¿y si tocamos a las estrellas?

Capitulo 2

SOPHIE 

Noviembre.

 

 

Al dar un giro, noto el característico cabello rizado de Charlie, sin peinar. Detengo la rutina sin darle importancia a los gritos del entrenador, quien se encuentra al otro lado de la pista de hielo, mientras me acerco a las orillas, noto la cara roja y la respiración agitada de Char.

El baja por completo las gradas y yo apoyo los codos en la barra de seguridad.

—Hola.

—Hola. —digo impresionada. No puedo creer que en verdad haya venido.

Fue una simple broma.

—¿Interrumpo la práctica? —rasca su mejilla derecha.

Niego con la cabeza y sostengo su mano, evito que se lastime la piel. Lo hace al sentirse incomodo o nervioso o ambas.

—La última vez que te vi fue hace 3 meses, cuando te fuiste. —Si soy sincera aun sigo molesta por la repentina despedida de ese día.

—Pensé que iba a quedarme menos tiempo. —se encoge de hombros despreocupado.

—Bueno, a veces las cosas no resultan como una las quieres en ocasiones.

Charlie da por finalizada la conversación del viaje y mira mi cabello, estira la mano y lo toca, sin hacer un comentario o acaricia, solo inmóvil.

—Tu cabello es rosa.

—Lo se.

—Es wow, un estilo inusual en ti. —dice con asombro.

—Una nueva Sophie nació después de tu desaparición.

Desde lejos los gritos de Dominik resuenan por el lugar, mi insoportable compañero de equipo.

—Es hermoso.

—¿Tú crees? —agarro un mechón de cabello y analizo el color, rosado normal.

Miro por el rabillo del ojo los exóticos lunares de Charlie, son tres puntos debajo del ojo derecho, dicen que las pecas son cúmulos de estrellas, entonces esos lunares igual. Al principio es imposible no sentir curiosidad.

—Claro que sí. —dice y guiña el ojo. —Llama la atención y a ti te gusta eso.

Tiene razón.

Un punto para ti.

—Alimentas mi ego.

—Esa es la idea.

—Tonto.

Abro la botella de agua y bebo del contenido, ya no recuerdo de quien le pertenece, pero me muero de sed. El entrenador es cruel, los descansos son escasos y siempre entrenamos por largas horas.

—¡Esa es mi botella!

¡Ah! Ya recordé.

—Perdón. —sonrió a medias. Dominik intenta venir, sin embargo, Alek lo detiene y grita a los cuatros vientos.

—¡Meijer, deja de coquetear con tu novio y ven a entrenar! Después no te quejes.

—¡No somos novios! —exclamamos al mismo tiempo.

—No me interesa.

Cruza los brazos, no oculta la molestia. Observo el rostro cansador de Raquel, esa niña debe dormir por lo menos una semana completa, las competencias de la temporada termina pronto y un junior como ella no va a desaprovechar ningún tipo de oportunidad. Lo mismo se aplica a Dominik.

—¿Cinco minutos? —suplico.

—No.

—El me odia. —dice nervioso e ignora la cara seria de Alek. —Las intenciones de cometer homicidio contra mí, se puede ver a kilómetros.

—Y yo soy la dramática. —toco la nariz de Charlie. —Es así con todo el mundo, no aprende el arte de ser gentil.

—Mentirosa.

No voy a discutir con Char, una vez que alguna idea se asoma por la cabeza, nada lo hace cambiar de opinión.

—¿Me esperas? Termino la práctica a las 9 y después vamos a tu fiesta de bienvenida, ¿Okey?

—No hay problema. —se despide con la mano y voy al centro de la pista.

Acaricio la parte trasero del pelo, corte mi cabello y cambie de color y a nadie de la familia le agrado, repetí el ciclo tres veces hasta llegar al punto de quedar contenta con el resultado, ignore las críticas.

Porque a mí debe gustarme, no a otros.

—Meijer, no te distraigas.

—Ya lo sé, lo mencionas cada vez que viene. —enfrentó la dura mirada. —Y yo no compito.

Las prácticas en los últimos meses han sido más exigentes y agotadoras, ya no puedo equilibrar el trabajo, la universidad y el patinaje. Envidio a Dominik y Raquel, quienes se dedican al 100% al patinaje artístico, las preocupaciones de ellos son menores, pero no menos cansadas.

—Maldigo el día que acepte ser tu entrenador.

—Admite que me quieres.

—Nunca, mocosa malcriada. —Alek nos ordena estar en filas y observa a cada uno sin emitir palabras.

—¿Señor? —pregunta Raquel.

—Tus giros son precisos y logras aterrizar sin tambalear, a diferencia de este par. Te recomiendo consumir mayor proteínas.




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