Capítulo 8

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Hana

Ya había amanecido y estaba muy muy muy cansada, ya eran las 9:00 de la mañana y mi cuerpo no me permitía reaccionar al entorno, no podía levantarme y mis ojos rogaban por cerrarse nuevamente. Ayer jungkook y yo habíamos hablado de muchas cosas, habíamos hablado por Skype y me había preguntado si era una buena idea invitar a Young a una cita, solo lo miré atreves de la pantalla y lo animé. "¡Hazlo!"

— ¿Cómo estás cariño? – mi madre había entrado a mi habitación y ni cuenta me había dado. - ¿cómo va la escuela?

— No sé ni que día es hoy – chillé medio dormida. La mujer me sonrió y se sentó a los pies de mi cama.

— No me digas que andabas de fiesta Hana – dijo con un tono sarcástico. negué mientras que la miraba – tendré que empezar a poner reglas.

— Ayer teníamos ensayo de la obra – esta asintió. Ya habíamos hablado del tema y sinceramente ella fue la que animó a presentarme. – terminó bastante tarde y salimos agotados.

— ¿Y Jungkook no estaba cansado? – esta tenía una expresión burlesca. Era obvio que me había escuchado hablando con Kook por la noche.

— Solo fue un rato – le expliqué – luego me quedé dormida y listo.

— Mmm... - Mamá se veía un poco inquieta. – me alegro que esté bien, pero dile que para la próxima vez que no use la ventana, lo digo por su fiestita de la otra noche, gracias al cielo la casa tiene puertas y me encantaría que se pasara a comer una tarde.

— Lo siento por eso – me disculpé de inmediato. A pesar que no se veía tan molesta estaba segura que en el fondo le asustaba que hiciéramos eso. – le diré que deje sus delirios de hombre araña en el pasado. – mamá volvió a sonreír.

— Cariño, confío en ti no me decepciones. – cerré los ojos de inmediato y traté de pensar en otra cosa. – no está bien que venga a esas horas, no es correcto y tu tampoco vayas a su casa a esas horas. – respiré hondo. – sus padres y yo sabemos que son muy unidos, pero el resto de los vecinos y ojo – aclaró – no me importa lo que digan, es solo que no quiero habladurías de mi hija y su amigo, no es justo por que no son verdad. En fin, como decía la gente es muy entrometida y no entenderán, aparte que no me hace ni una pizca de gracia que se anden escabullendo a esas horas.

— Mamá– comencé. – Kook y yo solo somos amigos, no hay de qué preocuparse, lo prometo. - Mi madre siempre había sido una mujer tan risueña y agradable, pero al mismo tiempo temeraria y de armas tomar y no debía tomar por sentado su rostro amable y voz calmada. – lo siento, no quería darte problemas. No volverá a pasar. – le aseguré. Su rostro se iluminó como un farol y sus ojos se volvieron dos líneas.

— Tranquila cariño, no te estreses por eso es solo que debemos tener cuidado. – esta se levantó de mi cama. – iré a hacer el desayuno, párate y aséate, además recuerda que por la tarde me debes acompañar a hacer las compras. – asentí. Me había olvidado por completo de las compras. – pero – volvió a hablar. – si estas muy cansada te quedas en casa y haces un poco de aseo. – esta empezó a reír. Esto era algo muy propio de mamá.

— Ir al supermercado o quedarme a hacer quehaceres – chillé con ironía. – que difícil decisión. – me quedé mirando al cielorraso de mi habitación. - ¿A qué hora iremos al supermercado? – esta volvió a reír.
 

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Al final terminamos yendo al supermercado de lo cual no me quejaba para nada, compramos comida, convencí a mamá de comprar unos cortadores de bananas extremadamente inútiles que probablemente jamás usaríamos, según yo la pasaba mal cortando las rodajas una por una y por último nos dieron muestras de comida gratis que siempre son bienvenidas. Al final del viaje mamá terminó teniendo piedad de mi pobre y escuálido ser y dijo que no tendríamos que hacer quehaceres, pero solo era por hoy.

En conclusión, terminé yendo con Jungkook ya que me había explotado el celular con mensajes desde las 2:00 de la tarde y ya eran las 5:00 pm.

— ¡Qué tóxico eres! ¡Qué onda con todos esos mensajes! – chillé de una forma "enfadada" entrando a su habitación. Este estaba sentado en el pequeño sillón rojo que tenía en su habitación. Este me dedico una de sus tan características miradas.

— Tú eres peor que yo – se quejó. – necesito sugerencias – explicó el por qué de su urgente llamado.

— ¿Hablar por llamada no hace el mismo trabajo? – ahora era yo la que se quejaba. – y así no tendría que salir de mi casa. – me tiré en su cama vacía. Estaba tan cansada. —  Mamá me ha hecho salir con ella  ha comprar comida y todo eso —  canturré abrazando la almohada y poniendome cómoda.

— ¿Tienes hambre? – preguntó de repente. – yo pago.

Jungkook y yo salimos disparados de su casa, tomamos un autobús y nos fuimos a una plaza que estaba bastante cerca de su casa. Allí decidimos ir por unos helados. Fuimos a varios lugares hasta que encontramos que era exactamente lo que queríamos comer aparte del helado.

— Debes ser creativo – mi amigo estaba un poco nervioso, al parecer ya había hecho su primer movimiento y tomó valor para invitar a Young a una cita. – puedes llevarla a una caminata al bosque – este me miró confundido. – no espera, eso suena raro. – ambos reímos.

— ¿Qué te parece si vamos al mirador del lago? – Jungkook, Jungkook. Me había atorado con el helado cuando lo escuché decir eso. Este se asustó un poco al verme toser y empezó a darme palmaditas en la espalda. - ¿Estas bien? – asentí recomponiéndome de lo que había dicho.