¿y si lo intentamos?

Preparación

Noviembre

Hoy era el día de nuestra graduación. Sí, hoy terminábamos nuestra secundaria. No habíamos tenido clases en la mañana puesto que debíamos estar en la escuela aproximadamente a las cuatro de la tarde para hacer las ultimas prácticas y arreglar nuestra ropa para que todo saliera perfecto.

La última semana había sido de locos, Sam ya había salido del hospital y se encontraba mucho mejor, pudo acudir a los últimos días de clases por lo que pudimos aprovechar nuestros últimos días siendo el trio dinámico. Se habían puesto las notas finales y se había hecho un acto con los niños de primaria en conmemoración a los que están comenzando y a los que ya se están yendo. Derramamos lágrimas, lo admito. Prácticamente durante la semana, habíamos venido solo a hacer nuestro último acto de presencia, en el salón de clases había grupos jugando a cualquier cosa, chismoseando y gritando. El día de ayer, como era nuestro último día en el salón de clases hicimos una especie de corrida por todo el instituto cantando alguna canción en específico para desmedrar a los chicos que aún están en clases. Termine en el suelo respirando como pez fuera del agua, pero fue divertido.

Con Luke las cosas habían estado más que bien. Luego del día del partido y de la petición, me pidió que fuera a cenar con su madre. No voy a negar que quise decir que no, pero solo por el hecho de que mataba de nervios. Gracias al cielo, todo salió excelente: Luke me presentó como su novia, Melissa me abrazó como si no hubiera un mañana, cenamos papas rellenas con una carne media extraña pero deliciosa y cuando regresé le comenté a Thiago que, por primera vez, tenía un yerno.

-¡¿Qué?!.- preguntó con los ojos muy abiertos.- ¿Quién se lo propuso a quién?.

-Él a mí.

-¿En qué circunstancia?.

-¿Que? ¿Porque es necesario saber eso?.- dije riendo por lo absurda que era su pregunta.- En la fiesta.- respondí sabiendo que no respondería la mía.

-Que romántico...- comentó Thiago.- Dime que no fue en el baño.

-Pero que pesado eres. - revolví mis ojos y crucé mis brazos.

Thiago me miró fijamente y un esbozo de sonrisa comenzó a aparecer en su rostro.

-¿Qué?.

-Te ves feliz Em.- Thiago se acercó a mí y me estrechó en sus brazos.- Me gusta verte así.

-A mi igual.

Tomé mi celular y al ver la hora los nervios quisieron invadir mi cuerpo. Solo había estado en una graduación que fue la de un primo de Alice que iba en nuestra misma secundaria años atrás y debo decir que es bastante emocionante y nostálgico. La forma en que todos se abrazan con la promesa de que se volverán a ver es melancólico. Por lo menos hoy no era la última instancia en que estaría con mis compañeros pues aún faltaba el baile de despedida que era hoy mismo pero en la noche y el pequeño viaje a la playa que era por unos tres días aproximadamente.

Mi vista se dirigió al armario donde estaba colgado el vestido que había comprado. Sí, por fin tenía el bendito vestido. Cuando le dije a Alice casi me tira una maldición por no haber pedido su opinión antes pero fue imposible pues solo quedaba una talla del vestido que justamente era la mía, y de forma gloriosa, el vestido se amoldaba a mi perfectamente. No hubo tiempo de pedir opiniones. Nadie lo había visto, ni siquiera Thiago quien quiso curiosear, sería una sorpresa. Sentí las patas de Cooky aproximarse a la habitación, cuando asomó su chascona cara apoyó sus patas delanteras en mi cama como indicio de que quería subir. Lo tomé en mis brazos e hice lo que quería, comenzó a morder mi mano con ganas mientras yo la movía de un lado a otro a modo de juego.

Mi celular sonó y rápidamente lo cogí para tomar la llamada.

-¡Leo!.- dije gustosa de escuchar su voz.

-Hola nena. ¿Cómo estás? ¿Ansiosa?

-No te imaginas. - reí nerviosa y sentí un leve movimiento en mis tripas. Mi mano acariciaba la cabeza de Cooky quien destruía un papel que le acababa de dar.

-¿Es a las 6 cierto?.

-Sip.- dije moviéndome por la habitación. Obviamente había invitado a Leo al gran evento, se ha convertido en una persona muy especial para mí y quería tenerlo conmigo en este día tan especial.- No seas impuntual, llegas tarde y...

-¿Y qué?.- dijo burlón.

-Y... ¡te hare algo muy malo!.

Su risa vibro en mi oído y me golpeé la frente por no tener amenazas contundentes.

-Tranquila.- dijo calmándose y pude jurar que se estaba limpiando una lagrima.- Estaré allí a la hora.

-¿Irás con Amelia?.- dije entusiasmada.

-¿Puedo?.- pregunto con desconfianza.- Sé que el número de personas por alumno es limitado, no quiero qu-

-Ay por Dios, sabes mejor que nadie que literalmente mi familia es Thiago y Cooky, y a las cuatro patas no puedo llevarlo por obvias razones. No te preocupes, en serio. Amelia me cae excelente y hace bastante no la veo.- dije con toda la sinceridad del mundo. Amelia es de esas personas que tienen una especie de aura que inspira confianza y ternura.




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