo. Asintió bruscamente y aguanté una pequeña risa.
Había pasado una semana y un poco más desde que Alice había llegado a mi casa empapada luego de su pelea con Ian, hasta ahora no han intercambiado ninguna palabra y creo que el orgullo le empezó a pesar a ambos pues ninguno quiere dar su brazo a torcer.
-¿Que hizo ahora?.
-Nada.
Fruncí el ceño y la miré confundida. - Y... precisamente por eso estás... ¿enojada?¿Por qué no ha hecho nada?.
Asintió con la cabeza y jugo con su pie como niña pequeña.
-¿Crees que deba acercarme yo?.
Iba a contestar cuando sus ojos se abrieron con asombro para inmediatamente correr la mirada indignada.
-No mires.- dijo con los dientes apretados.
No le hice caso e igual volteé mi cabeza cual exorcista. Ian venía caminando hablando con una chica de la que no sabía el nombre, sabía que era de un curso un año menos, de la misma generación de Eleanor.
-No me digas que ahora eres señorita celos andante. - pregunté cerrando mi casillero.
-Es que ahora que estamos en esta... situación, como que todo me llega más.- dijo apretando sus manos.
Me reí y me miro con el ceño fruncido.
-Lo siento, en serio. - dije elevando mis manos en señal de perdón.- Pero vamos, estoy segura que tu también piensas que esto es un poco... innecesario.
-Lo sé.- dijo girando sus ojos.- Ambos somos un poco orgullosos, pero sinceramente pensé que a estas alturas ya estaríamos bien.
-¿Ya superaste lo de Helen?.
Alice frunció sus labios y tomó mi gancho para caminar al salón.
-Lo reflexioné, y talvez pude haber actuado de otra manera. Ambos dijimos cosas estúpidas... Tal vez sea momento que me acerqué.
Asentí con la cabeza satisfecha de su respuesta. Alice siempre ha sido centrada, a veces tiene rabietas y actitudes que no debería tener, pero por suerte es de esas pocas personas que recapacitan y encuentran soluciones y aprendizajes.
Sam llegó al salón y se sentó de lado para tener una vista de Alice y de mí. Conversamos un rato, Sam le dio algunos consejos y finalmente Alice llegó a la conclusión que a la salida buscaría a Ian.
Pero... siempre tiene que haber un pero. Todo se fue al carajo cuando vimos como Ian llegaba al salón con la chica que hace poco habíamos visto. Le dio una de sus sonrisas encantadoras y se despidió con un abrazo demasiado amoroso. Negué con la cabeza captando el juego al que estaba jugando y miré a Sam con las cejas alzadas y haciendo una mueca con su boca.
Ambas miramos a Alice girando la cabeza lentamente y la vimos apretando con demasiada fuerza un lápiz alrededor de su mano, mientras su cuello mostraba cierta tensión.
-Okey, si a eso quiere jugar. Jugaremos.
Volteé los ojos y me di la vuelta.
Eso no saldría bien.
**
-¿Iras al partido?.- me preguntó Sam metiendo un trozo de lechuga demasiado grande en su boca.
-Yo creo que sí, si es que ustedes van.
Asintió con su cabeza y buscó a Alice con la mirada.
-Esa loca no se adonde anda.
Me reí y al igual que mi amiga, busque a la castaña. - Me estresa que no se arregle con Ian.
-Si a mí también, odio verlos peleados. Es extraño.
-Sam, ni siquiera están peleados ya. Ahora están en la etapa en que ambos se tientan y se sacan las garras.
-Es verdad. ¿Habrá salido con la ex?.
Negué con la cabeza mostrando mi falta de conocimiento frente a eso y me entró la duda. No había pensado en eso.
-Ay no.- dijo Sam arrugando su cara.- Si será...
Vi adonde tenía dirigida su mirada y vi como Alice caminaba al lado de Diego, un chico de nuestra generación. Ian estaba sentado en unas mesas más allá que la mía y pude notar como entorno sus ojos al ver a su novia. Apretó la mandíbula y enterró el tenedor en lo que tenía su plato con fuerza. Vi como Luke reía por lo bajo ganándose un golpe de parte de su amigo.
Miré a Alice negando con la cabeza y puso su expresión seria.
-No digan nada.- dijo sentándose.- No sé que estoy haciendo.
-Por lo menos cumpliste tu objetivo.- dijo Samantha mascando su ensalada.- Ian no se veía muy feliz.
Alice dio un respiro largo y puso su barbilla en alto.
-Ojo por ojo.
-Diente por diente.- dijimos Sam y yo al unísono.
**
Llegue a casa a eso de las seis de la tarde. Pasé a la sala de estar, pero Thiago no estaba ahí, supuse que estaría en su habitación por lo que subí las escaleras en su búsqueda.
-...dame tiempo.- escuché que decía.-Oye es algo difícil... ni siquiera estoy seguro... lo estoy haciendo... okey... adiós.