Ya soy legal

Capítulo 28

 

 

Henry arrastró sus pies por los pasillos de la preparatoria temprano por la mañana. Por culpa de Kyra, su mejor amiga, quien lo llamó anoche para interrogarlo sobre su nuevo trabajo de medio tiempo, ninguno de los dos consiguió pegar un ojo en toda la noche.

Para sorpresa de ambos, se enfrascaron en una conversación que duró hasta el amanecer.

Kyra lo felicitó por finalmente haber conseguido lo que tanto deseaba, pero Henry no se encontraba tan seguro de eso.

Mientras más tenía, más anhelaba.

Ahora, no solo deseaba gemir y retorcerse bajo el cuerpo del sexy empresario que se había convertido en su jefe.

No.

Lo que realmente necesitaba, justo ahora, era tener la certeza de que algún día conquistaría su corazón.

Henry deseaba su amor, no solo su pasión.

Cualquiera puede tener un cuerpo, pero pocos pueden poseer el verdadero amor de alguien.

Henry necesitaba ser alguien especial para el señor Monet.

Kyra le advirtió que estaba siendo muy codicioso. Que si bien tener sexo con un hombre mayor era la fantasía de muchos, intentar llevarlo más allá era contraproducente.

«¿Qué pasará cuando tú quieras ir a bailar toda la noche con tus amigos y él solo quiera acostarse temprano porque a la mañana siguiente tiene que madrugar?».

A Henry eso no le importaba en lo absoluto.

Él estaba seguro de que conseguiría que las cosas funcionaran entre ambos.

—Vaya, Henry, luces fatal —dijo Niall con el ceño fruncido. Ed, junto a él, asintió, secundando las palabras de su mejor amigo.

—No dormí anoche —respondió el rizado, antes de soltar un boztezo—. Me quedé platicando con Kyra, mi amiga de Londres.

—Oh, ya veo, lástima que no pudimos conocer a todos tus exs compañeros de Londres, gracias a esos idiotas que hicieron un gran escándalo en tu casa el día de tu fiesta. ¡Vaya noche!

Henry suspiró pesado.

—Tienes razón, pero, ya no importa, habrá otras oportunidades, seguro —se cruzó de brazos—. ¿Qué hay de nuevo? Ya casi ni los veo, ¿Dónde han estado todo este tiempo?

—Pues, ahora pasas todo el día trabajando —dijo Niall con un puchero—. Mi papá dice que estás aprendiendo mucho sobre administración, y que seguro estudiarás eso en la universidad, así que me alegro por ti.

Henry asintió quedadamente. Su corazón comenzó a latir deprisa a causa del señor Monet.

Vaya, solo bastaba escuchar sobre él para que su cuerpo reaccionara instintivamente.

Henry se abrazó a sí mismo y sonrió abiertamente.

—Así es, lo estoy considerando…

—¡Eso es fantástico! Yo planeo decirle a mis padres que estudiaré en Londres tras la graduación —esbozó una sonrisa esperanzada—. Espero que ellos vuelvan a estar juntos cuando yo me vaya, sé que mi Pa’ Charlie desea recuperar el amor de Papá, y, honestamente, creo que una reconciliación puede ser justo lo que necesitan ahora. No quiero que mis padres se queden solos en Bradford, más mi Papá, él no tiene a nadie.

—¿En serio? —preguntó el pelirrojo—. ¿Pero cómo sabes eso? ¿Tu Pa’ te dijo que quiere volver con el señor Zain?

—Mhmmm —Niall lo meditó por unos segundos antes de negar—. No precisamente, pero mi Pa’ Charlie quiere pasar su cumpleaños en casa con nosotros y eso es fantástico. Es una gran oportunidad para juntarlos de nuevo.

Henry hizo todo lo posible por no rodar sus ojos.

No, no era una buena idea.

¡Maldita sea!

El rizado cerró sus ojos y respiró profundo, para no mirar rojo. Se obligó a sí mismo a no abrir la boca. Cualquier comentario, de su parte, podría delatar cuan celoso se sentía con la sola idea de que Charlie se acercara al señor Monet.

No, el hombre mayor le prometió que nunca volvería con su ex.

Pero… ¿Podía dar por hecho que él cumpliría su promesa? 

—¿Cuándo es su cumpleaños? —Preguntó Henry, intentando sonar casual.

—Es hoy.

Henry maldijo en voz baja sus días libres de la compañía textil.

No podría ver al señor Monet hasta mañana.

¿Debía llamarlo?, se preguntó.

Su lado más sensato le dijo que no.

Pero su lado más inseguro e infantil quería que fuera a su oficina a hacer una tonta pataleta.

Henry mordisqueó su labio inferior, antes de agradecerle a la campana que anunciaba el inicio de las clases, el sonar en el momento más oportuno.

Necesitaba pensarlo.

Tendría todo el día para hacerlo.

 

 

******************************************************

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.