Yellow

5. Nuestro secreto

💛

Capítulo 5

Alexa

Aunque no pueda verte, contigo me siento mejor…

– ¿Tú crees que lo estoy exagerando? – suelto la pregunta en el aire como si ella fuera a responder.

Miro las flores que aún se encuentran en buen estado.

Yo sé que han pasado varios años desde lo ocurrido, pero aún no lo puedo aceptar y no puedo hacerme a la idea de que mi rutina diaria se basará en despertar en el mismo lugar que Susana, ocupando el lugar que era tuyo.

– Lo siento mama – me disculpo por no poder desearle a papa la felicidad que se merece, ha sido difícil y más aún para él, pero papa se deshizo muy rápido de sus recuerdos. Y no tengo nada en contra de Susan, al contrario, siempre me ha caído bien, solo que la situación ahora es diferente y no sé si pueda tener la misma convivencia que solíamos tener.

Suelto un suspiro dejando caer las lágrimas que estaba reteniendo.

Desde que salí de casa me vine a quedar aquí, han sido varias las personas que llegaban y luego de un rato se marchaban de nuevo. Todos andan tan apresurados que no se detienen a pensar en que esa persona ya no está, que solo nos queda el recuerdo, no se toman el tiempo de revivir esos momentos y es tan triste ver que después de la muerte no somos nada.

Me pongo de pie para regresar a casa, durante el camino imagino a Alisse preparando la pequeña fiesta por mi cumpleaños. Llego en unos minutos, me adentro a casa y no esta nadie. Subo a darme una ducha y al salir del baño no me sorprende ver a Gael sentado en el sofá que está en la esquina de la habitación cerca de la ventana, siempre entra a sentarse ahí.

– Hola... – saludo sacándome la toalla que tenía por el cabello. Se siente la brisa al colarse por las ventanas.

– ¿Cómo estás? – indaga mirando por la ventana. – Es raro saber que están… juntos – pronuncio desenredándome el pelo mojado.

– Hay algo que debo contarte… – empieza a hablar, pero es interrumpido por su celular que empieza a sonar.

– Si, ya nos vamos – seguro está hablando con Alisse o con Gareth, corta la llamada poniéndose de pie.

– ¿Nos vamos? – indaga cruzando sus brazos hacia su espalda. Asiento con la cabeza saliendo de mi habitación con Gael detrás mío.

– ¿Qué ibas a decir? – pregunto bajando las escaleras. – Ah, no importa – espeta sin mirarme.

No debió decir nada, porque ahora no dejare de pensar en lo que iba a contarme.

¿Estará enojado por algo?

No se ve enojado.

Se ve indeciso…

– En serio, no es nada que deba preocuparte – me sonríe rodeándome por detrás del cuello.

– ¿Seguro? – Gael solo asiente con la cabeza, entramos a su casa dirigiéndonos al garaje.

Mis ojos se abren al igual que mi boca, sorprendida por lo que estoy admirando.

– Es bellísimo, es más que bello… – exclamo adentrándome al interior, que ya se encuentra con unos cuantos invitados.

Papa está a un lado conversando animadamente con Susan, al verme cambia su expresión y se acerca a mí. Viene a dejar un beso en mi frente, acariciándome la espalda.

– Disfruta del festejo, tu hermana se esmeró mucho – lo dice tan seco que me hace sentir mal recordando la actitud que tuve durante la comida.

Sin esperar una respuesta de mi parte se marcha, Susan mira la escena cuando mi mirada se encuentra con la de ella, una media sonrisa se dibuja en su rostro, también saliendo de la cochera.

Voy junto a Alisse, que está intentando convencer a Loren de que, las flores de la pared están bien colocadas.

– A ver, dime Alex – hace una pausa cruzando sus brazos. – ¿No las ves chuecas? – indaga Loren esperando ansiosa mi respuesta.

Analizo las flores que están pegadas a la pared, y si…

Loren tiene razón, siempre tiene razón.

– Si están chuecas – la expresión de felicidad que se asoma en ella es increíble. – Nunca subestimen a la hermana menor – exclama con una sonrisa de suficiencia.

– Eso no es válido, porque tú siempre le das la razón a ella – menciona Alisse pasándome el vaso de refrescos que sirvió para mí.

Si Loren tiene la razón y no le están dando la razón, te molestara hasta que admitas que ella está en lo correcto.

En cuestión de minutos empiezan a llegar demasiadas personas, la mayoría son desconocidos.

No quiero ni imaginar lo que hubiera sido, si accedía a que la fiesta fuera “Grande”

Me siento exhausta, observo como Alisse saluda a todos los que fueron llegando, son más invitados suyos que míos, y nadie trajo regalo.

¿Cómo es que vas a un cumpleaños y no llevas regalos?

Me escabullo entre las personas que se encuentran bailando entre ellos.

– Oye – escucho que alguien llama, pero lo ignoro continuando mi camino hasta la salida, ya cuando logro estar fuera de la cochera, veo a Gael salir detrás mío.

– ¿A dónde vas? – indaga sosteniendo dos vasos de alguna bebida.

– Al baño – ni siquiera puedo mentir, el baño esta del otro lado. – No voy al baño – vuelvo a hablar poniéndome la capucha por la cabeza.

– Ya lo sabía – se acerca pasándome el vaso. – Estoy cansada –

– Te acompaño – salimos de su casa cruzando la calle para entrar a la mía.

Me bebo lo que había en el vaso, no tenía idea de que contenía alcohol.

Al entrar a la sala prendo las luces.

– Salieron a cenar – comenta tumbándose en el sofá. – Ah – asiento con la cabeza imitando lo que había hecho, desde aquí se escucha la música.

Giro la cabeza mirando a Gael que esta con la vista hacia el techo como si estuviera afligido por alguna situación.

– ¿Qué es eso que está rondando por esa cabecita? – Gael voltea acercando la cabeza a mi hombro sin responder a mi pregunta.

– Es increíble pensar en que tú y yo nunca hemos tenido secretos –




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