Prólogo

Narrador Omnisciente

- ¿Linda?... ¿Dónde estás? Te voy a encontrar -decía Jean - ¡Buu! -volvió a decir asustando a la pequeña Ara

-No se vale, no se vale -dijo Ara haciendo un puchero -¡Es trampa mamá! ¡se supone que tía Sara debía buscarme no tú!

La pequeña se cruzo de brazos y salió corriendo haciendo reír a su mamá quien la perseguía

Ara salió corriendo hacia el patio trasero encontrándose con la caída del sol, su mamá se sentó en el césped a su lado viendo fijamente como se iba el atardecer dándole paso a la oscura y fría noche.

-Mami, estuve practicando 

-¿Ah sí? ¿Y que tal?

-Pues... no me sale como a ti -dice Ara con un claro tono de desilusión

-Tranquila, mi niña... ya te saldrá y me ayudaras, junto a los chicos si así lo quieres -dijo su madre viéndola con ternura

-Yo quiero ser igual a ti, mami, tu eres una persona genial -decía la pequeña viendo como la luna se hacia cada vez más presente en el azulado cielo.

-No serás igual a mi... serás mucho mejor -dice abrazándola por la espalda, pegándola a su cuerpo

De pronto se escuchó un gran estruendo haciendo sobresaltar a la niña y haciendo que Jean se ponga alerta.

-Anda adentro, yo iré a revisar que fue eso -dijo la mayor empujando a la niña hacia la casa

Después de algunos minutos Ara se comenzó a preocupar ¿Por qué su mamá no regresaba? ¿Dónde se habia metido su tía?

- ¡Hey! ¿Niña, Estás bien? -preguntaba alguien a lo lejos haciendo que Ara abriera lentamente los ojos

-Ho- Hola -tartamudeaba ella por el evidente frío que hacia 

- ¿Cómo te llamas? -le preguntó un señor con bigote y ropa algo desgastada

Ella lo veía con algo de desconfianza, pero aún así habló 

-Ara, señor -dijo en un susurro

- ¿Y tus padres? -volvió a preguntar el señor con preocupación

¿Qué hacia una niña de 10 años sola en un bosque? se preguntaba el señor de aspecto desgarbado 

- No lo sé, mamá no llegaba -decía ella con desesperación -alguien tocó la puerta y mamá fue a abrir y luego no regresó.

Lagrimas salían de sus verdosos ojos y el señor lo notó

-Soy Remus... Remus Lupin -dijo tratando de calmarla -¿Quieres chocolate? 

- ¿No me harás daño? -dijo asustada -¿No me lastimaras, como ellos?

-No -dijo rapidamente -Te lo prometo 

- ¿Por el dedito? -dijo ella más confiada 

-por el dedito -dijo él con una pequeña sonrisa

La niña se acercó a él lentamente.

Remus pudo detallarla, cabello rojizo, ojos verdes, piel pálida. Una niña que sin duda resaltaría mucho a donde sea que vaya

-¿De donde eres? -le preguntó

-Hudson ,New York -dijo ella haciendo sobresaltar al señor.

¿Cómo llegó hasta aquí? esa pregunta rondaba en la cabeza del adulto.