Capítulo 4

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Hana
 

Decir que nos estuvimos durmiendo cada cinco minutos era una pequeñez en comparación con todo lo que habíamos hecho para evitar que los profesores se dieran cuenta que nos estábamos durmiendo en cada clase, aun así, Jungkook había logrado hablar con el señor Song y convencerlo de dejarme cambiar de lugar, no sabía que había hecho, ni tampoco pregunté al respecto. El resto de las clases fueron bastante bien. La profesora de biología nos dejó el resto de su hora para que comenzáramos a hacer una investigación que había asignado, pero yo debía hacer algunas cosas primero.

— ¿Podemos hablar? – el castaño me miró extrañado, no entendía a que se debía esta repentina conversación entre el y yo. Si era honesta yo tampoco sabía muy bien que iba a decir. Se quitó los audífonos e hizo un ademán para que me sentara en junto a él. Me negué.

— ¿Qué sucede? – su voz sonó como un rugido, grave y áspera, no me miró a los ojos mientras que hablaba. - ¿Entonces hablarás?

— ¿Qué se suponía que estabas intentando ayer? – el cabello lacio le caía sobre el rostro, este tenía hondas muy sutiles que a la luz del sol se volvían cafés. - ¿Por qué invitaste a Young-mi?

— Por qué a Jungkook le agrada – contestó. eso fue rápido.

— Por qué no te haces cargo de tus propios asuntos y dejas que los demás decidan que quieren hacer... - este dejó de escribir y me miró. No se veía muy feliz.

— No me culpes de tus problemas niña – me dio una mirada despectiva y siguió escribiendo. – Además, en que te afecta eso a ti – se burló.

— No te interesa – me molesté. – siempre has intentado alejar a Jungkook de mí, no sé cuál es tu problema.

— ¿Alejarlo? – se burló. - Es mi amigo y también tengo derecho a pasar tiempo con él, no sabía que ya era de tu propiedad.

— Siempre me haces quedar mal frente a él, yo traté que llevarme bien contigo, pero tú me dabas una de esas estúpidas miradas y me hacías a un lado.

— Lo siento por crearte traumas de la infancia – su tono era tan sarcástico y odioso, sabía que la sangre me hervía, sabia lo mucho que lo detestaba todo lo hacía apropósito. – además, lo de "las miradas odiosas" no es personal, esa es mi expresión fácil, odio a todos por igual. pobre Hana.

— Eres desagradable...

— Se creativa, dime algo que ya no sepa... - me miró serio. - ¿Dime, por qué te importa tanto que Jungkook pase tanto tiempo con otros "seres humanos"? no me digas que... estás enamorada de tu mejor amigo, que cliché niña. – él era la definición de todo lo que detestaba, y ahora más que nunca. Su rostro se tornó serio al ver mi semblante, tragué grueso y decidí no decir nada. – espera un segundo, ¿tengo razón? – se asombró a sí mismo.

— No, no es cierto.

— Si lo es, ni siquiera eres buena mentirosa. – me miró burlón.

— ¡No es cierto! – chillé, las personas que iban pasando nos miraron, me sentí tan juzgada. – no lo es.

— Bueno, tal vez no te importe si le decimos – Kim empezó a recoger sus libros, hablaba enserio.

— ¿Qué mierda haces? – lo tomé por la chaqueta del uniforme y lo regresé a su lugar, este no podía dejar de reír solo al verme tan alterada. – no te atrevas, no te va a creer. – empezó a mirar a su alrededor y a señalar a las personas. – todas las personas de esta maldita escuela saben que estás enamorada de él, nadie lo duda. Jungkook por otra parte, te ve como su hermana, el no entiende por qué te enojas, o que cada vez que veías a Young-mi preferías irte del lugar. Estás celosa.

— Sabes que... haz lo que te dé la gana, no me interesa – esas fueron las últimas palabras que intercambien con Kim, él había disfrutado esa escena tanto que seguro empezaría a torturarme con eso.
 

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Había comprado unas galletas para Jungkook, sus favoritas, chispas de chocolates. Me dirigía hacia la mesa cuando sentí un pequeño jalón en el brazo. La pelinegra me sonrió al instante y empezó a caminar a mi lado. Luego de la conversación con jungkook había decidido que iba a tratar de ser mejor persona con Young-mí.

— Hana – saludó tan amable como siempre. - ¿Estás mejor hoy? – ambas nos miramos sin saber que responder, no entendía a que se refería. – Jungkook me dijo que eras alérgica a las nueces y habías probado sin querer unas cuantas ayer.

— ¿Nueces? – repetí lo que había dicho.

— Si, en el chocolate... - Jungkook había salido disparado en nuestra dirección. Nos saludó a ambas y se ofreció a llevar nuestras charolas de comida.

— ¿Sobre qué hablaban? – preguntó curioso.

— Jungkook, ayer me dijiste que Hana había comido nueces y era alérgicas a ella, estaba un poco preocupada... - sonreí al escuchar su historia. Jungkook me rogó con la mirada mientras que nos acercábamos a la mesa.

— Mejor démonos prisa, necesito decirles algo. – Young-mi se veía emocionada. Mi cuerpo no quería seguir moviéndose, sentía que pesaba una tonelada. Arrastre los pies por el resto de tramo que nos faltaba.

Los tres tomamos asiento en las redondas mesas, esta estaba en llena de envoltorios de pastelillos y unas charolas de comida que por lo que veía, presumía que eran de los dos tontos que estaban antes que nosotros. Un Taehyung metido en su celular nos dio la bienvenida con algunos grititos que había soltado a su celular. Young-mi lo saludó mientras que yo hice como si no existiera.