Se dice que los espejos guardan energías, especialmente aquellos que han estado justo en el momento preciso de un crimen, una amenaza o una perdida.
Al igual que las casas viejas, los espejos con capaces de absorber sentimientos tanto positivos como negativos, aunque cabe mencionar que es más factible que se carguen con mayor facilidad de las emociones negativas, puesto que estas son más fuertes y desaparecen con lentitud, y, en algunos casos, son más frecuentes que las otras.
La depresión, la soledad, el temor, la angustia, van llenando poco a poco el espejo, algunos terminan empañándose, mostrando en su superficie manchas irregulares que con el paso del tiempo pueden dejar ver rostros de dolor intentando escapar, otros simplemente se terminan por romper de manera misteriosa. Pero hay algunos, que por alguna curiosa decisión del destino siguen manteniéndose intactos, tanto o más hermosos que la primera vez que vieron la luz del día, estos son los más peligrosos, pues por se han convertido en portales, y personas sin conocimiento de ello, los lleva a casa como un preciado tesoro, sin saber lo que dentro de ellos se encuentra.
Te lo advierto ¡nunca lleves un espejo viejo a tu casa!, especialmente si este se muestra como si el tiempo apenas hubiera podido tocarlo. Estos son los espejos malditos, los peores de todos, aquellos que no solo estuvieron en contacto con sentimientos negativos, estos son aquellos que fueron testigos de crímenes violentos, y sobre todo, estos son los que han atrapado las almas de aquellos que murieron después de gran sufrimiento.
Estos espejos se convirtieron en devoradores de alma, las mantienen presas, pero esta cárcel no es eterna, y basta una sola acción para hacer que el portal se abra y liberar todos estos entes y con ello los sentimientos negativos que los acompañan.
Es así que estos espejos se han encargado de unir los dos mundos, pero no para bien, sino para mal, pues aquella casa que contenga uno de ellos será testigo de pérdidas y dolores constantes para cada uno de sus miembros. No importa si huyes, si el espejo te acompaña todo será igual en cualquier lugar que habites.
Todo terminara cuando el espejo se rompa por sí mismo, o cuando el alma del último de tus descendientes sea absorbida por este.
Pero no te preocupes, si tu casa no tiene ninguna maldición, basta con cubrir el espejo más cercano a la persona fallecida con una manta negra, de esa forma aseguras que el alma de tu familiar será libre para trascender y a futuro aseguras que no estarás creando un portal que afecte a tus generaciones futuras y a otras personas, pero sobre todo hazlo saber a tu familia, así sepa que hacer al momento de tu muerte; al final de cuentas, no creo que seas tú quien desee saber qué hay al otro lado del espejo.
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Editado: 04.08.2019