CAPÍTULO IV.
Su corazón no deja de palpitar fuertemente, ¿A caso es tonta?, porque no puede evitar mirar a su compañero, aunque fijándose bien también que Dante le miraba de vez en cuando, el muchacho parece ser muy serio, viste un polera con una calavera y chaqueta de cuero, de seguro que es uno de esos rebeldes, pero para ella es la primera vez que se fija en alguien del sexo opuesto, y tan diferente a ella que es una nerd, a pesar de eso Helena es muy bella, su cabello color caramelo y ojos verdes preciosos, una piel blanquecina y fina, pero como es dura de corazón es que nunca ha tenido novios.
Llegó la hora de un receso, y esperaba el alumno que debe llevarla a conocer el instituto, sin embargo, no era más ni menos que Dante, porque parece que el universo la odia, el muchacho de mirada seria la miraba fijamente, eso le pone de nervios no está acostumbrada a que la miren, pero la mirada de Dante no es de indiferencia, es una mirada curiosa, como si con esa mirada deseaba ver su alma. Dante y ella recorrían por el London College, él le mostraba cada salón que todos son para distintas materias, fue cuando llegaron a la biblioteca del instituto, para Helena es como esta en el paraíso, la biblioteca es el lugar más grande del instituto, había muchos estantes de libros, y también había un segundo piso con más estantes, había demasiados libros que ya deseaba poner las manos en uno de ellos, pues en su antigua vida leer fue como un refugio para ella.
- ¿Te ha gustado la biblioteca? Le dice él serio.
- Si realmente es hermosa, y más grande que la de mi antiguo instituto. Le responde.
- Por cierto, por cualquier cosa que necesites me hablas, soy el delegado de la clase. Dice haciendo notar el cargo que posee.
- Si muchas gracias por el tour. Le dice amable.
- De nada. Le responde de la misma manera.
Dante parece ser un muchacho muy tosco, no hablaron mucho pero la voz si suena un poco ruda, no es que su gusto fuesen chicos sumisos, es la primera vez que un muchacho le llama tanto la atención, aún quedaba mucho para volver a clases, entonces decide ir al patio que es precioso , había una fuente en medio, sin más se fue a sentar, la gente que estaba en su clase le miraban, después se acercaron para conversar, es la primera vez que le pasa eso, es su culpa por ser muy arisca, pero en un país distinto no es mala idea cambiar un poquito para encajar, entonces en unos pocos segundo se ve rodeada por sus compañeros.
- Hola Helena me llamo iris es un gusto conocerte. Le dice una chica alegre.
- Hola yo soy Joseine, toma compramos este obsequio entre todos para ti. Le entrega una pulsera.
- No se hubieran molestado. Dice ella apenada. Qué bonita pulsera. La mira fijamente.
- Claro que no, tenemos compañera nueva, por cierto, yo soy Patrick.
- Muchas gracias chicos, estoy agradecida. Responde sencilla.
- De nada Helena. ¿Por cierto tuviste problemas con Dante? pregunta una de las chicas.
- No nada de eso fue muy amable en ayudarme a conocer el instituto.
- Que bien Dante es un poco gruñón, no suele juntarse con nosotros, pero en el fondo es amable. Le responde la misma chica.
- Vaya. Dice ella un poco asombrada.
Sin poder evitarlo su mirada fue a dar al muchacho de quien hablaban sus compañeros, que estaba en un banco unos metros de la fuente, le explicaron a Helena que Dante no era así antes, que fue un muchacho de gran carisma y le gustaba hacerse amigos de todos, los padres de Dante se separaron por una infidelidad por parte del padre, que después del divorcio solo se fue sin importarle nada, ni siquiera peleo por la custodia de su hijo, eso causo el cambio de Dante que ahora es un chico frívolo y dejo fuera de su vida a sus amigos, Helena solo miraba mientras le relataban la historia, y un retorcijo atacó su pobre estómago, ella sabe lo que se siente, está en los mismos zapatos de Dante y no poder evitar pensar que más ganas tiene de conocerlo.