Ya no aguanto mas

YA NO AGUANTO MAS

¡Ya no aguanto más!, ¡Ayúdame! Por favor te lo pido, no tienes una idea de lo que siento en estos momentos con tan solo saber que alrededor del mundo hay gente que termina con su vida de una manera tan tonta y tan absurda por mi culpa ¡ayúdame! si estás leyendo esto es porque estás dispuesto a ayudarme y lo digo en serio, no cierres el libro porque eso no hará que esto que me atormenta se marche, ayúdame te lo estoy suplicando y no voltees para ver  si alguien te observa, seguro son ellos, así que no hagas caso y solo ayúdame, ayúdame porque si no necesitara esa ayuda que te pido no te la solicitaría, estoy seguro que tú también los conoces pero no te tienen entre la espada y la pared como a mí.

Ya perdí a mi hija y a mi esposa, mis padres no me dirigen la palabra y mi grupo de amigos o los que se decían mis amigos me han dado la espalda, mi perro no se me acerca más que cuando le sirvo comida, ahora trato de salir lo menos posible porque ellos me lo ordenan pero me da pavor escucharlos.

Todo comenzó en octubre, casi finales. Debió serlo porque pasaban niños a la casa tocando y pidiendo dulces, mi perro se ponía alebrestado de verles con sus disfraces y Mariana mi esposa estaba ya fastidiada del toquido desesperado pidiendo dulce o truco y mi hija lloraba por no ser ella quien pedía los dulces, claro,  en ocasiones por el temor que le daban algunas máscaras de niños tan espeluznantes, esa noche sintonizamos una película de brujas para dar un ambiente a la casa de lo que era el Halloween o mejor conocido para nosotros los latinos como noche de brujas, al ser latinos y vivir en florida compartíamos dos de las más importantes tradiciones de nuestras culturas y esas eran alimentar la noche de brujas y poner ofrenda de día de muertos, un día seguido por el otro, no era complicado de hacer, una mezcla fantástica de emociones, Mariana y Marianita eran felices y diario hacíamos video llamadas con mis papas que Vivían en la ciudad de México, mis suegros eran más de llamadas por teléfono pero igual no perdíamos el contacto.

Como todo fin de mes, esa noche me dio insomnio por el pago de las cuentas, la hipoteca, el colegio de Marianita, la despensa, el teléfono e internet, la comida de Terry, la mensualidad del carro, y el dinero girado día con día a mis padres y a mis suegros, Mariana me ayudaba pero cada final de mes era el mismo insomnio provocado por la misma lista de cosas en el mismo orden, claro por qué las tarjetas llegaban en mediado de mes si no uff, quizá ya me hubiera dado algo desde más antes, eso mezclado con el poco crecimiento laboral que había tenido me daba dolor en la cabeza y el insomnio era creo el resultado de todo eso que me mataba mentalmente, esa noche después de varios minutos de contemplar a Mariana di gracias a Dios por darme una familia, empecé a escuchar en mi cabeza esas voces que me decían

— (¡José Luis, José Luis, José Luis!)

Unas voces como si vinieran dentro de mí y otras como si estuvieran llegando de casas vecinas, voltee a ver a Mariana como si ella también las hubiera escuchado pero nada, ella seguía soñando tan tiernamente como si nada sonara, otras voces las escuchaba dentro de mi cabeza como si salieran de unos audífonos que tuviese puestos, el sonido era fuerte y había de todo; mujeres, hombres, gritos desesperados, susurros, niños y toda esa mezcla de menciones desesperadas de mi nombre, me tapaba los oídos pero ahí seguían, eran brutalmente aturdidoras y me llenaban la cabeza de una sensación de hormigueo que no me dejaba en paz, me levanté de mi cama y me metí a la regadera a darme un baño de agua fría, pararon las voces por un momento mientras caía el agua en mi cabeza y al salir del baño fue un momento de descanso por ya no escuchar nada, así que me dirigí a mi habitación donde descansaba Mariana.

Al recostarme ya seco y fresco por el baño y cerrar mis ojos girándome para quedar de costado apareció  otra vez en mi cabeza el bullicio y la voz que decía

— (¡José Luis, José Luis, José Luis, José Luis!)

Comencé a rezar, como cuando niño y tenía miedo por el monstruo de debajo de mi cama durante más o menos unos quince o veinte minutos constantes mientras me terminaba la lista de oraciones que toda mi formación eclesiástica me había obsequiado, hasta que por el cansancio me quede dormido.

Fue de las peores noches que pase hasta ese momento por la desesperación de no saber que me sucedía, así que deje que transcurriera el día siguiente con normalidad, todo transcurrió tan habitual como hasta ayer, en el día no escuche nada que no fueran gritos de mi jefe en la construcción, o los reclamos de Mariana, las anécdotas de las vecinas de mamá en la video llamada, todo tan normal, que incluso las preocupaciones de fin de mes se presentaban en mi cabeza como; preocuparme por que aparte de mi listado de gastos se aparecería de repente. Y así justo el día de hoy el gas se terminó, ¡uy que calamidad!

Llegó otra vez la noche y esta vez me la pase analizando y platicando con mis padres una pequeña reducción a su remesa y tomar una pequeña parte de mis ahorros que me iban a permitir salir de esta apretada situación así que la cama y el sueño me esperaban, ya había pasado lo más pesado de mi semana, estábamos del otro lado y el incienso en casa llenada de olor tradicional, al tratar de conciliar el sueño otra vez esas malditas voces me gritaban otra vez

—( ¡José Luis, José Luis, José Luis, José Luis!)

Nuevamente de muchísimas personas en diversos tonos con varias emociones pero nada más se remitían a decir << ¡José Luis! >> Mi nombre, hice lo mismo que el día anterior, un refrescante baño pero para mi sorpresa ya no cesaba, ahora se mezclaban con risas, carcajadas, diciendo mi nombre como en modo de burla,




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.