Ya no soy la misma

Capítulo 6: Rutina y desorganización.

El domingo reímos a carcajadas en el coto mientras comprábamos, cuando volvimos a la casa con Olivia nos quedamos toda la tarde tirados en la cama mirando Netflix mientras que mi hermano se iba a la casa del padre de Ariana.    

El lunes volví con la rutina que tenía, levantarme, desayunar, abrigarse e ir a la oficina en auto, llegaba y me ponía a trabajar con el trabajo que nos daban, pero apenas puse un pie dentro del edificio recordé la declaración de Clara y su beso. Lo que menos quería era que las cosas se compliquen de ahora en adelante.    

Cuando entré a la oficina que compartimos, Theo y Clara ya estaban en sus lugares ambos con un café en su escritorio, me fui a mi lugar y Theo guió el grupo con los documentos, archivos y trabajos nuevos. Clara me dirigió la palabra solo si era necesario y sobre trabajo, fue extraño, desde que estaba acá siempre nos habíamos llevado bien, pero ahora, ni siquiera nos tratábamos, cuando toco la hora del almuerzo Clara dijo que tenía otra cosa que hacer y se fue. Theo me aseguro que era cuestión de tiempo, que se le iba a pasar, pero así fue toda la semana.    

El lunes cuando volví a casa, Olivia se había integrado bien a nuestros horarios y a nuestras personalidades, reía y tenía confianza con nosotros, sin embargo, a la noche cuando nos encerramos en mi cuarto para dormir, la verdadera Olivia salió a la luz y colapso llorando, la abracé como la primera noche y lloro en mis brazos hasta dormirse. Así fue toda la semana.  

- ¿Qué comemos hoy? -le pregunté a mi hermano que estaba sentando en un taburete estudiando para un examen.   

Solo habían pasado 15 minutos de que había llegado de trabajar y Olivia no estaba, lo cual era raro, siempre que venía siempre había hecho algo en el día, pero siempre estaba en la casa para la hora que yo llegaba de trabajar.    

- Estaba pensando en milanesas con puré -me respondió Santiago-. Y seriamos tres nada más, Ariana está en la casa con la madre, jueves de madre e hija.    

Asentí y me tiré en el sillón de tres cuerpos.    

- ¿Olivia dijo a qué hora iba a llegar? -le pregunté.   

- No, pero sí aclaró que iba a llegar antes de comer y le di mis llaves.   

- Genial -dije suspirando, cerré los ojos y al instante supe que no iba a poder quedarme quieto   

- Me voy a leer algo hermano, cualquier cosa grítame -le avise antes de encerrarme en mi cuarto.   

Escuche que mi hermano me decía que estaba bien antes de cerrar la puerta y me pare frente a mi biblioteca, tenía todos los libros de la casa, tenía que haber algún libro que podría distraerme. Por fin me decidí por “Pulsaciones” me lo había regalado Ariana para un cumpleaños y todavía no lo leía. Por lo que me había contado mi cuñada se trataba de una chica y estaba narrado a través de una aplicación que podía calcular tus pulsaciones y con los amigos que hablaste. Para cuando Olivia abrió la puerta de mi cuarto ya iba bastante avanzado.   

- ¿Cómo estás? -me preguntó sentándose al lado mío de la cama.   

- Bastante entretenido -le dije mostrándole el libro.   

Ella sonrió y miró la página. Estaba empezando un nuevo capítulo.   

- “Buda dice… “Tu tarea es descubrir cuál es tu tarea y entonces entregarte a ella con todo tu corazón” -leyó el inicio del capítulo-. ¿La aplicas?   

- No lo sé, puede ser que sí.   

- Necesito contarte algo -me dijo de repente muy nerviosa y emocionada.   

Marqué con un separador la página donde me quedé y apoyé el libro en la mesa de luz.   

- Tenes toda mía atención.   

- Me habían dicho que no podía tocar en el Ghost este viernes porque se presentaba otra banda, pero tras insistir mucho tiempo ¡Me dijo que sí!   

Estaba tan alegre, sus ojos brillaban de emoción y me abrazo sorprendiéndome, la envolví en mis brazos y la felicité.   

- Eso sí, tocó más tarde porque primero toca la banda que ocupa mi horario, no sé quiénes son.   

- Bueno pero lo importante que tocas, claramente vamos a ir.   

- ¡Si! Y ya que sacamos ese tema me hiciste acordar a algo -hizo una pausa-. Quiero juntarme con Cassandra y Ben, siento que le debo mucho por ese día ayudarme, no sé qué habría pasado si no me cruzaba con ellos.   

- Podemos mañana ir a cenar con ellos a algún lado y luego ir al bar ¿Te parece bien?   

- Me parece genial.   

Me quedo mirando, sentí que me analizaba, cuando sus ojos verdes cayeron en mis ojos me puse nervioso.   

- ¿Por qué tanta mirada? -le pregunté nervioso.   



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En el texto hay: amigos, musica, confianza

Editado: 10.02.2020

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