Yildizim está bien no estar bien

Capítulo 3 ~ IMBECIL

Estoy sentada en la cafetería haciendo la tarea que no hice anoche cuando de reojo veo que una persona se sienta frente a mí, algo raro ya que es muy temprano para que alguien venga y se sienta con la rara de la escuela cuando todas las demás bancas están vacías.

  • Lo siento, está ocupado. —digo sin ver a la persona.
  • ¿A sí? Y ¿por quién? Si se puede saber— veo quien es además que reconozco inmediatamente la voz, la fastidiosa voz.
  • ¿Qué haces aquí?
  • Voy a hacer la tarea, por lo que veo tu tampoco la hiciste ayer.
  • No, no la hice y si quieres hacer tu tarea la puedes hacer en otro lugar, hay muchas bancas solas.
  • Lo sé, pero me gusta estar en esta banca, así que si no te molesta me quedare aquí.
  • Pues si me molesta y n noo creas que podrás copiarte de mí.
  • Oye, tranquila la compañía no hace daño y menos la mía y por lo otro no te preocupes que no lo haré, no sé si recuerdes, pero ayer cuando dije que me gustaba sacar mi calificación por mi propio merito, hablaba muy enserio.
  • Uno no creo que tu compañía sea buena, dos a mí me gusta la soledad—me quedo callada por un momento y el aprovecha para hablar.
  • Y ¿Cuál sería el punto tres? —me dice con sarcasmo y con una sonrisa en su cara, es un imbécil que quiere parecer un chico bueno, lo cual conmigo no funcionara.
  • Y tres si tú no te vas pues entonces me iré yo, no me molesta para nada hacerlo. —digo tomando mis cosas y levantándome de mi asiento.
  • No lo hare y a mi si me molesta que te vayas. —eso me hace entrar en confusión así que le dedico una sonrisa maliciosa y confundida.
  • ¿A sí? y ¿Por qué?
  • Porque— se queda callado, no encuentra que decir y lo veo en sus ojos.
  • ¿Nervioso Walker?
  • Quisieras Wembley. —me dice sonriendo— es solo que no me gusta quitarles las cosas a las personas o en este caso quitarle sus lugares.
  • Ah claro entiendo y no te preocupes eso se soluciona muy fácil, yo dejo mis cosas aquí y sigo con lo que estaba haciendo mientras que tú tomas tus cosas y te vas a otro lugar.
  • Eso o también está la otra opción en la que ambos nos quedamos y hacemos la tarea, disfrutando de la compañía.
  • Pues disfrutar la compañía no creo, así que prefiero la primera opción.
  • Vamos a estar viéndonos todos los días, deberíamos de empezar a llevarnos bien.
  • Imposible y tú lo has dicho vamos a vernos todos los días así que necesito descansar de ti, así que porque no me dejas sola.
  • Jamás te dejare sola, así que tendrás que acostumbrarte a mi presencia.
  • Eres muy intenso, sabes, la profesora te asigno como mi compañero de trabajo, solamente para eso, no de guardaespaldas. —no había caído en cuenta que seguía sosteniéndome del brazo así que trato zafarme de su agarre, el cual es en vano— suéltame por favor.
  • ¿Te quedaras? — pregunta viéndome a los ojos, es algo raro, difícil de expresar y debería irme, digo no tengo porque quedarme, aun así, algo dentro de mí me pide que me quede.
  • No debería, ya que no te debo nada, aun así, me quedare eso sí que quede claro que solo es porque tengo tarea y esta banca tiene un buen ángulo para ver al chico que me gusta. — digo en tono seria, y me pregunto porque fregados acabo de decir eso, si no hay tal chico. Peter por su lado tenía una sonrisa de oreja a oreja que desapareció con eso último que dije, aunque solo fue por unos segundos.
  • Así que te gusta alguien, ¿Quién es? — pregunta mientras que se sienta y yo inconscientemente hago lo mismo.
  • Nadie.
  • Acabas de decir que te gusta alguien yo lo escuche.
  • Pues escuchaste mal.
  • No, no creo.
  • Mira me quedare aquí para hacer la tarea, no para hablar sobre mi vida.
  • Podemos hacer tarea y hablar sobre nosotros para conocernos.
  • Si podemos— una sonrisa aparece nuevamente en su rostro, por lo que aprovecho para terminar mi oración. —el problema es que no quiero, no me interesa saber sobre ti.
  • Claro, entiendo. —me dice dándome una sonrisa de decepción y luego se pone a continuar con su tarea.

