¿y si...capaz funcionemos?

Capítulo 2

Los ojos que no vi, pero que estaban tan cerca

Bryce

La euforia es como una droga.
Por eso me gustaban los estadios.
Porque ahí nadie espera que hables de lo que duele. Porque ahí podés gritar sin que nadie te pregunte por qué, podés reír aunque estés roto por dentro, podés perderte en la multitud y ser uno más.
Y a veces, eso era lo que más necesitaba.

El partido no había comenzado aún, pero el ambiente ya vibraba. Música, gritos, humo de comida rápida y bengalas de colores por todos lados. Todo mezclado en ese caos que —de alguna forma inexplicable— me ordenaba.

Estaba sentado solo, como siempre al principio. Will se había atrasado, "como siempre".

Me apoyé contra el respaldo de la grada, con los brazos cruzados y los auriculares enredados en la mano, aunque ni siquiera los tenía puestos. Estaban ahí por costumbre. Como una excusa para no hablar, por si alguien se acercaba.
No es que no me gustara la gente.
Es que la mayoría no me hacía sentir menos solo.

Saqué el celular, no para hacer nada en particular, solo para evitar mirar a quienes tenía cerca. Revisé notificaciones. Dos mensajes de mamá, uno de mi hermano menor —memes, como siempre— y otros dos de un grupo con compañeros que apenas conocía.

Los ignoré todos.
No tenía ganas de nada que no fuera estar ahí.
Pero ni siquiera sabía por qué.

La grada estaba medio llena, y sin embargo, todo me parecía difuso. Como si mi cabeza estuviera en otro lado. Últimamente pasaba seguido. Me sentía como alguien que está parado en medio de una vida que no lo termina de pertenecer. Como si algo faltara. Como si algo estuviera por pasar y no llegara nunca.

Will llegó justo cuando estaba por levantarme para buscar comida. Venía agitado, con la cara de siempre: Me metí en algo otra vez, pero tengo mis razones.

—¿Dónde estabas? — pregunté sin levantar la vista.

—Salvando el mundo — respondió él, como si fuera lo más normal del universo.

—¿Y ahora qué hiciste?

Se dejó caer a mi lado y respiró hondo.

—Un idiota le pasó la mano a una chica en las gradas. No podía quedarme quieto.

Eso me sacó de mi burbuja. Lo miré.

—¿Estás bien?

—Sí. Solo fue un empujón y una mirada. Nada físico. Pero me jodió verlo. Ella se quedó paralizada, Bryce. Te juro que fue como si el tiempo se le congelara encima. Tuve que decir algo.

Asentí, en silencio. No hacía falta que dijera nada más.
Conocía a Will desde hacía años. Él no era de los que se metían por impulso, sino por principios.

—¿Y ella? ¿Está bien?

—Creo que sí. Se llama Ellie. Me agradeció, pero… no sé. Creo que es de esas personas que parecen esconder todo bajo la piel. Que sonríen para no romperse.

Me quedé pensativo unos segundos.

—¿Cómo era?

Will me miró, como si adivinara que mi pregunta no era sobre lo físico.

—Era… distinta. Tenía algo en esos ojos claros, preciosos por cierto. Como si estuviera en otro lugar. Como si necesitara que alguien le recordara que no está sola. ¿Te suena raro?

Negué.
No me sonaba raro.
Me sonaba demasiado familiar.

Volví a mirar el campo, pero mis pensamientos ya estaban en otra parte.
Un nombre flotaba en mi mente sin que lo quisiera: Ellie.
Ni la conocía. Ni la había visto. Ni sabía si la volvería a cruzar.
Y sin embargo, algo en mi pecho se movió, como si una página invisible acabara de darse vuelta.

—A veces creo que vos sabés cuándo algo va a pasar —le dije a Will, medio en broma.

—No lo sé —respondió él, más serio de lo normal—. Pero hoy… sentí algo raro. Como si la historia con esa chica no terminara ahí.

Volví a reír. No por burla, sino por defensa.

—Te imaginás historias en todos lados.

—Y vos te negás a vivir las tuyas.

Eso me dolió más de lo que estaba preparado para admitir.
Me quedé callado.

El partido comenzó y todos se levantaron. La multitud estalló en gritos, y por fin, el ruido volvió a llenarme. Pero esta vez no logró ahogar esa inquietud, mi inquietud.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.