¿y tú, cómo amas?

Pensamientos nocturnos 2

Después de ese cálido abrazo, los hermanos Petrovich se despidieron de Amelia y Sinani.

- Espero, que nos veamos en otra ocasión- Dice Katerina, con una voz más calmada, mientras limpia sus lágrimas.

Amelia y Sinani, observan a los hermanos alejarse, dando fin a este reencuentro de viejos amigos de la infancia.

Las dos amigas se retiran del lugar, para dirigirse a su casa, estando de camino a su casa, Sinani le pregunto a Amelia.

-¿Te encuentras bien?, lo dijo por lo que pasó en el restaurante- mirándola con una cara preocupada.

Amelia, formando una sonrisa en su rostro, le contesta-Claro que estoy bien, por qué no estarlo, hoy me reencontre con Misha y Katerina, no los había visto hace tiempo. ¡Está noche fue muy divertida!. Debería repetirlo.

Sinani, la observo intranquila, ella sabe que Amelia no se encuentra bien. Pero tampoco quiere obligarla a hablar así que termina este tema diciendo.

-Es bueno oírlo, Amelia, y espero que estés siendo honesta.

Las amigas siguen su recorrido en total silencio. Ya estando dentro de su casa, ambas amigas se desean buenas noches y respectivamente se dirigen a sus habitaciones.

Amelia entrando a su habitación de inmediato se dirige a su cama y se tira sobre ella mirando hacia el techo. Por otro lado, Sinani, entro y empezó a alistarse para dormir, se quitó la ropa y se dio un pequeño baño, por último se recostó en su cama para dormir.

Amelia que se encontraba echada en su cama, se levanta y se dirige al frente de su terraza. Se sienta y empieza a recordar su infancia.

Yo nunca conocí a mi madre en persona, la única referencia que tengo de ella son las fotos y las historias de mi papá y hermana. Lo único que se es que por mi culpa mi madre murió, aunque mi papá decía lo contrario. A veces quería saber cómo se sentiría tener el amor de una madre. Pero no me sentía tan desafortunada. Mi papá siempre me demostró su amor, me apoyaba en todo y me consentía demasiado. Pero me sentía culpable, porque por mí, él había perdido el amor de su vida. Aunque siempre me decía que me parecía mucho a ella. Si no hubiese nacido... ella estuviera viva y mi padre nunca hubiese tomado esa decisión. Pero ahora ya no tengo a ninguno de los dos, y todo es por mi culpa.

Mientras se formaban las imágenes de aquellos momentos junto a su padre, los ojos de Amelia empezaron a lagrimear lentamente. Y en eso escucha a alguien acercarse.

-Para una buena lloradea es necesario chocolates -entra Sinani, sentándose al lado de Amelia , enseñándole los chocolates que tenía en las manos.

Amelia se lanza a abrazarla, y entre llanto le dijo.

lo extraño!, Sinani...!lo extraño¡

Repitió esta frase con gran sufrimiento hasta que su llanto cesara.

Después de eso Sinani, la calmo diciendo.

-Has llorado mucho, toma un chocolate, te hará sentir mejor- con una gran sonrisa amable le entre un bombón de chocolate.

Amelia recibe el bombón. Mientras comía Sinani le pregunta.

- Tu padre lleva muerto un año, pero aún sigues sintiendo ese sentimiento de culpa, Amelia, sabes muy bien que no fue culpa de nadie- con una mirada de preocupación, disimulada.

Amelia, ya calmada le contesta.

- Que no soy culpable, mírame bien, Sinani, delante tuyo tienen a la causante de la muerte de sus padres. Mi madre, a quien no conocía, murió dándome a luz, y mi padre.- Amelia con la voz entrecortada,le dice a Sinani.

- mi padre...a quien yo amaba tanto, murió por...que su esposa había muerto. ¡Tu, no lo entiendes!-empieza a llorar.

Sinani, vio el estado en que se encontraba:

Su llanto se volvió más fuerte, más doloroso, cada vez que intentaba tomar aire, se ahogaba con sus propias lágrimas, no podía ni pronunciar una palabra.

- Dime, Amelia como te hace sentir esto, describe a detalle este sentimiento, quiero saberlo- dice Sinani.

Amelia entre llanto y lágrimas empieza a hablar, con una voz rota.

-Sinani...mi pecho se estruja, siento como mi corazón es machucado constantemente, como si se fuera a romper...mis manos, miralas ...temblorosas, me quedo sin aire...Sinani, mi cabeza, duele, mi cuerpo duele... Sinani...mi corazón duele...mi padre ya no está, y no importa lo que haga. No me hago ni la idea de que ya no exista, que ya no esté aquí ...Sinani...cada vez que me levanto le escribo un mensaje...y espero su respuesta, veo sus fotos...le compro cosas, que se que nunca las usara...tengo una caja llena de las cosas que le he echo... esperando a que las vea...Sinai, Sin.. na.

En ese momento Sinani le dio un fuerte abrazo, fue tal la fuerza que Amelia le empezó a reclamar que la soltará.

- vamos, Sina, suéltame, ya no tengo aire- con el poco aire que le quedaba.

- No te sientas así, me tienes a mi, y siempre me tendrás, Amelia, no estás sola...yo seré quien siempre está a tu lado- le dice mientras la observa directamente a los ojos.

Amelia no resistió y empezó a llorar, dándole un abrazo más fuerte que el de antes. En medio de este abrazo, lleno de melancólico, surgió la alegría, una alegría combinada con la tristeza. Y ambas amigas empezaron a reír de tristeza.

Amelia, pudo expresar lo que llevaba adentro, lo que apachurraba su corazón. Y me siento bien por ello, me gusta ser de utilidad para ella. Quiero hacerla sentir que siempre contará conmigo.

Después de este abrazo, lleno de emociones fuertes, en dónde surgió la alegría. Amelia empezó a tener sueño. Y fue así que ambas amigas se echaron a  dormir, en la cama de Amelia.




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