¿y tú, cómo amas?

«El encuentro»

la peor parte del día, es levantarse.
la cómoda cama,la abrigadora sábana y sobre todo la silenciosa mañana, qué paz. lástima que tenga que terminar.

(se levanta estirando sus brazos y bostezando)

hoy no es cualquier día hoy por fin viajo a Italia... la maravillosa Italia.

(se tropieza con su propio pie)

-¡Maldito piso resbaladizo!- exclama enfadada mientras camina hacia su espejo.
-aaaaaay... que cansancio- estira todo su cuerpo y se dirige hacia su baño.

lo mejor de este viaje es que me acompaña la mejor amiga del mundo Sinani.

(Sonido de llamada telefónica)

-mi celular, dónde está-Busca frenéticamente su celular y finalmente lo encuentra

- ¡Ahí estás, maldito celular! -dice mientras contesta la llamada.

-Hola, ¿cómo estás? ¿Estás lista para el viaje? - Amelia  pregunta emocionada.

- Ya estoy lista, estoy abajo esperándote - responde suspirando.

- Todavía recién me levanto - Amelia bosteza.

- ¿Cómo que recién? ¡Amelia, el vuelo sale en una hora! - Sinani se dirige enojada al departamento.

(Tocan la puerta, Amelia se dirige a abrir la puerta)

- Vamos, no te enojes conmigo - Amelia hace una voz de niñita.
- Sinani, no estés enojada. Ahora me alisto rápido - poniendo una carita de cachorro.

No sé si fue un milagro o la presión de Sinani, pero llegamos justo a tiempo... justo cuando el avión estaba en la pista. Eso no importa pero muchas gracias Señor, le prometo que nunca más me levantaré tarde.

Abordamos el avión, y la emoción de Amelia era palpable. Sus ojos brillaban con anticipación mientras decía: "Será muy emocionante, ¿no es así? Conoceremos muchos lugares y le sacaremos pica a mi hermana". Había un tono de emoción en su voz que hacía imposible no contagiarse de su entusiasmo.

Sinani, por otro lado, parecía un poco más reservada. "Por tu culpa, casi perdemos el avión", comentó con un leve tono de dureza. Pero Amelia no se dejó amedrentar. "Tú mismo lo dijiste, casi... no hay que estar enfadadas, ¡disfrutemos de nuestras maravillosas vacaciones!", respondió eufórica.

(Después de unas horas de vuelo)

- finalmente llegamos. "Aaaay... ya llegamos, estoy muy emocionada", dijo Amelia con una gran sonrisa. Podía sentir la emoción en el aire, el aroma de una nueva aventura.

-Amelia, podrías por favor cargar tu equipaje... no soy tu chacha y además tenemos un largo camino hasta la casa, ¿lo recuerdas? Así que me gustaría que bajaras tu voz un poco"- le dijo Sinani en un tono amable pero firme.

Amelia asintió, aunque parecía un poco molesta.

- Por tu culpa no dormí bien anoche, así que me gustaría descansar mientras llegamos a la casa- Sinani lo dice mientras se subía tranquilamente al carro.

A pesar de los pequeños conflictos, podía sentir que este viaje iba a ser una gran aventura para ambas. No podía esperar a ver cómo se desarrollaría todo."
"Elegimos Italia por dos razones: la primera, porque desde pequeñas ambas soñábamos con viajar; y la segunda, porque teníamos una tía que vivía en Italia. Es en su casa donde nos vamos a quedar. Ella se encuentra de viaje con su nuevo galán y le prometí que cuidaría de su tesorito, su cachorrito, que no es nada tranquilo. Pero no importa, porque gracias a ello estoy en Italia, la ciudad del romance. Así que debemos prepararnos para conocer al chico ideal.

-Sinani, ya llegamos... levántate, perezosa", exclama Amelia mientras le da unos palmazos juguetones. "Tenemos mucho trabajo que hacer".
Puesto a que la tía Maria estuvo de viaje, su casa no está tan limpia que digamos.
Nos pusimos manos a la obra y la dejamos muy impecable...pero terminamos muy casada.
-Es hora de un baño y a dormir- con una  leve voz lo dice Sinani mientras se apoyaba en la pared para levantarse.
-Tiene razón mañana empieza nuestra aventura y también nuestra responsabilidad de cuidar a  terroncito( el perro de mi tía María)- con gran motivación mientras alza las manos así arriba con sinónimo de ánimos.

(Al día siguiente )

Ambas se preparan para explorar la hermosa ciudad de Italia. Caminan por las estrechas calles empedradas, rodeadas de edificios históricos y aromas tentadores de la comida italiana. Amelia se maravilla con cada rincón y Sinani la sigue con una sonrisa en el rostro.

Mientras pasean, Amelia y Sinani se detienen frente a una encantadora cafetería. El aroma del café recién hecho y el sonido de las conversaciones animadas los atrae. Deciden entrar y disfrutar de un delicioso capuchino italiano.

Sentadas en una acogedora mesa junto a la ventana, Amelia y Sinani conversan sobre sus expectativas y sueños en este viaje. Amelia Sueña con encontrar el amor verdadero en la ciudad del romance y crear recuerdos inolvidables juntos, por otro lado Sinani solo quiere estar tranquila en estas vacaciones.

Durante nuestra amigable conversación en el café, algo inesperado sucedió. Amelia giró la cabeza hacia la entrada y, como si fuera obra del destino, sus ojos se encontraron con los del chico más intrigante y atractivo que hubiera visto jamás. Todo a su alrededor dejó de importar, incluso Sinani pasó a un segundo plano mientras Amelia se perdía en aquellos ojos grises enigmáticos.

El chico tenía una presencia imponente, con una mirada que parecía ocultar mil secretos. Su estilo era un tanto anticuado, pero eso solo hacía que resaltara su apariencia física perfecta. Su cabello negro como la noche y su porte misterioso lo convertían en alguien sacado de las páginas de un libro, de esos que te dejan con una mirada apagada y suspirando por días.




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