Y si miramos las estrellas - Ginny Weasley

Entrada a Hogwarts

Capítulo 1

 

 

Narrador omnisciente

 

- ¡Remus, Remus, Remus! –repetía la niña sin parar - ¡Llego la carta de la que tanto hablabas!

-Iras a Hogwarts, Ara –dijo él con algo de felicidad.

En los últimos meses se había encariñado con la niña y aunque aún tenía miedo de lastimarla cada luna llena, no era capaz de alejarla.

-Ara Lupin, esta es una carta del colegio Hogwarts de magia y hechicería –leía ella con emoción –pero iré al segundo año será más difícil

-Claro que no –dijo él poniéndose a la altura de la niña –Eres muy inteligente, has aprendido todos los hechizos que te he enseñado estos meses. Serás de las mejores –dijo el con determinación

Desde que Ara estaba en la vida de Remus, él conseguía más trabajos a medio tiempo para comprar comida y ropa de calidad.

En otro lado del mundo mágico iba una niña pelirroja escaleras abajo gritando fuertemente el nombre de su madre.

- ¡Llego mi carta, mamá! –dijo ella emocionada - ¡Podré ir a Hogwarts y en unos años jugar al Quidditch!

-Las enanas como tú no juegan –decía Fred su hermano mayor

-Necesitas crecer Ginebra –dijo George molestando a su pequeña hermana pelirroja

-No me digas Ginebra, Farola Weasley –dijo ella dándole un golpe en el brazo a uno de los gemelos

- ¿Pero por qué a mí? ¡Ha sido George! –dijo Fred indignado - ¡Es muy injusto!

- ¡Ja! De la que me salve –dijo George burlándose de su hermano

-George no te burles de tu hermano –dijo Molly jalándole la oreja

-Pero mamá –refuto él con la mano en la oreja

Mientras que ellos peleaban la pelirroja se encerró en su habitación para poder leer su carta de Hogwarts.

Desde que lo conoció había estado pensando mucho en el pelinegro amigo de su hermano, era muy lindo y además era el ¡Famoso Harry Potter! ¡el niño que vivió!

A Ginny le entusiasma mucho la magia, por eso espero mucho a esa carta y ahora que la tenía se sentía bien consigo misma.

Se levantó de su cama y camino hasta el cajón en donde escondía su diario, lo abrió y sacó de aquel cajón.

Con una pluma tacho su primer paso "Entrar a Hogwarts" miro el de abajo y lo tambien lo tachó "Entrar a Gryffindor".

***

-Yo no podré acompañarte a comprar las cosas, pero irás con un amigo mío –dijo viendo a Ara

-Yo quiero ir contigo –dijo ella aferrándose a la mano de quien ahora considera su familia –no me dejes, por favor –repetía con temblor en su voz

-No te voy a dejar, pero no puedo acompañarte. Tengo que trabajar ¿Recuerdas? Si no como compraremos tus libros, comida y ropa –dijo él con ternura

- ¿Regresaras? –dijo ella alzando su meñique.

-Regresare –dijo el entrelazando sus meñiques.

Y así fue, ella iba junto a Hagrid al callejón diagon a comprar sus útiles. De camino ahí vio como muchas personas iban a un mismo lugar todos repitiendo "Es Harry Potter"

- ¿Te parece dar un paseo? –dijo el grandote –Nos encontramos en la cafetería rosada en la que nos vimos

Ella asintió emocionada y fue hacia donde todos iban.

Entro a un local repleto de personas, se acercó hasta donde más pudo y se paró a lado de un niño extremadamente rubio en las escaleras.

El la miraba fijamente, jamás la había visto en Hogwarts. Debe ser nueva pensó mirando al frente, hasta que apareció el famoso Harry Potter tomándose foto con el "Guapo" Lockhart, el vio como la niña no lo tomaba en cuenta, eso fue lo más extraño que el rubio pudo ver.

¿Por qué no se alegra al ver a Potter al igual que todos? Pensó una y otra vez.

Dejo de pensar en eso y comenzó a molestar a aquel pelinegro famoso.

- ¿A caso el famoso Harry Potter no puede entrar a una librería sin hacer escandalo? –dijo el rubio platinado ganándose la atención de Ara

-No lo molestes –dijo una niña pelirroja con trenzas

-Mira Potter, ya tienes novia –volvió a decir con una sonrisa burlona

-No, no, no Draco, se mas gentil –dijo un señor con el mismo color de cabello que el niño –Miren es Potter –dijo con una sonrisa aterradora dirigiéndose al azabache –Lucius Malfoy –le tendió la mano

A lo que el azabache le correspondió –Al fin te conozco –volvió a decir aquel señor rubio acercándose al famoso Harry Potter –Tu cicatriz es leyenda, al igual que el mago que te la hizo

En ese momento un rayo de dolor paso por la cabeza de Ara haciendo que ella se agarre la cabeza con ambas manos, tratando de apaciguar el dolor.

La conversación entre Lucius y Harry seguía, pero ella no podía prestar atención por el inmenso dolor de cabeza que le había dado.

De repente como si hubiesen abierto una puerta dentro de su mente, recuerdos inundaron a Ara

- ¿Tía Sara? ¿Tía Sara, donde estás? Todo está oscuro, no te puedo ver –repetía Ara

-Aquí estoy, mi niña –dijo Sara saliendo por detrás y abrazándola

- ¿Y mamá? ¿A qué hora llega? –dijo preocupada

-Está trabajando, pequeña. No sé cuándo llegará –dijo Sara para luego cargar a la niña y llevarla a su habitación

- ¿Dormirás conmigo, tía? –convencía Ara a su tía haciendo un puchero

-Solo porque me lo dices así –respondió dándole un beso en la frente y acostándose a lado de ella.

Después de unos minutos sintió como alguien abría la puerta, obligándola a abrir los ojos.

- ¿Mamá? ¿Ya llegaste? –dijo Ara mientras se sentaba en la cama - Eres tú, ¿verdad?

Justo cuando se iba a levantar su tía sintió el frío de su ausencia.

- ¡Hey! ¿A dónde vas? –pregunto con voz adormilada

-Escuché –se calló a ella misma cuando volvió a escuchar otro ruido –eso –susurro

De pronto volvió a sonar la puerta



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En el texto hay: magia, magia amor desamor peligro tristeza

Editado: 30.07.2021

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