CAPÍTULO III.
Por fin luego de un largo viaje pisaba la tierra de Londres, después de todo no hubo u esperado algo mejor que esto, estaba algo ansiosa, Londres será su hogar por tres años, quizás nunca volvería a su verdadero hogar, no tal vez se quedaría para siempre en esa bella cuidad, antes de venir sus padres le arreglaron un arriendo en un complejo de departamentos, así que con unos pocos ánimos buscó su equipaje para irse a su nuevo hogar, espero un taxi para viajar, en el camino ve la hermosa arquitectura antigua, los edificios antiguos son hermosos, sin duda un lugar hermoso para vivir.
Alguna vez deseaba salir de esa oscuridad pesada, donde era ella la estrella que brille, las cosas pueden que cambien, tener amigos eso es algo que no conoce, pero también debe hacer de su parte, cambiar un poco ese carácter tan fuerte y sarcástico, hablar más de sus cosas y sentirse apoyada por ajenos, ya que no contaba ni con su propia familia, es por eso que siempre ha sido tan cerrada, formando una coraza como si con ello pudiese defenderse a ser herida, pero a quién engaña, la soledad misma le hiere tanto, por fin llega a lo que es su nuevo hogar, está cansada debido al viaje tan largo, no tiene hambre así que se fue a dormir, por suerte para ella es Sábado, sus padres le consiguieron un lugar amueblado, no es un lugar con lujos, porque Helena deseaba un lugar distinto, un lugar donde sintiera calidez hogareña.
El lunes llegó tan rápido y debe asistir a su nuevo instituto, "London College", una institución de gran renombre, todos los que egresan de ahí tienen un futuro prometedor, conexiones a universidades exclusivas y también proyectores de buenos empleos, gracias a su inteligencia tiene esta oportunidad, no debe fallar en su meta, ser alguien en la vida. London College es un hermoso edificio de época victoriana, lucía fantástico a sus ojos, debe hablar y presentarse con el director, así que fue directamente al despacho de este, al golpear la puerta se oye un "adelante".
- Buenos días señorita. Dice el hombre tras el escritorio.
- Buenos días director, me presento soy Helena la alumna de intercambio. Dice ella educadamente.
- Oh si bien déjame entregarte tus horarios, te acompaño a tu salón.
- Gracias señor.
- Como verá esta institución tiene más de cien años de funcionamiento, el edificio es un edificio histórico por lo tanto no puede ser modernizado, hay muchos lugares distribuidos para la enseñanza, los maestros tienen sus propias aulas para sus actividades correspondientes, además contamos con diversos instrumentos educativos, después que termine tu primera clase, unos de tus compañeros te mostrará el instituto. Esta es el aula de Historia, tu primera clase es con el señor Wagner. Manifiesta el director instruyendo.
- Muchas gracias señor. Agradece ella.
- Bien ingresemos, todos están algo interesados en conocerte. Con permiso señor Wagner, traigo a la señorita de intercambio, espero que todos ustedes sean buenos compañeros con ella, bueno se la encargo me retiro.
-Si señor, señorita es gusto tenerla con nosotros, pase solo hay un asiento desocupado que es a lado del señor Dante, por favor tome su lugar para comenzar la clase.
- Si gracias profesor.
Al ver donde se ubica su lugar, su corazón comienza a latir frenéticamente, su compañero la ve con sus penetrantes ojos azules, su cabello rubio y cuerpo bien tonificado, la sacaron de onda por un momento su cerebro se fue de vacaciones, es la primera vez que siente nervios, su corazón late con fuerza y más a tener tan cerca, a su nuevo compañero, lo que no sabe es que hay dos corazones latiendo sincronizados, al mismo tiempo.