Capítulo 7
Alexa
Al llegar vine directo a mi habitación cerrando la puerta con llave, dejo mi mochila a un costado y me siento en la silla que está en frente a mi escritorio, tengo mi cuaderno de notas abierto ante mis ojos.
Siento la necesidad de sacar todo lo que está rondando por mi cabeza, pero simplemente no lo consigo.
“Me gustas”
Su confesión hace eco en mi cabeza sin poder evitarlo.
Nunca se me hizo tan difícil escribir acerca de lo que tenía atascado dentro de mí, pero esta vez es diferente, esta vez se trata de él. Cierro el cuaderno y escojo otro donde no hay nada escrito, dejo libre la primera página y empiezo en la que sigue.
Gael…
Mis ojos se pierden por un momento en el nombre que acabo de escribir y no logro continuar.
Dos golpes en la puerta me sobresaltan y cierro el cuaderno involuntariamente.
– ¿Por qué te encierras? – espeta Alisse golpeando la puerta aún más fuerte.
– Me voy a cambiar – hablo sin levantarme de la silla. – Ok, te esperan abajo – se escuchan sus pasos alejarse de la puerta.
Me pongo de pie en dirección a mi ventana, las abro y veo a Gael desde el otro lado, se ve que está ordenando unas cosas en su habitación, una media sonrisa de escapa de mí, salgo para ver quien ha venido. Bajo las escaleras viendo una figura sentada en el sofá de mi sala. Al llegar junto al chico que está sosteniendo un paquete, este se levanta de un salto quedando en frente de mí.
– Hola… – hace una pausa regalándome una sonrisa. – ¿Cómo estás Joel? – lo saludo aun parada en frente del amigo de Alisse, es su compañero. – Yo… – empieza a hablar, pero se traba, lleva su mano a su rizado cabello acomodándolo a un costado, al igual que Gael también tiene el pelo con rizos, la diferencia es que Gael es pelinegro y Joel es teñido, rubio falso.
– Estoy bien, ayer no pude venir, pero traje algo – habla mientras estira el paquete envuelto hacia mí. Tomo la caja que tiene un moño blanco en el centro.
– Feliz cumpleaños – exclama justo antes de que abra la caja que tengo en mis manos, lo miro antes de hacerlo, es la primera persona que me felicita, ayer muchos lo hicieron, pero no es lo mismo porque ayer todos estaban aquí por la fiesta y no por mí, ni siquiera papa me felicito hoy.
– Gracias, no tenías que molestarte… –
– No es ninguna molestia – me interrumpe con una sonrisa en su rostro.
Levanto la tapa de la caja y…
¡No lo puedo creer!
– Yo no puedo aceptarlo… – hablo sin poder creer lo que hay en la pequeña caja.
– Masha tuvo 10, yo no sé qué voy a hacer con tantos cachorros – habla mientras me pasa otro bolsón con un colchoncito para perros, vuelvo a mirar al cachorrito que está en la caja y ni siquiera quiero tocarlo, se ve tan frágil.
La idea de no aceptarlo se esfumo cuando mi mirada se pierde en sus ojitos oscuros, ahora solo quiero cuidarlo.
– Se llama Cafetín, tiene 3 meses y puedes cambiarle el nom… – lo interrumpo antes de que termine de hablar.
– Cafetín es perfecto – el nombre le queda muy bien, ya que es de color marrón, un marrón algo oscuro al igual que los granos de café.
– Gracias, puedes venir a verlo cuando quieras y prometo cuidarlo bien – lo saco de la cajita con mucho cuidado, su pelaje es tan suave.
Lo acomodo mientras acaricio su cabecita en mi hombro.
– Es tan lindo – miro a Joel que está acomodando la camita del cachorro a un costado del sofá, claramente lo voy a llevar a mi cuarto, no lo dejaría aquí.
– Gracias… no sabes lo feliz que me hace tener un bebe como este – se me aguan los ojos.
– No es nada, todo lo hizo Masha – habla refiriéndose a su perrita. – Y me gustaría quedarme más, pero debo seguir buscándole un hogar decente a los demás – me parece tan tierno el hecho de que, busque una familia para esos cachorritos.
– ¿No quieres que te ayude? – indago mientras empiezo a juntar las cosas de Cafetín. – No, no te preocupes – habla mirándome por un momento, con una sonrisa sale de mi casa dejándome con una bolita de pelos. Lo miro mientras duerme en mis brazos, pareciera que Gael va a entrar en cualquier momento o que yo iré emocionada a presentarle al nuevo miembro de la familia. Pero no será así, no cuando lo he estado evitando en todo el día y ni siquiera sé porque lo estoy evadiendo, no puedo mirarlo después de lo que había pasado justo aquí en la sala.
Lo que había dicho él.
Lo que dijo Alisse.
Y lo que yo no fui capaz de decir.
– También tengo un regalo para ti – Alisse baja las escaleras con un paquete en sus manos.
– Espero que, no sea otro animalito – hablo imaginándome con dos animales, no sabría qué hacer con dos mascotas.
– Descuida – se acerca hasta quedar en frente de mí. Acaricia a Cafetín y me pasa la caja. – Feliz cumple hermanita – abro el regalo con cuidado, por si algún gatito asoma la cabeza.
Me alivia ver que no es ninguna mascota. Extiendo un pijama de cuerpo completo, es un pato. Veo que debajo de la ropa hay una nota.
“Patomarte una siestita”
– Es perfecto… – una sonrisa se dibuja en mi rostro a causa de la emoción. – Y muy original – hablo refiriéndome a la nota.
– Te lo mereces – exclama sonriendo inocentemente, mientras analiza al perro que tengo en mis manos.
– ¿Por qué sonríes de esa manera? – la veo jugar con sus dedos.
– Se que dije cosas de mas ayer, pero juro que no las recuerdo bien –
No tengo ganas de hablar de eso, a ella le gusta Gael y a él le gusto yo, pensar en que, se va a romper el vínculo que tenemos ella y yo me hace sentir mal, porque no solo se va a romper eso.