Yaravett

Días pesados

25 de enero del 2018. 

Los últimos días me he pasado trabajando de sol a sol  puesto que llegan muchos jóvenes en las tardes para tomar café y hacer sus tareas, ellos era nuestros clientes más frecuentes exceptos los viernes en que un club de ajedrez que lo integrantes eras unos señores de la tercera edad muy simpáticos pero  hay días en que no podemos abastecernos hasta Adler hizo de cajero en estos días por lo atareado que estábamos  mientras que nosotros atendíamos a los clientes, antier una clienta derramo su  frappé en mi falda porque según el argumento de ella fue que estaba de  coqueta con su novio aún recuerdo lo que me grito:

—Deja de ser una zorra no tienes vergüenza—exclamo hecha una furia luego me tiro el frappé su  novio me miro apenado con algo de vergüenza por el show que su novia estaba haciendo; para el colmo ese día estaba lleno de clientes y yo estaba  más bien sentía pena ajena por ella estaba quedando en ridículo por su inseguridad y falta de madurez. 

—Erika estás haciendo el ridículo—murmuro su novio. 

—YO—grito indignada—Pero si esta puta que anda de arrastrada. 

—Disculpe señorita pero en ningún momento le hable o insinué a su novio—dije de lo más serena sabía que no ganaba nada rebajarme a su postura. 

—Le pido de la manera más atenta que se retire—dijo mi jefe

—No me iré sin darle su merecido—exclamo la joven colérica del enojo. 

—Que se retire si no me veré obligado a llamar a las autoridades—fue lo que dijo mi jefe. 

Ella enojada me quiso golpear pero  Adler la detuvo sacándola a rastra del local y quedo vetada de la cafetería, su novio apenado me pidió disculpas por el comportamiento de su novia. Después de ese suceso Adler no me habla de manera directa, solo me pregunta cosas relacionada con la cafetería. 

Ya estábamos por cerrar la cafetería las chicas ya se habían ido solo me quedaba entregarle el corte de caja que hice al jefe; ese día había dejado mi auto en el mecánico ya que ayer por la mañana no encendió, para mi mala suerte empezó a caer la lluvia suspire tome el dinero y lo guarde en un sobre me encamine a la oficina donde estaba, toque la puerta y escuche un pase.  

—Aquí está el dinero que se ganó hoy—dije dejando el sobre en el escritorio.

—Okey ya puede retirarse—contesto sin levantar la vista del ordenador.

—Buenas noches—el respondió con un igualmente. Salí de la oficina fui a mi locker a tomar mi bolso.

 

El frio me recibió camine a la parada de autobuses más cercana en el proceso la lluvia me empapo, temblando de frio me senté en la banca esperando el autobús.  Veía cada vez a menos personas que estaban en la calle, veía los autos pasar busque en mi bolso la cajetilla de cigarros tome uno saque el encendedor, encendí el cigarrillo que tenía en mis labios le di una calada, un coche negro redujo la velocidad hasta quedar enfrente de mí se bajó la ventanilla de la puerta del copiloto.

—Anda sube—dijo su voz era fría me estremecí por la brisa de la noche.

—Vamos no lo pienses demasiado—suspire me levante y abrí la puerta me acomode en el asiento me abroche el cinturón de seguridad.

—Gracias—murmure.

—¿Dónde vives?—preguntó

—Vivo en la cabaña del señor Jacob—conteste.

—Bueno—dijo y manejó en silencio.




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