Y si.... Quizás?

Karaoke

El tiempo seguía pasando y Mason y yo seguíamos con nuestra amistad mejor que nunca. Nos veíamos algunos fines de semana e incluso en la preparatoria. La última vez que lo vi fue la semana pasada, y aunque seguíamos en contacto por redes, quería verlo. De pronto, una de mis amigas me sacó de mis pensamientos.

—Court, ¿entonces estarás en el junte del sábado? Puedes llevar a alguien si gustas.

—Eh, qué junte? —pregunté confundida. Miré a todas las chicas en busca de un poco de contexto.

—Iremos a un karaoke el fin de semana. Es como un establecimiento de comida que tiene un área de karaoke y podemos comer mientras bailamos y cantamos. Se alquila por horas y estamos planeando poner todas para alquilarlo por unas horas para divertirnos, entonces te preguntamos si quieres ir —me explicó Jhulia.

—Ah, bueno, saben que tengo que pedir permiso, pero si me lo dan les aviso. ¿Cómo lo haremos?

—Pues, la madre de Lacy nos ha dicho que puede llevarnos, así que nos juntamos todas en su casa como a las 7 y luego lo alquilamos por unas 4 o 5 horas. Estamos planeando invitar a algunos chicos o gente que quiera ir a divertirse, así que si quieres puedes invitar a alguien —explicó otra.

—Me parece bien, aunque quizás no me dejen hasta tan tarde, y eso de invitar a chicos no me parece tan seguro tampoco.

—La madre de Lacy nos irá a recoger también, así que andaríamos seguras. Y con el tema de los chicos, me refería a invitar a algunos de la clase, para retarlos a cantar y bailar. Si no quieren ir, allá ellos, invitamos a otras personas.

—Mhm, ya veo. Pediré permiso, hablaré con un amigo para invitarlo y les aviso, ¿sí?

—Perfecto —concluyó Olivia, la que propuso el plan.

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Apenas llegué a casa, me di una relajante ducha, busqué unos shorts cortos y una camiseta, me recogí el pelo y luego me acosté en la cama. Le escribí a Mason a ver cómo estaba todo y hablar con él un rato.

"Holaa, ¿cómo va todo?"

Me sorprendió que al minuto de enviarlo me respondió.

"Hola, estoy bien, ¿y tú?"

"Todo bien, ¿qué haces?"

"Estoy terminando de leer un libro de poemas que me ha regalado mi madre, ¿y tú?"

"Agotada, acabo de llegar y lo único que quiero es dormirme un buen rato."

"Te entiendo."

"¿Estás disponible este fin de semana?"

"Depende, ¿qué día?"

"El sábado."

"Sí, en la noche solamente, ¿por qué?"

"Es que algunas amigas y yo haremos un plan. Iremos a un karaoke a divertirnos y comer un rato. Entonces me dijeron que podía invitar a alguien y pensé en invitarte a ti."

"Ya veo."

"Eso es un sí?"

"No sé, lo pensaré y te diré."

"Está bien."

Solté el teléfono y me acomodé. Después, rápidamente quedé dormida. Cuando desperté encontré una notificación de Mason a la cual entré sin pensarlo.

"Está bien, iré. ¿A qué hora y en qué lugar?"

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Sábado en la tarde

Las chicas y yo habíamos hablado todo el día sobre el plan de esta noche. Ya sabíamos todos los que iban, cuánto tiempo duraremos y todo lo demás.

Lacy: "Ya saben, a las 6:30 en mi casa."

Después de ver el mensaje de Lacy rápidamente vi la hora y ya debía irme a preparar. No había hablado con Mason todo el día. Era extraño, yo no había tenido el tiempo de escribirle y pues él tampoco me escribió, aunque no le di mucho pensamiento a eso porque nos veríamos hoy.

Me di una ducha y busqué el vestido que tenía planeado ponerme hoy, un vestido corto, ajustado y de color vino tinto. Tiene mangas largas y un escote que deja los hombros descubiertos. Me vi en el espejo y aunque no tenía tan buen físico, el vestido me quedaba bien.

Busqué unas zapatillas negras que me combinaban con todo y me solté el pelo. No tuve mucho problema en peinar mi cabello liso, decidí dejarlo así sin nada para tomar mis cosas e irme.

Cuando llegué estaban todas y nos fuimos de una vez. Le escribí a Mason a ver cómo iba.

"Holaa, ¿cómo vas?"

"Hola, estoy preparándome, ¿y tú?"

"Voy de camino con mis amigas al lugar, avísame cuando llegues para esperarte en la entrada. En la noche suele haber mucha gente."

"Está bien."

Solté el teléfono y empecé a hablar con mis amigas, chismes, de todo. Eran las 7:21 cuando llegamos. El lugar no estaba muy lleno porque las personas llegaban más tarde. Como ya habíamos reservado una sala, no tuvimos que esperar mucho.

Al entrar, la sala era espaciosa. Tenía dos sofás largos negros, una televisión súper grande, dos bocinas, micrófonos, unas mini neveritas con bebidas y la comida la pedíamos después.

Fuimos cantando algunas canciones mientras llegaban las otras personas. En ese momento, Olivia estaba cantando Feather de Sabrina Carpenter. Su voz sonaba tan mal que lo único que todas podíamos hacer era reírnos. Mi teléfono empezó a sonar y supe que Mason había llegado cuando vi su número en la pantalla.

—Hola, ¿ya llegaste?

—Sí, estoy en la parte de atrás, en la del parqueo. Ven a buscarme.

—Está bien, iré a buscarte ya. -Dicho eso, colgué la llamada y avisé a mis amigas antes de salir a buscarlo.

Lo vi en el parqueo, recostado de una motocicleta, e inmediatamente pensé en el cliché del chico malo con motocicleta. Me acerqué y simplemente se quedó recorriendo con la mirada mi vestido

—Hola.

— Hola, ¿ahora eres uno de esos chicos malos de los libros? Sonreí, me sentía nerviosa y no sé por qué.

—Tal vez. ¿Me veo como uno de ellos? —dijo mirándome a los ojos. Dios, me sentía tan nerviosa por algo como esto.

—Bueno, tienes la pinta de uno. ¿Sabes conducirla? —dirigí mi mirada a la motocicleta.

—Estoy aprendiendo, es un regalo de mi padre.

—Ya, entiendo. Vamos a entrar, ven. -Lo tomé de la mano y entramos. Al llegar a la sala mis amigas dirigieron su mirada hacia nosotros. Jhulia y Lacy lo reconocieron al instante, pero las otras no.




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