Si has llegado hasta aquí, quiero agradecerte por tomarte el tiempo de leer esta confesión cruda sobre la pérdida. Este libro nació de la necesidad de hablar sin filtros sobre el dolor, el vacío y el acto agotador de la supervivencia diaria. Si esta historia resonó contigo, te pido un favor: tu voz es mi mejor ayuda. Si te ha gustado, me ayudaría un montón si pudieras dejar un comentario honesto o compartirlo con alguien que necesite saber que no está solo en este proceso.
Gracias por permitirme compartir mi órbita contigo.
Uriel.