La vida pasa demasiado de prisa. Hoy hace diez años de la muerte de Deleyna y pareciera que tan solo hubieran pasado unos días, o unos meses como máximo. Pero no, el tiempo ha corrido como la pólvora y hace diez años ya que sucedió.
Deleyna es alguien imposible de olvidar y siempre perdurará en los corazones de todo aquel que un día cayó en su encanto.
Todas las cadenas y las redes hablan hoy del décimo aniversario de su muerte. Grandes celebridades le están haciendo centenares de homenajes, incluso nos han invitado a quienes llevamos a cabo la investigación de su muerte. Pero no, no he ido. No he sido capaz de ir y hacer el paripé. ¿Qué iba a decir? Bueno sí, demasiadas cosas y no quiero. Hoy es un día especial porque hace diez años se fue una estrella, y no voy a ensuciar su nombre.
A parte de los homenajes, por su puesto la prensa rosa aprovechará para recrearse en sus especulaciones. Si yo fuese intentarían manipular mis palabras, y no estoy dispuesta a eso. No voy a ser yo quien contribuya a dañar más su memoria. Prefiero hacerle mi propio homenaje, escuchando su música tumbada en el sofá, o viéndome sus vídeos de Internet, como he hecho otros días. Tengo muchas formas de homenajearla sin convertirme en un títere de los medios. No estoy dispuesta a ello.
La razón por la que Leo tampoco ha ido, es básicamente por la misma, además de que aunque hubiese querido, no podría haber ido hoy. Y el comisario hace tiempo que se jubiló y no creo que se preste a eso. Ahora vive felizmente con su esposa fuera del país, así que dudo mucho que vaya o conceda alguna entrevista.
He apagado mis móviles y desconectado el teléfono fijo. También he bajado las persianas, y por precaución escucho la música con los cascos. Cualquier prevención es poca. Durante este último mes toda prensa viviente ha intentado contactar conmigo, pero sobre todo en los últimos días. Durante esta tarde ha sonado mi portero al menos 30 veces. Pero por más que insistan no les voy a abrir, no voy a caer en su juego. No les voy a dar lo que quieren.
El fallecimiento de Deleyna fue demasiado duro para mí, ya que su investigación estuvo a punto de que me encontrase cara a cara con mi propia muerte.