No puedo creer que en realidad este pasando, lo miro, lo analizo y no parece ser el José que conocí hace 2 años. Les cuento, José era un amigo que se llegó a obsesionar conmigo, cuando dije que nadie se podía resistir a esta belleza hablaba en serio, muy en serio. Claro, hacemos excepción de Matías. José me hizo mucho daño pero es astuto, sabe como manipular, es inteligente para lo que no le conviene.
-Hola Valentina, ¿Cómo estás? –Me sonríe alegre, me abraza fuerte. Tengo miedo, no sé que me está pasando estoy tiesa como estatua.
-Muy bien, que sorpresa verte por aquí –Comento un poco angustiada levantándome del asiento, el me mira completamente. Parece uno de esos tipos que se escapan del manicomio y fingen estar en perfectas condiciones. Mientras tanto Paola solo se digna a ver lo que sucede sin decir una sola palabra, sin interrumpir, ¿Qué pasa Paola?, ¿Dónde quedo la amistad? –Me alegra verte José, espero que disfrutes tu estadía aquí. Llámame, a lo mejor ya conseguiste mi número –Suelto nerviosamente una risa, y… ¿Estoy sudando?, oh no, siento como una gota baja por mi espalda. Necesito irme ahora.
-¿Estás bien? –Pregunta colocando su mano derecha en mi hombro y me aprieta disimuladamente. Lo miro y su rostro es de preocupación, Paola me toma de la mano y pregunta lo mismo. Me imagino a las demás personas del café, viendo tal escena de pánico, ¿En que pensaran? “oh vaya, mira esa chica, parece que el novio descubrió que salía con su mejor amiga”.
-Estoy bien, Paola nos debemos ir, recuerda que tenemos que comprar esa cosa que dices –Miento con voz temblorosa evidentemente, le guiño el ojo y ella capta la señal. Acto seguido, me despido de José quien al abrazarme me vuelve a apretar, ese tipo tiene algo con pellizcar a las personas, Paola y yo salimos de ese lugar y ahí si me puede relajar, después de percatarme de que no nos seguía.
Después de explicarle la situación Paola se fue a su casa, tenía que cuidar a su sobrino, así que me vi obligada a llamar a Matías para que me acompañara a comprar mi vestido para la graduación. Normalmente se supone que me tiene que acompañar una amiga pero los hombre son más sinceros, además quiero que él elija el vestido perfecto para su acompañante, así dirá she is beautiful, I want to eat her with kisses. Matías y yo nos encontramos ese lugar que ayer me mostro para luego nos fuimos a ver y probar vestido por vestido cual sería el que más encajara con mi personalidad, lastima para mi, ninguno me gustaba, eran rosados, mucho escote, largos y muy cortos. El mismo Matías lo dijo, por lo que esta vez nos fuimos a tiendas más sencillas y ocurrió, lo que pensé que nunca me pasaría, amor a primera vista al ver el hermoso vestido azul marino de encaje entallado y con una falda 2 dedos exactamente arriba de la rodilla acampanada, es bellísimo… -Ese es el vestido Mat, es el amor de mi vida. –Digo acercándome a él a punto de llorar, era el indicado, me di cuenta de que ese era. Pero no duro mucho, la chica de cabello negro y ojos de matona me dieron señales de que no, no era para mí. Me rindo, ella se acercó al vestido con una gran sonrisa y lo tomó, yo me quedé ahí observando cómo me arrebatan dichoso amor. En eso soy cobarde, ver a otra persona desear exactamente lo mismo que quiero, en el sentido material, no puedo pelear por ello.
-Hey… ¿Valentina? –Llama mi atención Matías moviendo su mano frente a mí, literal me había hundido en mis pensamientos trágicos por el vestido.
-What happend? –Lo miro un poco pérdida, este voltea sus ojos y me da, al amor de vida, ¡Maldición, qué emoción!, pero espera, ¿Cómo lo hizo? Si yo lo vi irse con la otra mujer.
Matías ríe al verme reaccionar tarde –Ten, las preguntas para después pequeña –Me entrega el vestido, en serio estoy tardando en responder o es que en mi cabeza se mueve todo en cámara lenta. Miro el vestido y lo miro a él, le sonrío y voy a probármelo, ahora a rogar a Dios que me quede. –Si necesitas ayuda aquí estoy –Se ofrece de manera tentadora porque no tiene otra determinación, pervertido.
-Okay… -Me quito el vestido que traía puesto para ponerme el otro. –Oh, shit –mascullo un poco molesta, me queda muy ajustado, saldré a ver si me siento cómoda. -¿Bien? –pregunto haciendo una mueca, me miro una última vez en el espejo y miro a Matías quien tiene una expresión de… ¿Felicidad?
-Es perfecto –asevera, impresionado se levanta para verme desde otro ángulo tal vez, nunca me había sentido tan incómoda, no por el vestido si no porque el chico que me gusta me está observando detalladamente. –Te ves hermosa y muy tierna –Expresa con una sonrisa, entonces doy un giro para que me vea mejor y me acomodo el cabello. Me mira con unos ojos que nunca me imagine que me mirarían así.
Aconteció que me compre el vestido, fuimos por unos helados y luego volvimos a casa. Para mi maravillosa suerte él se tuvo que desviar ya que su madre se había accidentado e iba a ayudarla. Felizmente seguí mi camino a casa, escuchaba sweet but psycho –Ava Max, terminaré siendo hot but a psycho, a little bit psyacho. Me imagino a Matías atado a una silla y que cuando despierte este yo, su humilde servidora, su ardiente psicópata vestida de novia lista para la boda y lo obligue a casarse conmigo porque no me da su amor. Qué locura, eso lo haría una persona realmente obsesiva, como José. Oh demonios, él está aquí y puede que la historia se repita. Bueno tengo la canción perfecta para contar la historia de él y yo.