Ya soy legal

Capítulo 2

Zain Monet apartó de su rostro los papeles que revisaba y soltó una profunda exhalación. Ser el Gerente General de la principal compañía textil de Bradford lo colmaba de mucha presión, sin mencionar los problemas que le esperaban en casa.

Su esposo siempre parecía encontrar la excusa perfecta para iniciar una discusión. No pretendía ser un desgraciado, pero ya no soportaba a Charlie. Existía algo entre ambos que ya no funcionaba más. La magia del matrimonio se marchitó con el tiempo.

Diez años juntos no era precisamente poco tiempo.

Quizás, el hecho de que se casaran a los veinte años no fue una buena idea. Eran muy jóvenes, y sí, en aquel tiempo estaban muy enamorados. Zain ni siquiera podía imaginar qué fue lo que salió mal.

Tenían un hijo maravilloso; Niall no llevaba propiamente la sangre de ninguno de los dos, ya que lo adoptaron cuando el encantador niño tenía apenas seis años.

Niall robó el corazón de Charlie y el suyo propio. Así que no se resistieron al llamado paternal que sentían, y sin darle mucha importancia al hecho de que eran un matrimonio joven, hicieron todo el papeleo para adoptar al niño y llevarlo a casa.

El pequeño necesitaba un hogar, y Zain no podía dejar de meditar en todos los malos ratos —que tanto él como su esposo— le ocasionaban con sus discusiones absurdas.

Lo último que Zain Monet deseaba, era lastimar los sentimientos de su hijo.

—Señor, acaba de llamar su esposo. Me pidió que le dijera que él no podría ir a recoger a su hijo al instituto esta tarde.

—¿Qué? No puede estar hablando en serio —gruñó el hombre de cabello oscuro y altos pómulos. La mujer mayor que lo asistía eficientemente desde hace ocho años —cuando tomó el control de la administración de la compañía tras la muerte de sus padres— asintió con una mirada casi maternal.

—Es lo que me dijo, jefe.

—De acuerdo, iré por él yo, otra vez.

Zain solo podía pensar en los muchos kilómetros que tendría que recorrer, ya que el instituto Hanson se encontraba al otro extremo de la ciudad.

—Oh, por cierto, no olvide que a las dos de la tarde tiene el almuerzo con el señor Paige.

—¡No! —renegó Zain, rascando su cabello de corte militar con exasperación.

La mujer sonrió ante el pequeño drama que su jefe montó en un par de segundos; tomando su teléfono, mientras revisaba sus papeles por otro lado.

—Ahora debo organizarme de nuevo. No puedo llegar tarde con ese cretino. Necesitamos un descuento en las maquinarias, y les prometí a los accionistas que lo conseguiría. Debo hablar con Derek porque este estado de cuenta no es el de este mes. Se lo pedí hace dos días, ¿puedes creerlo, Claudia? —esperando en la línea, apartó sus papeles y continuó—. Ahora debo ir por mi hijo al instituto porque Charlie sencillamente quiere hacerme la vida imposible.

—Señor, ¿necesita un té para los nervios?

—Sí, Claudia, por favor, consiga algo para que estas enormes ganas de matar a mi marido no terminen asfixiándome —agarrando su garganta trágicamente, soltó una nueva orden cuando el contador, de nombre Derek, respondió el teléfono.

Claudia negó levemente con una sonrisa en los labios. El señor Monet podía ser muy divertido a pesar del sin número de problemas que soportaba día a día. Su jefe era joven, apenas cumpliría treinta años en menos de dos semanas. Pero, a veces, cuando lo observaba pensando en el completo silencio de su oficina, podía notar lo mucho que le costaba encontrar la motivación para dibujar una sonrisa en su rostro.

El señor Monet necesitaba sonreír más, pero su matrimonio lamentablemente hacia todo lo contrario por él.

Cada vez conseguía marchitarlo más y más.

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La hora del receso llegó, y Henry se sintió aliviado de poder estirar las piernas y respirar aire fresco en compañía de Niall y Ed.

Para Henry fue una gran sorpresa notar que Ed era al menos cinco centímetros más alto que Niall, pero no más alto que él, ya que el nuevo estudiante al parecer era el más alto de toda su clase.

El pequeño rubio de ojos azules era un torbellino de alegría, su personalidad contrastaba con la de su mejor amigo, pero hacían un buen equipo. Ed y Niall invitaron a Henry a recorrer toda la preparatoria. Lo que en realidad significaba que Niall lo invitó y arrastró consigo a Ed.

Los minutos transcurrieron entre risas y preguntas, ¡muchas preguntas! Niall deseaba saber más sobre su nuevo compañero, mientras Ed disfrutaba escuchar su voz de narrador de cuentos infantiles, era bastante grave para alguien de su edad.

De repente, el teléfono celular del rubio empezó a sonar y este se apartó un poco para responder. Era una llamada entrante de su Pa' Charlie. Niall solo esperaba que este no volviera a llamar para decirle que él no podría ir a recogerlo al instituto porque se encontraba ocupado en sus clases de yoga o en el golf.

Niall sabía que su Pa' únicamente intentaba hacer enojar a su padre Zain, a quien el pequeño rubio adoraba mucho porque era el más divertido de los dos.




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