-Pero mira quién va a cumplir años mañana.- dijo Sam alargando las "a" y atrayéndome a sus brazos. Era viernes y para mi suerte mi cumpleaños caía día sábado. Tenía planeado hacer una pequeña junta con Alice y Sam en casa para luego ir a un evento al que nos había invitado Leo aprovechando de celebrar mi cumpleaños.
-Estoy confundida.- dijo Alice viendo su cuaderno.- ¿Porque tengo materia matemática en el cuaderno de literatura?
-Porque eres una desordenada. - respondí hojeando su cuaderno viendo como tenía toda la materia repartida. Ian pasó frente a nosotras y Alice mantuvo fija su vista en el cuaderno moviendo la pierna que tenía sobre la otra.
-¿No creen que han estado ya bastante tiempo peleados Alice?.- dije en un tono de voz que solo escucháramos nosotras. La relación de Ian y Alice siempre había sido de mi agrado, recordemos que junto con Sam y Luke fuimos unos cupidos cuando Ian le pidió noviazgo, ambos eran mis amigos y no me gustaba en la situación en que estaban, casi temía que el fin de su relación se estuviera acercando.
-Lo hemos estado.- dijo aún con su vista pegada al cuaderno.- Talvez... esto nos hizo darnos cuenta que estamos bien por nuestra cuenta.
-¡¿Qué?!.- dije quitándole el cuaderno por su falta de atención al tema importante que estábamos tocando.- ¿En verdad piensas eso?.
Evitó mi mirada mirando hacia el frente y humedeció sus labios. Fruncí el ceño cuando una leve sonrisa apareció en los labios.
-A veces lo menos pensado puede pasar, y eso nos pasó. Y me arriesgaría a decir que estamos bien con eso.- dijo concluyendo el tema y tomando nuevamente su cuaderno para leerlo. Me quedé mirando el suelo pensando en el tema, un pequeño nudo se me puso en la garganta al pensar que su relación estaba demasiado cerca de terminarse. Ellos se amaban, estoy segura, y me daba una especie de enojo que no lucharan por mantener su relación a flote.
Comencé a hablar con Samantha y poco después se sumó Javier que venía del entrenamiento. Nuestro trabajo de idiomas estaba avanzado, ya habíamos entrevistado a la primera persona que venía de París, el tema abarcó básicamente que diferencias encontraba entre su ciudad natal y la ciudad en que se encontraba ahora, los pro y los contra de los cambios migratorios y su punto de vista sobre la globalización que permitía el movimiento de país a país. Solo nos faltaban dos personas y ya teníamos una cita con la señora que venía de Italia la otra semana.
-Hay que entrar.- anunció Alice. Nos dirigimos al salón para la última clase del día y con un incentivo para llegar al final del día.
**
-¡Llegué!.- grité entrando a casa con la sutileza de un tractor. Puse atención para ver si Thiago contestaba pero no lo hizo así que supuse que aún estaba en el trabajo.
Subí a mi habitación y me recosté en la cama mirando el techo con las manos sobre mi panza. Me di la vuelta quedando acostada sobre un lado de mi cuerpo pensando que podía hacer hasta que decidí sentarme en el escritorio a avanzar con las tareas pendientes pues este fin de semana sería de celebración y no quería dejar nada pendiente.
Estuve alrededor de dos horas al pendiente de las tareas que ni siquiera me di cuenta cuando empezó a oscurecer, cuando vi que la hora marcaba diez para las nueve de la noche fruncí el ceño porque Thiago aún no llegaba y no me había mandado ningún mensaje del algún inconveniente que le hubiera surgido. Hice una mueca y le marqué a su número.
-¿Aló?.- dijo mi tío por la otra línea.
-Hey, ¿dónde estás?.- pregunté mientras bajaba las escaleras hacia la cocina.
-Me surgió algo en el trabajo Em.- dijo con un tono culpable.- Quería esperar la medianoche contigo... Lo siento.
-Oh, ¡no te preocupes!.- dije para que no se sintiera mal.- Mañana podrás mimarme.
Se escuchó su risa por el otro lado de la línea y nos despedimos. Me dirigí a la despensa para llenar mi plato de las chicas súper poderosas con cereal para luego echarle leche de frutilla. Me senté frente a la tv y puse Netflix para ver alguna película.
**
La película casi iba por la mitad y todas las luces estaban apagadas salvo por la que reflectaba la televisión. Vi la hora que marcaba las diez y cuarto de la noche, inflé mis mejillas y le puse pause a la película. Me iba a parar para ir a buscar unas galletas cuando mi celular sonó, contesté sin ver de quien se trataba pensando que podía ser Thiago.
-¿Diga?.
-¿Emma?.- se escuchó la voz de Alice.
-¡Hola!.- dije con entusiasmo que al instante desapareció cuando escuché un sollozo.- ¿Alice estás bien?.
-He terminado con Ian, Emma... vino a mi casa y- y... todo se acabó.
Me senté en el sofá y me dio un sentimiento de pesar.
-¿Cómo te encuentras? ¿Quieres venir a casa?.- le pregunté para animarla.- Podemos ver películas, comer helado. Thiago compro un helado de turrón que esta delic-
-¿No puedes venir tú?.- preguntó con voz acongojada.- Llamé a Sam y no me contesta, en serio que lo que menos quería era molestarte.