Cada quien se mantiene ocupado haciendo su tarea, algunas veces sentí su mirada sobre mí y al final decidí ignorar eso. Como era de esperarse soy la primera en terminar así que guardo mis cosas y saco mi libro para seguir donde me quede anoche, iría a leer a la biblioteca si no me tuviera tanta flojera de caminar hasta allá, solo espero que este chico se vaya cuando termine la tarea.

  • Así que te gusta leer.
  • Si. —respondo seca sin ganas de querer comenzar una conversación.
  • Y ¿de qué trata?
  • Romance
  • Te gusta el romance, pero tú eres completamente todo lo contrario.
  • Si, ¿algún problema?
  • No ninguno.
  • Bien, así podré continuar con mi lectura.
  • ¿Puedo leer contigo?
  • ¿no tienes una práctica o algo que hacer?
  • No, ¿puedo leer contigo? —dice señalándome la silla a mi lado.
  • No creo que te guste mi lectura.
  • Bueno eso no lo sabré si no lo leo.
  • Eres insoportable.
  • Y muy guapo, ¿puedo?
  • Si, prometes dejarme leer a gusto.
  • Lo prometo. — dice levantando su mano izquierda.
  • Está bien. —digo rodando los ojos.

Comenzamos a leer cada quien en voz baja durante el resto de nuestro tiempo libre y algunas veces el terminaba primero y se me quedaba viendo, aunque siendo sinceras en ninguna de esas miradas pudo intimidarme, la mayor parte del tiempo como era de esperarse era yo quien terminaba primero, por lo que volteaba a ver a la ventana o volvía releer una parte hasta que sentía su mirada sobre mi indicándome que había terminado y podía cambiar de página. Cuando el timbre sonó tome mis cosas con la intención de comenzar a caminar y dirigirme al salón, hasta sentí que alguien venía detrás de mí.

  • ¿acaso también me iras a acompañar hasta mi salón?
  • Si de echo voy a llevarte hasta tu asiento.
  • Ni que fuera una niña chiquita y tu fueras mi niñero para que andes conmigo a todos a lados, así que hazme el favor de ya dejarme en paz, ¿quieres?
  • Por mí no hay problema en ser tu niñero y por lo otro, aunque quisiera dejarte sola no puedo porque por lo que veo se te ha olvidado, pero tenemos literatura, clase en la que estamos juntos, demasiado juntos para ser realistas. — el chico tenía razón en algo y es que lo había olvidado, tenemos clases juntos, muchas veces soy muy buena recordando las cosas en especial las caras de las personas y en otras suelo ser muy olvidadiza, como en estos momentos.
  • Genial, al parecer hoy pasaremos el día juntos.
  • Si, el sueño de muchas, realidad tuya, deberías de sentirte afortunada.
  • Desafortunada dirás, afortunadas las que no tienen que pasar todo el día contigo.
  • Vamos, muy en el fondo sabes que te encanta pasar tiempo conmigo.
  • Claro que no, ni que estuviera loca, antes muerta que pasar tanto tiempo contigo.
  • Si tú lo dices.
  • Eres un odioso y — no termino la oración porque veo que la profesora viene llegando al salón al mismo tiempo que nosotros.
  • Buenos días chicos — nos dedica una sonrisa —veo que se están llevando bien, eso me alegra, ahora pasen que la clase está por comenzar. —ambos pasamos al salón y para ser sincera el chico a pesar de todo es un caballero ya que nos dejó pasar primero a nosotras, es eso o solo lo hizo para ganar puntos conmigo o con la maestra.
  • ¿Qué ibas a decir? — pregunta el chico cuando nos sentamos en nuestros respectivos lugares.
  • ¿disculpa? —me hago la que no sabe de qué habla.
  • Sabes de que hablo.
  • No de echo no.
  • Claro que si lo sabes.
  • No, si me explicas te digo, como viste hace un momento se me olvidan las cosas así que va hacer algo desesperante explicarme, así que dime ¿Qué es lo que querías decir con tu pregunta?
  • Nada olvídalo. —me dice un poco molesto y distante, cumplí lo que quería finalmente, espero que con eso baste para que ya no moleste durante el resto del día o de la clase.




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