Ya no soy la misma

Capítulo 10: ¿Por qué?

Compramos un balde de pochoclos y dos gaseosas medias, entramos justo a tiempo para la función, a pesar de ser las dos de la tarde había bastante gente, tenía entendido que las personas salían de noche. Nos sentamos uno al lado del otro y miramos la película entre risas y comentarios. Parecía que Olivia amaba al Capitán América, cuando salimos de la sala estaba feliz con la película, ya quería que salga la siguiente. 

- Entonces Capitán América es tu favorito de Marvel -deduje. 

- No, ni de cerca, mi favorito es Tony -me respondió sonriendo. 

Sonreí. 

- Era obvio, el egocéntrico del grupo te tenía que gustar -me burle. 

- No, te equivocas, no es por eso. 

- ¿Y porque es? 

- Tiene un buen corazón, usa su ego como escudo. Es un buen hombre. 

La mire sin poder dejar de sonreír. 

- Te puedo preguntar algo.

- Lo que quieras, Livi. 

- ¿Cuándo vas a dejar de tener esa sonrisa estúpida en el rostro? -me preguntó haciéndome reír.

- Al lado tuyo es imposible que no sonría. 

Ella puso los ojos en blanco y aceleró el paso haciéndome sonreír, me encantaba que reaccionara así, me mostraba su lado tímido y trataba de no demostrarlo alejándose o poniendo los ojos en blanco. Aceleré el paso para ir a su ritmo y le propuse tomar un café en Havanna, aceptó y fuimos al local. 

- ¿No quieres estudiar nada entonces? -me preguntó cuándo le conté de qué trabajaba. 

- Capaz más adelante, pero estoy bien donde estoy. Hice un curso administrativo lo que me ayudó a tener el trabajo-. ¿Y vos? 

- No tengo nada pensado, por ahora solo quiero solucionar mis asuntos. 

- Tus asuntos -repetí con curiosidad. Intentando que me cuente. 

- No te voy a contar por el momento -me advirtió mirándome. 

Rodeo mi auto para subir a la parte del piloto y ella del lado del copiloto.

- No te quiero contar porque ni yo sé que está pasando -me admitió. 

- Cuando estés lista te voy a escuchar.

Mi celular empezó a sonar, miré la pantalla y vi el nombre de Santiago.

- ¿Atendes la llamada?

Ella dudó un instante, pero cuando vio que era Santiago agarro el celular. 

- Buenas -saludo, escucho la respuesta de mi hermano y se rio-. Claro que no, todavía no… si puede ser... no, está bien, va a decir que si... dale, ahora le aviso ¿Él sabe la dirección... Dale genial… Que buena conversación nos vemos -colgó riendo y me miró-. Cena en lo de Ariana, así que cambiamos de rumbo

La miré de reojo divertida, asentí, puse el giro y doble para ir a la casa de Ariana, me había pasado un par de cuadras ya el recorrido que estábamos haciendo quedaba más cerca de la casa de Ariana que la mía. 

Cuando llegamos mi hermano y mi cuñada nos dieron una cálida bienvenida, Ariana y Olivia se fueron juntas a la cocina, Olivia le decía lo hermosa que estaba decorada la casa y ella se lo agradecia. No podía pasar dejar de mirar su sonrisa. 

- Hermano, disimula -se burló mi hermano pegándome un codazo en las costillas.

- No, ¿Para qué? Sabe que gusto de ella.  

Mi hermano rió y negó con la cabeza. 

- Ella también. 

- ¿Ella también qué? -le pregunté sin entender. 

- Ella también gusta de vos -me respondió.

- No lo sé -le dije recordando sus palabras, me hacía dicho que quería estar conmigo, pero que no podía.

- Noah, gusta de vos, le importas -me aseguro-. Mejor eso que la ignorancia. 

Asentí de acuerdo con él. 

- Los chicos reclaman que vayas a verlos, dicen que estas casado y por eso no vas, les aseguré que era algo más complicado que eso.

- ¿Si? Que feo que piensen eso de mí.

- ¿Sera verdad? -me pregunto haciendo que le pegue en las costillas. 

Él me esquivó haciendo que todo su cuerpo se incline hacia el costado y caiga en el sillón riendo. Las chicas nos miraron por el ruido, pero no intervinieron. 

- Realmente ya es hora que sientes cabeza, Noah -me soltó mi hermano cuando me senté a su lado.

- ¿Qué? Si nunca fui un desastre para tu vida, ni un problema -me quejé. 

- ¿Acoso no te acordas cuando apenas nos mudamos a la casa y no limpiabas, traías a los chocas todo el tiempo, pedimos comida…

- Bueno -lo interrumpí- pero hablamos de hace un año atrás hermano, vos tampoco hacías mucho. No hasta que lo tuyo con Ariana empezó a funcionar. 

- Eso no es cierto. 

- ¿Ah no? Que descarado, que dirían de ti los chicos si estuvieras acá -me burle haciéndolo reír. 

La cena transcurrió con una charla tranquila y algunas bromas, pero la cosa se puso vergonzosa cuando estábamos tomando el café y todo fue mi culpa. 

- ¿Ahora quedan solos? -pregunté mirando a mi hermano y cuñada. 



#39270 en Novela romántica
#10455 en Joven Adulto

En el texto hay: amigos, musica, confianza

Editado: 10.02.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.